El grupo de
Adherencia de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (
SEFH) ha celebrado la
Jornada de Adherencia al Tratamiento, con un formato innovador que ha buscado fomentar la participación de los asistentes.
Para ello se ha centrado en
casos clínicos contando con la colaboración de otros grupos de trabajo de la SEFH como
Cronos (atención a pacientes crónicos),
Gedefo (Farmacia Oncológica),
Salud Mental,
Enfermedades Inmunomediadas y
VIH.
Se trata de casos clínicos de patologías para las que el enfoque de la
adherencia tiene características singulares:
paciente crónico con multimorbilidad, paciente oncohematológico, paciente con problemas de salud mental, paciente con enfermedad inmunomediada y paciente por infección por VIH.
Adherencia y resultados en salud
Maite Martín, coordinadora de Adhefar, ha apuntado que “la misión del farmacéutico de hospital es conseguir los mejores resultados en salud para nuestros pacientes mediante el uso adecuado del medicamento, es decir, que sea efectivo, seguro y eficiente”.
Una adherencia óptima repercute en la mejora en la calidad y esperanza de vida, así como en el perfil de seguridad de los tratamientos
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“En este sentido”, ha continuado, “la falta de adherencia en los tratamientos crónicos es un problema universal y real que afecta a la efectividad de estos y
se traduce en unos resultados peores en salud con un impacto negativo. En este sentido, la OMS sitúa la tasa de adherencia en tratamientos crónicos en torno al 50 por ciento”.
Por su parte,
Andrés Navarro, co-coordinador de Adhefar, ha destacado la labor de los Servicios de Farmacia, “que comprende todo el proceso farmacoterapéutico: desde su selección y posicionamiento hasta la administración y el seguimiento clínico de los pacientes”.
“Él farmacéutico de hospital
ha pasado de centrar su actividad en el medicamento a centrarla en las personas que tienen una enfermedad para prevenirla o tratarla. En este seguimiento, una de nuestras principales aportaciones, encaminadas a maximizar la efectividad de los tratamientos, es la mejora de la adherencia de los pacientes”.
Efectos de la falta de adherencia
A nivel clínico,
la adherencia afecta a la efectividad de los tratamientos, disminuyendo la probabilidad de éxito terapéutico, lo que puede propiciar un aumento de dosis o cambios a tratamientos más agresivos, de forma que
se incrementan los riesgos y los costes.
Una adherencia óptima repercute en la mejora en la calidad y esperanza de vida, así como en el perfil de seguridad de los tratamientos y en la evolución de las enfermedades.
Además, existen consecuencias económicas, como las resaltadas por
un reciente estudio efectuado en la Unión Europea que sitúa el coste de la no adherencia en España en torno a los 10.500 millones de euros, y en 10.000 las muertes que podrían evitarse si la adherencia fuera la adecuada.
Una baja adherencia supone un incremento de hospitalizaciones, visitas a urgencias, pruebas complementarias y utilización de otros medicamentos, con el consiguiente aumento en los costes además de la financiación de fármacos que no se llegan a tomar.
Por último, se han resaltado en la jornada las consecuencias sociales, que normalmente han sido poco valoradas y que varían según la medicación de que se trate. En el ámbito de los medicamentos de dispensación hospitalaria, como es el caso del tratamiento del VIH, un mal control de la enfermedad y el riesgo de transmisión de esta serían las consecuencias más evidentes.
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