Marcos Domínguez. Madrid
Uno de los principales problemas de la política vacunal en España es que deja un gran lugar a la indefinición. Esta indefinición es la que ha propiciado varias polémicas en el último año, desde la salida de la vacuna de la varicela de la oficina de farmacia (y su paso a uso hospitalario) hasta el debate sobre la obligatoriedad de la vacunación surgido a raíz del caso de difteria en Olot.
Julio Sánchez Fierro, vicepresidente del Consejo Asesor del Ministerio de Sanidad, considera que parte del problema proviene de la Ley General de Salud Pública de 2011, un “producto legislativo inacabado y mejorable”, en sus propias palabras. Haría falta una serie de modificaciones “cumplir los objetivos que fija el legislador”. De ellas, las más importantes serían las siguientes.
“Volver al calendario vacunal único”, tal y como aparecía en el proyecto de ley de 2009, que finalmente fue sustituido por un calendario vacunal común a todas las comunidades autónomas, que es “de mínimos”, y que no garantiza la equidad en el acceso.
“Definir los criterios de inclusión y exclusión de vacunas del calendario”. De esta forma, se evitaría casos como el de la varicela, que ha pasado de oficina de farmacia a hospital, y de ahí puede dar un salto a su inclusión en el calendario, tema que se tratará en el próximo Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, en fecha aún por definir.
“Definir los criterios para establecer dónde se dispensan las vacunas”. Al hilo de lo anterior, eliminaría la incertidumbre de desconocer qué factores dirigen un antígeno determinado hacia uno u otro canal: oficina de farmacia, centro de salud, hospital.
“Regular de modo directo la obligación de vacunación”. Hasta ahora, este criterio se deja a disposición de quien toma la decisión, ya sea por reconocimiento del derecho a la protección del menor, ya sea por casos excepcionales como epidemias o pandemias, etc. Pero en la normativa no está explicitada una casuística determinada.
“Definir el modelo de financiación”. ¿Se trata un modelo cerrado o puede introducir cambios? Por ejemplo, Francia está desarrollando un modelo pionero en vacunas recomendadas pero no de calendario como el herpes zóster, para las que financia hasta el 65 por ciento del precio.
Son cinco abordajes que pueden redundar una mejora de las políticas de salud pública que, en la actualidad, “son muy débiles”, en palabras del también vicepresidente de la Asociación Española de Derecho Sanitario. Quién sabe si, con cada nueva noticia relacionada con las vacunas que aparece últimamente, se impondrá esta revisión de la salud pública.
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