El reto de convertirse en el
número 1 del MIR es un objetivo con el que todos los candidatos sueñan pero siendo conscientes de que alcanzar ese
olimpo es una soberana odisea. En las últimas cinco convocatorias cuatro chicos y una chica fueron los protagonistas el día de los actos de asignación de plaza. Sobre quien recaerá dicho honor el próximo 17 de abril, día en el que se firmará la plaza en el
Ministerio de Sanidad, es todo un misterio.
Jorge Martínez, número 1 del MIR en 2017, recordaba los largos meses de estudio que cumplió con
“disciplina e ilusión”. El resultado de ese fuerzo llegó en forma de una plaza de residente en Cardiología en el Hospital Gregorio Marañón. Su puntuación fue abrumadora:
611 puntos, la puntuación más alta de los últmos cinco años. Culpa de ello la tuvo el baremo académico que obtuvo durante la carrera que fue de
3’6525 puntos sobre 4.
“Estamos acostumbrados a estudiar muchos años en la carrera de Medicina porque es larga, pero el mayor problema del MIR es la monotonía”
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Un año atrás, el premio ‘gordo’ del MIR recayó sobre
Carlos Bravo, residente de segundo año de Hematología en el Hospital Morales Meseguer de Murcia. Su valor particular del examen fue de
575 puntos y un baremo académico de 3’8975. Bravo señalaba que
"el aspirante MIR debe ser un maratoniano". Una receta que más de un candidato seguro que está aplicando en estos momentos.
“Estamos acostumbrados a estudiar muchos años en la carrera de Medicina porque es larga, pero
el mayor problema del MIR es la monotonía”. Así se confesaba
Antonio Guerrero, número 1 del MIR en 2015. Su baremo académico, algo inferior a la media, alcanzó los 3,37 puntos. Aun así, obtuvo una
puntuación total 580, la cual le fue más que suficiente para elegir Aparato Digestivo en el Hospital Ramón y Cajal de Madrid.
Cuando
Guillermo González supo que la nota obtenida en el examen le catapultaría hasta el número 1 del MIR de la convocatoria 2013-2014 lo tuvo claro:
“Estudiaré Dermatología”. Ahora cumple su cuarto año de
residencia en el Hospital La Paz. A sus espaldas dejo largas jornadas de estudio que se tradujeron en
576 puntos. Precisamente, un expediente académico casi excelente (3,8867) fue suficiente para consolidarlo en el primer puesto de aquel año.
Por su parte,
Verónica Rial obtuvo la mejor nota en el examen
MIR 2013, la única chica que ha copado esta distinción en los últimos cinco años. Ella, como tantos otros, eligió Cardiología en el Hospital Universitario La Paz, la que supuso “la mejor decisión que podía tomar”. Esta
MIR es la que mejor baremo académico presentó a la hora de realizar su puntuación definitiva, y el mejor de los útimos años. La perfección se tradujo durante la carrera de Medicina en 3,9137 puntos.
Este ratio permitió que la puntuación global se convirtiera en 582 puntos, la mejor nota de aquel año. ¿Cuál será el próximo nombre que se convierta en el número 1 del MIR 2018?
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