Imaginen que el
Congreso de los Diputados aprueba una ley siguiendo todos los procedimientos establecidos, que esa ley da
un plazo de 18 meses para ser aplicada y que
16 años después sigue sin aplicarse. Pues eso exactamente es lo que ha sucedido con la norma que
transfiere a las Consejerías de Sanidad de las Comunidades Autónomas las competencias de la
Sanidad Penitenciaria, hasta ahora en poder del
Ministerio del
Interior. No obstante, a las dos CCAA que ya tienen transferida esta competencia,
País Vasco y
Cataluña, pueden unirse pronto
Andalucía y
Madrid, a las que el Supremo dio recientemente la razón sobre el deber de
Prisiones de sufragar los gastos sanitarios de los presos.
De hecho, el
consejero de Salud de Andalucía, Jesús Aguirre, señaló que el traspaso de competencias "es
imparable". El propio partido del Gobierno, el
Partido Socialista, es partidario de agilizar este proceso, que traería importantes cambios a la atención sanitaria de las cárceles pues abriría la puerta a que los profesionales pudieran beneficiarse del
complemento salarial de la carrera profesional o a que los
médicos internos residentes (MIR) puedan rotar en prisiones.
"Es enriquecedor conocer otro medio de trabajo, con otros recursos y otro perfil de paciente"
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Esta última posibilidad cuenta con el
apoyo de la Atención Primaria española. En declaraciones a
Redacción Médica, Rubén Sánchez Rodríguez, coordinador del grupo de trabajo de Médicos Residentes de la
Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), "los residentes de Medicina de Familia estamos siempre abiertos y comprometidos con la atención sanitaria de la
población en general. Si a nivel político se reorganiza la medicina penitenciaria y pasa a nuestra cartera de competencias como especialistas,
tendremos que formarnos también en este ambiente".
Es más, Sánchez Rodríguez subraya que les "parece
enriquecedor conocer otro medio de trabajo, con otros recursos y
otro perfil de paciente. En España algunas universidades ofrecen prácticas voluntarias en centros penitenciarios, muy bien valoradas por los compañeros que las realizan por lo que tener una rotación
no lo consideramos algo negativo en nuestra formación".
Tutores MIR, una necesidad acuciante
Por su parte,
Rodrigo Abad, coordinador nacional del grupo de tutores de Semergen, explica a este periódico que "actualmente la integración de la sanidad penitenciaria en los servicios de salud autonómicos todavía no se ha producido y probablemente por
causas económicas y de escaso consenso político, es poco probable que se lleve a término en ésta legislatura".
De todos modos, apunta, "si se diera tal posibilidad hay que recordar que
los MIR requieren formación, formación que es dada fundamentalmente por
médicos tutores, actualmente con un importante déficit en la mayoría de comunidades autónomas y con escaso reconocimiento de nuestra labor a nivel de todo el Estado. Para rotar en la Sanidad Penitenciaria entiendo que
tendría que haber tutores de Medicina de Familia y actualmente ésta situación no se da".
Quien tampoco ve como una mala opción que los MIR rotasen por prisiones es el presidente de la
Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG),
Antonio Fernández-Pro, que considera que "si se produce la transferencia de competencias, la residencia se llevará a cabo bajo unos
criterios claros, de normalidad y suficiencia. Hay que acabar con el estigma de que en las prisiones agreden a los médicos. Las agresiones en las cárceles son menores que en la calle. Es más, el reo tiene muy buena relación con el médico".
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