El tratamiento de la hipertensión arterial pulmonar “se ha vuelto más complejo” con los años y se debe fundamentalmente al “aumento de las opciones farmacoterapéuticas” y a la “mayor supervivencia de los pacientes con un número creciente de comorbilidades”, tal y como señalan los investigadores de un nuevo estudio en el que recogen las principales interacciones de fármacos para esta enfermedad.
Investigadores de la Universidad de California han publicado en la revista científica 'CHEST' su artículo '
Drug-Drug Interaction in the Management of Patients With Pulmonary Arterial Hypertension'. En este se detallan, además de incluir tablas resumen que facilitan la consulta rápida,
todas las posibles interacciones entre los tratamientos de hipertensión arterial pulmonar (HAP) y otras enfermedades.
En Estados Unidos, la Agencia de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) tiene aprobados 14 fármacos para la hipertensión pulmonar. En los últimos 25 años “la HAP ha pasado de ser una enfermedad sin tratamientos específicos y con un pronóstico desalentador a una
enfermedad con tres vías de tratamiento principales y una esperanza de vida significativamente mejorada”, señalan los autores de esta investigación. Ahora, además, esta nueva esperanza de vida implica que se encuentran con
pacientes que tienen otras afecciones y se debe tener en cuenta los posibles efectos adversos de mezclar distintos fármacos.
Evitar interacciones farmacológicas, trabajo en equipo
Evitar las interacciones farmacológicas es un trabajo en equipo, que incluye desde el farmacéutico hospitalario hasta el propio paciente, pasando por médicos, enfermeras especializadas y otros farmacéuticos. Por ejemplo, antes de hacer cambios en el tratamiento de la propia enfermedad hay que revisar la medicación con la que se trata el resto de afecciones para evitar reacciones adversas. Además, estos investigadores señalan que la “historia clínica electrónica puede aprovecharse para crear alertas de posibles interacciones” o que las farmacias, incluidas las de los hospitales, “deben revisar las interacciones antes de dispensar” porque los medicamentos “podrían” haber sido añadidos sin tener en cuenta los fármacos que tome el paciente. Por otra parte, las enfermeras especializadas en hipertensión arterial pulmonar, “a menudo sirven como punto de contacto para los pacientes”, incluso para hablar sobre los medicamentos.
Por último, los pacientes también deben protegerse de las posibles interacciones entre fármacos. Pueden hacerlo de varias maneras. Por un lado, recordando a los médicos que les receten nuevos fármacos cuál es su medicación habitual y lo mismo con los farmacéuticos cuando vayan a por cualquier otro tratamiento, incluidos los de más uso como "los tratamientos comunes de Covid-19 y los medicamentos para el resfriado que contienen descongestionantes". El equipo que da tratamiento para la hipertensión arterial pulmonar "debe educar al paciente sobre la enfermedad y los medicamentos que se utilizan para tratar la HAP, con énfasis en las interacciones farmacológicas que pueden ocurrir”.
“Deben conocer las interacciones con los medicamentos prescritos habitualmente y los de venta libre utilizados para controlar los efectos secundarios, como los antiácidos o los descongestivos”, explican los investigadores en esta revisión de interacciones farmacológicas. “Con diligencia de todas las partes, las interacciones medicamentosas pueden minimizarse”, concluyen los investigadores.
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