La
Mesa de la Profesión Farmacéutica ha fijado en su hoja de ruta la necesidad de incorporar
cinco nuevas especialidades al FIR para responder a los retos asistenciales del Sistema Nacional de Salud (SNS). Sin embargo, su encaje en el modelo actual de la Formación Sanitaria Especializada (FSE) ha despertado algunas reticencias entre el
sector universitario, que solo ve “factible” por el momento el desarrollo de dos de ellas. Las tres restantes se han topado con el hándicap de que, para que vieran la luz, habría que convertir a las
oficinas de farmacia en unidades docentes acreditadas, de igual manera que lo son los hospitales o centros de salud.
Fuentes de solvencia del ámbito farmacéutico universitario han adelantado a
Redacción Médica que actualmente solo respaldan sin fisuras la creación de las especialidades de
Atención Primaria y de
Salud Pública. Mientras que consideran que las de
Clínica Familiar y Comunitaria,
Industria y Galénica o
Análisis y Control de Fármacos deberían incluirse dentro de los planes de formación continuada de la profesión, pero no en el FIR, debido a las "dificultades" para poder gestionar a los residentes a través de las oficinas.
Una de las cuestiones que han generado estas diferencias está marcada por
el modelo retributivo. A diferencia de los residentes que están contratados por los centros hospitalarios de la administración pública, la puesta en marcha de estas nuevas especialidades les dejaría bajo la responsabilidad de los gestores de las oficinas.
“¿Cuánto se les va a pagar? ¿Quién lo va a hacer?”, se han cuestionado los académicos.
“La oficina de farmacia es un
ente que forma parte del sistema público pero que tiene titularidad privada”, han recordado las mismas fuentes que tienen un papel activo en la discusión del futuro de la profesión farmacéutica.
Otra de las dudas que ha provocado esta primera clasificación de las especialidades del futuro es si alguna puede terminar convirtiéndose en un
requisito imprescindible para ejercer en una oficina de farmacia, una pregunta para la que los expertos universitarios tampoco han encontrado respuesta.
“¿Será necesario para ser titular de una farmacia?”, se han cuestionado.
Los memorándums de las especialidades FIR
En todo caso, el desarrollo de las cinco especialidades diseñadas por la Mesa de la Profesión Farmacéutica todavía está sujeta a una
fase de estudio. Aunque el organismo que representa a las principales organizaciones profesionales, colegiales, académicas, científicas y empresariales ya ha fijado estos títulos en los Documentos de posición que han presentado a la opinión pública, cada una de las ramas tiene que seguir avanzando con
la creación de un respectivo memorándum.
Fuentes presentes en la mesa han reconocido que todavía
no se ha completado la memoria justificativa de ninguna de las cinco especialidades propuestas, aunque las diferencias en el criterio anticipan que las que previsiblemente verán primero la luz serán las de Salud Pública y Atención Primaria para las que no hay tanta discusión. Es un paso previo imprescindible antes de trasladar la petición de manera formal al
Ministerio de Sanidad para que lo incluya en sus planes de ordenación profesional.
“Vamos a seguir trabajando.
No hay una resolución final de que estas cinco especialidades vayan a salir adelante”, han concluido desde el sector.
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