Eduardo Ortega Socorro. Madrid
Poco a poco, Bruselas reconoce que España hace los deberes que se le están mandando. Al menos, así se observa en el dictamen que el Consejo de Europa ha emitido sobre el Programa Nacional de Reformas de 2015 español, en que el órgano emite un dictamen positivo sobre los avances presupuestarios y fiscales logrados durante el último año.
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Mariano Rajoy, presidente de España.
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También hay alguna visión positiva sobre lo que se está haciendo en el ámbito de la sanidad. “Ha mejorado la relación coste-eficacia del sector sanitario”, indica el texto del Consejo, que, sin embargo, avisa de que “sigue siendo esencial mantener controlado el aumento de los gastos farmacéuticos y, en concreto, realizar un seguimiento de los de los hospitales”.
De hecho, el Gobierno de Mariajo Rajoy sigue sin lograr el visto bueno de Europa en esta materia. Y es que en las recomendaciones del dictamen, el Consejo insiste en la necesidad de que España tome medidas entre 2015 y 2016 “con el fin de racionalizar los gastos farmacéuticos de los hospitales y (a pesar de los avances logrados) y mejorar la relación coste-eficacia del sector sanitario".
El órgano también aconseja “reforzar la transparencia y la obligación de rendir cuentas de las haciendas públicas de las comunidades autónomas”. Considera que “sigue habiendo margen de mejora a escala regional garantizando el cumplimiento del principio de estabilidad del Derecho sobre transparencia y plurianualidad, la convergencia con las normas públicas de contabilidad y un uso adecuado de las cuentas extrapresupuestarias”.
Tareas pendientes en servicios profesionales
Por otro lado, el Consejo también llama la atención sobre las tareas que el ejecutivo español todavía tiene pendientes. “No se ha registrado ningún avance por lo que se refiere a la adopción de la reforma de los servicios profesionales y las asociaciones profesionales”, reclama en el dictamen.
Asimismo, tampoco se olvida de los déficits que sigue sufriendo España en el ámbito de la I+D+i. “Las deficiencias estructurales de su sistema de investigación e innovación siguen limitando el potencial de crecimiento de la economía española. Por ello, sigue siendo esencial encontrar nuevas fuentes de financiación, garantizar una utilización eficaz y eficiente de los recursos, crear la nueva agencia de investigación y promover medidas encaminadas a hacer que el entorno empresarial sea más propicio a la innovación”.
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