Un
15 por ciento de las personas que se han vacunado contra el Covid-19
no ha logrado generar anticuerpos para protegerse contra la enfermedad. Es una de las claves del estudio que ha presentado el
Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos después de evaluar a más de
4.000 personas que han pasado por las farmacias en el último semestre del 2021.
El análisis sobre
la seguridad y seroprevalencia de las vacunas se ha realizado en una red de 121 farmacias centinela de
Castilla y León en dos fases: una inicial en junio de 2021 y otra en diciembre de ese mismo año. Sus datos son extrapolables al conjunto del país debido a que los programas de inmunización han sido homogéneos entre todas las comunidades.
El estudio ha concluido que el 85 por ciento de las personas que han recibido la inyección contra el coronavirus ha logrado desarrollar anticuerpos, aunque esta eficacia varía en función del tipo de vacuna administrada. Aquellas que están desarrolladas con la tecnología
ARN mensajero han sido las que han demostrado mayor eficacia.
Pfizer lidera la tabla con un 91 porciento, seguido de
Moderna con un 90 por ciento.
Más limitado ha sido el desarrollo de anticuerpos para los modelos que utilizan vectores virales. La eficacia ha sido de apenas
el 46 por ciento con la vacuna desarrollada por la compañía Janssen (Johnson & Johnson) y del
68 por ciento para la británica Astrazeneca. La combinación de diferentes tipos sí que ha resultado efectiva en un
91 por ciento.
La generación de anticuerpos es una de las claves para desarrollar inmunidad contra el Covid-19, aunque el estudio no ha tenido en cuenta otros factores como el impacto de las células T de memoria que también protegen al organismo.
“Somos conscientes de que no es la única respuesta que generan las vacunas pero sí que es un sensor de qué inmunidad están desarrollando los pacientes”, ha apuntado el miembro de la Red de Centinelas de Castilla y León,
José Luis Nájera.
Javier Herradón, presidente del Consejo de Farmacéuticos de Castilla y León; Jesús Aguilar, presidente del Consejo General de Farmacéuticos y José Luis Nájera, miembro de la Red de Farmacias Centinela.
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La vacuna pierde eficacia a los 7 meses
Otra de las claves en este estudio de seroprevalencia es la duración de la inmunidad provocada por las vacunas. El análisis con los test de anticuerpos de los ciudadanos que han pasado por las farmacias ha permitido concluir que l
a protección comienza a decaer transcurridos los siete meses en los individuos que han recibido una vacuna de
ARN mensajero (Pfizer y Moderna) y que no se han contagiado del Covid-19.
Este dato se antoja crucial para planear la estrategia de vacunación de refuerzo y por eso los autores del informe ya lo han presentado a la Agencia Española del Medicamento. “
Demuestra el enorme conocimiento epidemiológico que pueden aportar las oficinas de farmacias y poderlo integrar en la estrategia de salud pública”, ha apuntado el presidente del Consejo General de Farmacéuticos,
Jesús Aguilar.
La duración de la inmunidad en los ciudadanos que han recibido otros modelos de la vacuna es más bajo. Los anticuerpos comienzan a disminuir
a partir del cuarto mes en los que han sido vacunados con
Janssen o Astrazeneca, siempre y cuando no hayan superado ya la enfermedad, lo que desencadena una protección a más largo plazo.
Ana López Casero, tesorera del Consejo de Farmacéuticos; Javier Herradón, presidente del Consejo de Farmacéuticos de Castilla y León; Jesús Aguilar, presidente del Consejo General de Farmacéuticos; José Luis Nájera, miembro de la Red de Farmacias Centinela, y Raquel Martínez, secretaria general del Consejo General de Farmacéuticos.
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Dos casos graves de reacciones adversas
El informe también ha servido para apuntalar la información de otros estudios científicos sobre la seguridad de la vacuna. El análisis de los individuos que han pasado por las farmacias ha permitido identificar
la aparición de 4.101 acontecimientos adversos tras la vacunación, aunque la mayor parte son de carácter leve, como
dolor de cabeza, cansancio o tos.
Las consultas de los farmacéuticos solo han dado con
dos casos de enfermedades graves derivadas de la vacunación. Un paciente ha desarrollado el
síndrome de Guillain-Barré que afecta al sistema nervioso, provocando parálisis y hormigueo en las extremidades. Mientras que en otra ocasión se ha detectado una
neuritis aguda, que produce inflamación cerebral.
La vacuna con mejor porcentaje de efectos negativos ha sido la de
Pfizer, ya que solo se ha detectado en un 1,1 por ciento de los pacientes. Le sigue de cerca
Janssen con un 2 por ciento de su muestra y
Moderna con un 2,9 por ciento. La combinación de diferentes tipos de vacunas ha desencadenado más problemas adversos, ya que se elevan hasta el 3,8 por ciento de los vasos.
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