Lidiar con el
dolor postoperatorio, y también abordarlo para reducirlo, es algo complejo. Partiendo de la base de que se trata de una
noción subjetiva, requiere una
atención multidisciplinar. Se calcula que
más del 80 por ciento de los pacientes que han sido intervenidos quirúrgicamente experimentan dolor postoperatorio agudo, y el 75 por ciento lo califican de moderado o grave.
Contar, por ende, con
profesionales especialistas en el dolor es clave para proporcionar una atención adecuada a los usuarios de la sanidad, y ahí tiene también mucho que decir la Farmacia Hospitalaria tanto dentro como fuera del propio hospital.
A primera hora de este jueves, el
Palacio Euskalduna de Bilbao ha acogido el taller
El dolor: experiencias de éxito del farmacéutico en el manejo del dolor postquirúrgico, que, en el marco del
68 Congreso Nacional de la Sociedad Española de la Farmacia Hospitalaria (SEFH), ha moderado
Álvaro Giménez, farmacéutico del
Hospital General Universitario Gregorio Marañón.
¿Qué es el dolor postquirúrgico?
María Pilar Monforte, farmacéutica adjunta del
Hospital Clínico Lozano Blesa, de Zaragoza, ha distinguido entre
tres tipos de dolor postoperatorio: en reposo, que responde bien a los analgésicos; en movimiento, de estimulación alrededor de la herida y, sobre todos ello, el
dolor persistente o crónico, que, aunque sólo se da en entre el 10 y el 30 por ciento de los pacientes, prevalece durante más de un mes tras la cirugía.
Esta clase de dolor se asocia a un
aumento de la estancia hospitalaria del 32 por ciento, según la experta, que también ha subrayado que el 25 por ciento de los ingresos inesperados están motivados por el dolor. En su revisión, ha concluido señalando las
múltiples alteraciones fisiológicas como vómitos, dilatación gástrica, retenciones urinarias, ansiedad e insomnio, que provocan estos tipos de dolor.
¿Cómo funciona una unidad hospitalaria del dolor?
La anestesióloga
Silvia Gil y el farmacéutico
Abraham Sánchez forman parte de la unidad especializada en dolor del
Hospital de Ciudad Real. Se trata de una unidad “de bajo coste”, según ha indicado Gil, esto es, que no cuenta con espacio específico dentro del centro hospitalario a pesar de tratarse de un equipo multidisciplinar compuesto por anestesiólogos, enfermeras y farmacéuticos.
“Un dolor mal controlado se convierte en crónico y, por lo tanto, en un problema de salud”, ha afirmado. De ahí la importancia de que impulsara esa unidad específica de dolor agudo en su hospital, que, antes de ello, no contaba con ninguna práctica clínica estandarizada al respecto. “Ahora, cuando llega el paciente,
establecemos un plan analgésico, y también tenemos un plan para tratar el dolor tras la operación, porque
no es lo mismo un paciente de 80 años que se ha operado de la cadera que uno de 40, y todos tienen derecho a que se les escuche y a no tener dolor”.
Esa estrategia individualizada se basa en el
modelo de ascensor analgésico, que distingue entre dolor leve, moderado, severo o insoportable. Cuando el paciente pasa a planta,
los especialistas de la unidad se coordinan para hacer el seguimiento preceptivo y velar por la
adherencia terapéutica, que se basa en la
analgesia multimodal. Lo normal es que los usuarios permanezcan ingresados, como mucho, 72 horas. Son casos graves los de pacientes que pasan ingresados más de cinco días.
¿Qué papel desempeña el farmacéutico?
Sánchez ha destacado la evolución de la labor que lleva a cabo, como farmacéutico, en la unidad de dolor agudo del Hospital de Ciudad Real desde que se puso en marcha. Si bien sus competencias comenzaron limitándose a
establecer protocolos de prescripción, analizar la compatibilidad de las mezclas analgésicas, seleccionar los dispositivos de administración y elaborar mezclas en el servicio de Farmacia, hoy en día, además de lo anterior, participa en el seguimiento de pacientes como
nexo entre las unidades quirúrgica y de dolor, trabaja en pro de la conciliación del tratamiento analgésico domiciliario y evalúa la mediación administrada en el momento del alta.
Se trata, en definitiva, de un ejemplo de lo que este 68 Congreso de la SEFH pretende mostrar: que la Farmacia Hospitalaria ha de seguir dando paso en pos de una
atención global, en la que tiene cabida la
atención integral al paciente, es decir, mimarlo no sólo durante su ingreso, sino también durante su periodo de recuperación en casa.
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