La nueva generación de médicos no quiere dejar cabos sueltos en su futuro profesional. El Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM) ha destacado la importancia de alcanzar grandes pactos nacionales en el ámbito de la sanidad y la educación. Lejos de quedarse solo en las palabras, la representación estudiantil quiere ser una pieza importante de esta iniciativa junto al resto de la profesión médica. El proyecto, que se ha iniciado en el mandato de Víctor Expósito, ahora deberá ser desarrollado por Marina García, con la finalidad de alcanzar un cambio de conciencia que evite “seguir sacando reformas estructurales del sistema que van a los propios cimientos, pero sin contar con los afectados”.
La directiva del CEEM está a meses de un nuevo cambio, pero el objetivo del alumnado es el mismo: trabajar por la mejor calidad de la formación sanitaria. Para lograrlo, apuestan por la fórmula de una estructura bicefálica que sea, simultáneamente, estudiantil y reivindicativa. Sin embargo, buscarán en el músculo social de la profesión médica un nuevo aliado que les permita alcanzar nuevos objetivos, como paralizar las nuevas facultades de Medicina.
A cuatro meses de ceder el testigo, ¿cuál es el principal legado que deja al CEEM?
Víctor Expósito expone el principal reto para Marina García frente al CEEM.
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Víctor Expósito: Se deja un legado de continuidad. Queda muy claro que tenemos un proyecto en común, que apostamos por él y que, más allá de personalismos, seguimos en trabajando por la defensa de los intereses y derechos de los estudiantes de Medicina. Por ahí hemos seguido y por ahí espero que se continúe.
Una de las metas alcanzadas más importantes es que, durante la última asamblea, hemos aprobado la misión, visión y valores del CEEM a 10 años, lo que marca los pilares de la representación estudiantil en Medicina a futuro. Son cosas que veníamos diciendo desde hace mucho tiempo, que ahora tenemos por escrito, aprobados por unanimidad. En este sentido, más allá de que me vaya o quede, los proyectos y apuestas de los estudiantes de Medicina van a seguir aportando a la sociedad en general y, especialmente, a la sanidad y a la educación.
¿Cuáles son los proyectos que recibe con mayor entusiasmo y en qué línea intentará desarrollarlos?
Marina García: Me entusiasma especialmente el área formativa que tiene el Consejo. Es una línea que va en clave de potenciar la información, tras ello la formación y, a partir de ahí, proceder a reivindicar.
Actualmente, tenemos cuatro comisiones de trabajo. Todas ellas están llevando a cabo proyectos innovadores que han cogido con mucha fuerza, por lo que creo que durante los próximos meses vamos a poder empezar a ver resultados de ellos. Específicamente, tenemos proyectos relacionados con cooperación internacional, formación en cuidados paliativos y otros para acercarnos a los residentes y a lo que va a ser la profesión. A estos se suman aquellos de la comisión de bioética y ética médica, que están trabajando por el sistema de I+D.
En línea de lo que veníamos hablando de este proyecto a diez años, ¿cuáles considera que han sido los primeros pasos que se han dado en este último mandato?
Víctor Expósito: Hemos tenido un importante acercamiento a la sociedad. En estos últimos meses, por ejemplo, hemos hecho una apuesta muy clara por aproximarnos también a los partidos políticos para recordarles que, en última instancia, son los que activan al final, en acción, los cambios que necesitamos para poner en valor el sistema educativo y sanitario. Ahora nos toca estar de acuerdo con el nuevo gobierno que salga, porque es importante entender que cuando se habla de acuerdos, o de pactos, no se pueden hacer solo entre partidos políticos, sino también con la propia sociedad.
Nosotros instamos un poco a esos partidos a seguir esta línea. Estoy muy contento y orgulloso de que ese camino lo vaya a poder continuar Marina. Será una oportunidad para sacar un pacto por la sanidad y la educación, para los cuales tendrán que hablar con la representación estudiantil y con la profesión médica. No podemos seguir sacando reformas estructurales del sistema, que van a los propios cimientos, sin contar con los afectados.
Estos esfuerzos no los hacen solos. ¿Qué perfil le gustaría que tuviera el equipo que le acompañará durante el próximo año?
La presidenta electa adelanta cómo será la próxima jornada 2.0 del CEEM.
