La Aemps prohíbe una ‘viagra’ que se hacía pasar por complemento alimenticio

El producto contiene un derivado del sildenafilo que no estaba incluido ni declarado en su etiquetado, lo que “supone un riesgo para la salud pública”.

Martes, 10 de marzo de 2015, a las 18:43
Redacción. Madrid
La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps), dependiente del Ministerio de Sanidad, ha ordenado la retirada del mercado y prohibido la comercialización de unas cápsulas denominadas Vigoraxia porque incluyen en su composición un derivado del sildenafilo, principio activo del popular fármaco para la disfunción eréctil Viagra (Pfizer).

La cuestión es que estos comprimidos se comercializaban como complemento alimenticio a través de la página web de Vigoraxia pero según los análisis llevados a cabo por el Laboratorio Oficial de Control de esta Agencia, el producto contiene tiosildenafilo, derivado del sildenafilo, un inhibidor de fosfodiesterasa-5 (PDE-5) que no estaba incluido ni declarado en su etiquetado, lo que "supone un riesgo para la salud pública".

El tiosildenafilo es una sustancia sobre la que se tiene un conocimiento limitado tanto de su actividad farmacológica como de sus características farmacocinéticas y su perfil de seguridad.

Además, recuerda la Aemps, los inhibidores de la PDE-5 están contraindicados en pacientes con infarto agudo de miocardio, angina inestable, angina de esfuerzo, insuficiencia cardiaca, arritmias incontroladas, hipotensión, hipertensión arterial no controlada, historia de accidente isquémico cerebral (ictus isquémico), en pacientes con insuficiencia hepática grave y en personas con antecedentes de neuropatía óptica isquémica anterior no arterítica o con trastornos hereditarios degenerativos de la retina tales como retinitis pigmentosa (una minoría de estos pacientes tienen trastornos genéticos de las fosfodiesterasas de la retina).

Del mismo modo, presentan numerosas interacciones con otros medicamentos, pudiendo además aparecer reacciones adversas de diversa gravedad a tener en consideración, como las cardiovasculares, ya que su consumo se ha asociado a infarto agudo de miocardio, angina inestable, arritmia ventricular, palpitaciones, taquicardias, accidente cerebro-vascular, incluso muerte súbita cardiaca, que se han presentado en mayor medida en pacientes con antecedentes de factores de riesgo cardiovascular.

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