La
presencia del farmacéutico en equipos clínicos es una realidad y cada vez lo será más. Sin embargo, el horizonte de la Farmacia Hospitalaria no está exento de riesgo de desgaste.
"Todos me miraban con recelo, como si fuera un inspector", comenta
Laura Anoz, responsable de Consultas Externas del Servicio de Farmacia Hospitalaria del Hospital Can Misses (Ibiza), sobre su experiencia de R4, donde rotaba en planta.
"Otros me miraban con miedo, y otros como una fiscalizadora. Luchar contra esos prejuicios fue complicado". Anoz ha explicado, en el marco del
VI Encuentro Global de Farmacia Hospitalaria, cómo "quería anotar en la historia clínica mis observaciones y no estaba bien visto: algunas estaban tachadas con típex, otras veces la hoja donde las había apuntado desaparecía… Por solicitar analíticas, hubo médicos que me denunciaron".
La sexta edición de este evento profesional ya consolidado, que cuenta con el
patrocinio de Akcea, Alexion y MSD, se ha adaptado a la situación sanitaria provocada por el coronavirus y es virtual. De esta manera, se celebra durante este jueves y viernes 10 y 11 de diciembre
online en torno a mesas de debate y conferencias.
Los ponentes de la mesa describen cómo afecta el burnout al desmpeño y satisfacción del farmacéutico.
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Anoz ha descrito estas experiencias como parte de la mesa sobre burnout farmacéutico de este evento, organizado por
Redacción Médica y auspiciado por la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH). Esa
falta de autonomía del farmacéutico clínico es uno de los principales factores de desgaste, y es que, en una encuesta en Estados Unidos, estos profesionales aparecían entre los primeros puestos de los más afectados por el
burnout.
María José Merino, responsable del Laboratorio de Análisis Clínicos de la Unidad de Calidad del Hospital Doctor Moliner, ha señalado, en base a un trabajo sobre el
burnout, que la autonomía es un factor diferenciador. "Depende de la organización en la que estés, los recursos que tengas, lo jerarquizada que sea, la capacidad de decisión sobre tu propio trabajo… Pero,
cuanta más autonomía tienes, más apoyo tienes por parte de los compañeros", sostiene.
Falta de autonomía, sobrecarga de trabajo, falta de incentivos y lentitud burocrática son las razones más habituales para que un profesional pierda la ilusión por su trabajo. El peligro es que, como ha señalado el jefe de Farmacia del Hospital Serranía de Ronda,
Sergio Fernández, es algo que va calando gota a gota, "no pasa de un día para otro", y cuando uno se da cuenta la escapatoria es difícil.
Arriba: María Dolores Santos, jefa de Farmacia del Juan Ramón Jiménez, y Sergio Fernández. Abajo, María José Merino y Laura Anoz.
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No hay una única solución al
burnout. Con un panorama de plantillas infradotadas, escasa dotación tecnológica,
incertidumbre en el uso de los nuevos medicamentos o de los trámites burocráticos (la lentitud con la que aparecen los informes de posicionamiento terapéutico o se resuelven los concursos de traslados también aportan al desgaste), luchar contra el
burnout se hace francamente difícil.
Algunas cuestiones no se pueden resolver pero también "hay soluciones dentro de tu entorno, como intentar mejorar el clima laboral, cuidando las relaciones interpersonales: un 'buenos días' al llegar al trabajo marca la diferencia", sostiene Fernández.
Él, como jefe de Servicio, también ha valorado el reconocimiento de la labor que realiza su equipo. Decir "buen trabajo" puede ayudar a mejorar un clima hostil.
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