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Marina García: Confío en que siempre hay personas preparadas y con muchísimas ganas de participar altruistamente en este proyecto. Si algo tiene el CEEM es que siempre ha tenido y tiene estudiantes que pueden desempeñar esas labores. En este sentido, confío en que en octubre, celebremos la asamblea, se sumarán las personas que se sientan más capaces, y también más ilusionadas. Porque el CEEM es un proyecto de ilusión.
¿Cuáles considera que serán los grandes retos que deberá asumir Marina?
Víctor Expósito: El reto de mantener al CEEM bicefálico. Es decir, capaz de mantener ese balance entre nuestras reivindicaciones educativas y sanitarias, así como también a la hora de relacionarse con ambos ministerios (de Sanidad y Educación) y no perder de vista que somos estudiantes y futuros médicos.
Mantenernos bicefálicos nos permite, además, ser una organización reivindicativa, que no ha perdido nuestra capacidad de hacer política, de construir un cambio social y para los estudiantes de Medicina, a la vez que nosotros aportamos soluciones a estos alumnos. Es algo de lo que estamos muy orgullosos, ya que es una habilidad ampliamente reconocida por la sociedad en general, por la profesión médica e incluso por los ministerios, y que tenemos que seguir apostando por eso.
A pesar de la lucha del CEEM, el Foro de la Profesión Médica y el Ministerio de Sanidad contra la apertura de las facultades de Medicina no se ha logrado frenar a Baleares. ¿Qué ha fallado?
Víctor Expósito: Probablemente lo que faltó fue músculo social en la profesión. Hay que convencer a la sociedad de que lo que estamos defendiendo es por ellos. Cuando nos dicen que no queremos una nueva facultad en las Islas Baleares porque tenemos miedo que nos quitarán el trabajo es una afirmación radicalmente falsa, porque si hay 60 compañeros más en Islas Baleares, pues esas plazas se quitarán de otras facultades.
Ahora bien, hay una nueva facultad en las Islas Baleares que se va a abrir, no será porque el Consejo Estatal de estudiantes de Medicina, con su compromiso social, no ha intentado explicar por activa y por pasiva que no era necesaria. Quizás a otros agentes les ha faltado músculo a la hora de defenderlos, y creo que en eso probablemente hemos fallado.
A nosotros ahora nos toca tender la mano a Islas Baleares para que tengan el mejor proyecto educativo posible y para que los estudiantes entren cuanto antes a nuestra organización a representar a sus estudiantes de allí. Además, se deberá exigir a la Conferencia de Decanos ver dónde vamos a quitar 60 plazas para estudiantes para el próximo curso, para que no tengamos que decirles a 60 personas, después de 10 años, que se van a ir al paro.
Espero, realmente, que podamos convencer a la sociedad de que esto no es una cuestión de la profesión médica, sino de coherencia social y de gasto. Tenemos que ponernos de acuerdo entre todos.
¿Cuál será la postura del CEEM en el caso de que la problemática de las prácticas clínicas se expanda a una nueva autonomía?
Marina García: Ante todo, reafirmamos que es necesario garantizar la calidad formativa en los grados de Medicina y hacemos también esto extensivo al continuo de la profesión médica. No es un problema de una dicotomía público-privada, sino de planificación, ya que seguimos abriendo facultades de Medicina, colapsando el númerus clausus, careciendo de recursos en las facultades y, tras todo esto, nos enfrentamos al MIR. Todo esto también repercute en el día a día de los estudiantes, donde tenemos unas prácticas masificadas. En este sentido, si seguimos esta tendencia, claro que se va a repetir el problema.
¿Ven una batalla ideológica-política más que sanitaria?
Marina García analiza los proyectos que retomará con más ilusión.
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Víctor Expósito: Desde el CEEM está claro que de si algo no se nos puede acusar es de ser partidistas. En los últimos años hemos hablado con todos los partidos, nos hemos reunido en todas las consejerías, en comunidades autónomas de diferentes partidos de diferente signo y lo seguiremos haciendo.
Tenemos un proyecto que no tiende a una ideología determinada, sino que viene a defender la opinión mayoritaria de los estudiantes de Medicina. En estos momentos, la opinión predominante es que necesitamos unas prácticas de calidad y poner coherencia en el sistema, lo que permitirá que cuando el estudiante entra en su facultad, sepa dónde va a realizar las prácticas y que tendrá el espacio y las condiciones para realizarlas.
