Según los casos, la
hepatitis es prevenible mediante
vacuna (A y B), o puede ser tratada mediante
fármacos (B y C). "De ahí que
el farmacéutico sea un profesional sanitario clave para el control de esta enfermedad", como señala en un comunicado el
Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos.
En el
ámbito hospitalario "su papel es fundamental, pues según un estudio realizado en el
Hospital Universitario del Henares (Coslada, España) su
intervención sobre 128 pacientes mejoró los efectos negativos de la medicación en el 80,9 por ciento de los casos".
"La participación de estos sanitarios optimiza los tratamientos con el fomento de la adherencia"
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Por otra parte, los farmacéuticos argumentan que "la red de 22.000 farmacias comunitarias que hay en España constituye
un recurso sanitario de la máxima eficacia en relación con la hepatitis. Desde estos establecimientos sanitarios se pueden realizar labores de educación sanitaria orientada a la prevención; contribuir a la
detección precoz y diagnóstico temprano de la enfermedad (esencial para el éxito de su tratamiento y evitar nuevos contagios, hasta el punto de que en Estado Unidos se están realizando estudios pilotos sobre el cribado de la hepatitis C desde la farmacia comunitaria) y, por supuesto para
optimizar los tratamientos farmacoterpéuticos, mediante el fomento de la adherencia y la conciliación con otros tratamientos o el uso de medicamentos sin receta".
Abordaje de las hepatitis
En el caso de la hepatitis A "
no existe ningún tratamiento farmacológico específico, si bien existen dos vacunas específicas cuya administración está recomendada a grupos de riesgo como viajeros a zonas endémicas, personas homosexuales o pacientes con problemas hepáticos crónicos".
Por lo que respecta a la hepatitis B "existen hasta
seis tipos de vacunas. En caso de desarrollar la enfermedad es fundamental un
tratamiento precoz que evite que se convierta en crónica. En ese caso, la enfermedad se puede
controlar eficazmente mediante diversos tratamientos farmacológicos, aunque no exista ninguno que consiga eliminar el virus en todos los pacientes".
Por último y hasta la fecha, la hepatitis C "carece de vacuna. Aun así es una enfermedad curable, por lo que es muy importante identificar a los portadores asintomáticos y someterles a tratamiento. Si bien en España el acceso de todos los ciudadanos afectados a esos medicamentos es una realidad, no lo es en otras partes del mundo.
Son tratamientos individualizados en función de las características de cada paciente. En nuestro país están disponibles hasta tres combinaciones de antiretrovirales, cuyas tasas de éxito superiores al 90 por ciento en todos los casos".
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