Marcos Domínguez. Madrid
El tejido asociativo alrededor de la figura del paciente se ha ofrecido para apoyar la labor del farmacéutico, liberándole de tareas para que puedan dedicar tu tiempo a aquellas en las que su labor resulta esencial. Así lo ha expresado Antonio Torralba, presidente de la Coordinadora Nacional de Artritis (Conartritis), durante el V Foro de la Distribución Farmacéutica, celebrado este jueves en Madrid.
“Se puede confiar en las asociaciones”, ha explicado Torralba, “para atender al paciente de forma personalizada, formarle, etc.” y así no sobrecargar al farmacéutico. Para el paciente, este es un profesional sanitario cercano, “casi de la familia”, en el que confía plenamente para resolver aquellas dudas que no han podido ser planteada en consulta, aporta consejos, etc. además de otras funciones que no ve (formulación magistral, abastecimiento, farmacovigilancia, entre otras). Esto puede sobrecargarle, que no disponga de tiempo y recursos y “que se aleje del paciente”. “Remitiendo al paciente a las asociaciones, el farmacéutico gana tiempo para dedicar al resto de tareas”.
Apoyo a la farmacia de servicios
El apoyo de los pacientes a la figura del farmacéutico es plena, como se ha demostrado con el segundo representante de las asociaciones presente en el foro: Antonio Bernal, presidente de la Federación Nacional de Enfermos y Trasplantados Hepáticos (Fneth) y vicepresidente de la Alianza General de Pacientes. “Igual que hay atención médica y enfermera, tiene que haber atención farmacéutica a domicilio”, ha sentenciado, aclarando que “no se trata de sustituir: la atención farmacéutica debe ser complementaria e integral”.
Este apoyo se ha extendido a la implantación de los servicios profesionales, que ya se están llevando a cabo en otros países con éxito. Pero Bernal ha ido más allá y ha considerado que el farmacéutico comunitario debe ser responsable de la atención farmacoterapéutica del paciente una vez fuera del hospital, y “alentar la implicación del paciente”.
También se ha inclinado por generar indicadores de calidad de los procesos de atención a pacientes frágiles, crónicos y polimedicados. El objetivo, “acabar con los compartimentos estancos” y considerar “de verdad” al paciente como centro del sistema.