Lo que no queremos, ni estudiantes de la pública ni de la privada, es abrir la puerta y que haya cinco estudiantes dentro. Lo que buscamos es que esto esté planificado y coordinado y, en ese sentido, hemos pedido al Ministerio de Sanidad, un único hospital para una única universidad, tal y como finalmente se aprobó en el RD 420/2015, porque nosotros éramos los que sufríamos esa descoordinación.
En cuanto a la distribución de hospitales, creemos que se tienen que distribuir de forma que se asegure la calidad de la práctica de los estudiantes. Los hospitales privados tendrán que decidir con quién conveniarse, si quieren ser universitarios y tendrán que cumplir unos requisitos, tanto los privados como los públicos. Además, esos requisitos deberían ser un poco más transparentes. Deberíamos tenerlos y conocerlos tanto la profesión como la sociedad en general. En este sentido, no podemos seguir teniendo hospitales públicos que cuando están colocando la primera piedra, ya el cartel de universitario.
Recientemente se ha visto un nuevo intento de la homeopatía de entrar en la universidad con un curso de verano en Málaga. ¿Se intentará blindar aún más a las facultades contra estas prácticas?
Marina García: Estamos claramente posicionamos en este aspecto: mantenemos un no rotundo a las terapias sin evidencia científica. Ya hemos realizado varias campañas que así lo han denunciado, como ‘no sin evidencia’ y nos mantendremos en esa línea. Parece que, poco a poco, las universidades también se van dando cuenta de que no se pueden permitir. De lo contrario, haremos que se oiga nuestra voz.
La homeopatía no tiene espacio en la facultad pero, ¿quiénes sí deberían estar?
Víctor Expósito: Creemos que se puede seguir avanzando muchísimo en una formación que esté centrada realmente en el paciente y al final focalizada un poco en ver las maneras que tiene el estudiante de aprender y de formarse. De esta manera, hay que individualizar el aprendizaje para que cada estudiante tenga una forma de aprender distinta y que la misión de la universidad no sea marcar un camino estricto.
El Plan Bolonia ya es una apuesta por llevar al estudiante a un rol más activo y tendría que seguirse apostando por ahí. Eso significa pues que tiene que haber más asignaturas optativas para que los estudiantes puedan tener su propio carril de formación y elegir su propia ruta. También implica que tenemos que apostar por actividades extra o paralelas a la universidad, para que también sigan enriqueciendo su formación como nosotros, con congresos y jornadas formativas.
Debemos desviar un poco el foco de los hospitales, que se han llevado el protagonismo de la formación universitaria, a los centros de Atención Primaria, donde se atiende a los pacientes que tienen los problemas del día a día. Los médicos generales tenemos que estar preparados para dar esa atención al final de la vida, lo cual es comunicación de malas noticias, estar al lado del paciente realmente, y contar con unos conocimientos básicos en cuidados paliativos.
¿Qué novedades habrá en la próxima jornada formativa del CEEM?
El presidente del CEEM explica qué faltó para impedir la nueva apertura de facultades de Medicina.
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Marina García: En línea con la apuesta formativa, este año hemos preparado unas jornadas formativas CEEM 2.0, que se harán en Madrid durante el verano, pero que tienen un valor especial, una filosofía distinta. El equipo ha trabajado en un programa que ahondan en los temas de máxima actualidad, tanto educativa como sanitaria de estos últimos meses, pero también hace un especial llamamiento a lo que queremos que sea nuestro futuro.
Las jornadas se han estructurado en tres líneas: la primera, trata de mostrar una denuncia clara a aquello que queremos reivindicar. La segunda va hacia la toma de conciencia, entender nuestra realidad como algo mucho más global, siendo conscientes de que el foco está puesto en nosotros, pero saliendo un poco de esos personalismos. Y la tercera, la búsqueda de la construcción, planificación, y creación de nuevos proyectos. Van a ser unas jornadas muy atractivas que van a conseguir que allí los estudiantes podamos conectar, podamos trasladar de forma colectivas nuestras impresiones y aquello que vivimos en nuestras facultades.
¿Cómo resumiría en un titular los éxitos alcanzados durante su mandato?
Víctor Expósito: Un CEEM de propuestas, reflexión y análisis. En realidad también fue un CEEM del cambio y de actividades.
¿Qué titular le gustaría recibir una vez que termine la presidencia del CEEM?
Marina García: Prefiero ir poco a poco y seguir trabajando. Hay muchas cosas por continuar, por seguir profundizando, mejorando y construyendo. Y en ese sentido, veremos entonces el titular.
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