La
Farmacia Hospitalaria lo tiene claro: más no siempre es mejor. Evitar el uso de antibióticos innecesarios para tratar las enfermedades de los pacientes tiene beneficios como menos coste, efectos adversos menores y una resistencia más baja, además de un aumento de la adherencia. Por este motivo, la
Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH), se ha hecho eco de
la tabla 'Shorter is better' de Brad Spellberg –médico jefe del Centro Médico General de Los Ángeles e investigador y experto en enfermedades infecciosas–, en la que se enumeran aquellas patologías en las que un
ciclo corto de antibióticos es igual de eficaz que uno largo. En este sentido, la entidad científica ha recordado que "una pauta corta de medicamentos" es igual de eficaz que otra de mayor duración "en muchas situaciones". Entre estos casos está la
osteomielitis, que puede tratarse en un
ciclo largo (84 días) y en otro
más reducido (42 días), llegando a la misma eficacia en ambos casos, según la entidad.
En la
neumonía y sus diferentes variantes ocurre lo mismo. La que se contrae en la comunidad, puede tratarse con antibióticos durante 3 o 5 días en su forma reducida o entre
5 y 14 días en la larga, llegando a los
mismos buenos resultados en ambos casos. La
adquirida en la UCI, puede superarse con 3 días o con 14-21 días en su formato extenso, y, de nuevo, obteniendo en ambas el mismo éxito. La neumonía
asociada a la ventilación muestra el mismo camino según la SEFH, pudiendo tratarse entre 5 y 8 días o en la franja de 10 a 15 días, consiguiendo, una vez más, un
resultado satisfactorio en las dos vertientes.
Otras patologías pueden reducir incluso a la mitad de tiempo el consumo de antibióticos, son los casos de las
infecciones osteoarticulares (28 días), la
osteomielitis de pie diabético (10-21 días), el
empiema (14-21 días), la
artritis séptica (14 días), la
exacerbación de fibrosis quística (10-14 días), la
pielonefritis (5-7 días), la
bacteriemia (7 días) o el
eritema migratorio (7-10 días).
Lo mismo ocurre, aunque
no con un cambio tan notorio, con
otras patologías como:
infección intraabdominal complicada; apendicitis compleja; celulitis; meningitis bacteriana, exacerbación aguda de bronquitis; EPOC; sinusitis bacteriana aguda; hemorragia de varices esofágicas, fiebre neutropénica; neumonía adquirida en comunidad atípica; profilaxis post quirúrgica y la Malaria P. vivax.
La
tuberculosis, en su versión latente, multirresistente, resistente a rifampicina, abdominal, ganglionar o espinal; la infección de prótesis articular de inicio temprano; la otitis media en mayores de 2 años y la
faringitis estreptocócica a otros antibióticos que no sean penicilina V, también muestran un resultado similar, tanto en su versión corta como larga.
Enfermedades en las que se recomienda un ciclo largo
En las tablas, también se mencionan las patologías en las que la eficacia del ciclo corto de antibióticos fue inferior frente a los largos. Entre estos casos, se encuentran enfermedades como la
infección de prótesis articular, donde se recomiendan 12 semanas de tratamiento; la
otitis media en menores de 2 años, en la que lo ideal es que el antibiótico dure 10 días o la
aspergilosis pulmonar crónica, con tratamiento de 12 meses.
Otras excepciones son la faringitis
estreptocócica con penicilina V, donde el ciclo corto de 3 a 5 días se mostró inferior al de 7-10 días, y la
tuberculosis pulmonar activa, donde el tratamiento de 4 meses fue peor al de 6 meses.
Aunque pueda contener afirmaciones, datos o apuntes procedentes de instituciones o profesionales sanitarios, la información contenida en Redacción Médica está editada y elaborada por periodistas. Recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.