La
pandemia de Covid-19 ha obligado a los profesionales de
Farmacia Hospitalaria a multiplicar sus esfuerzos para estar al día de las nuevas evidencias en torno al
tratamiento de la enfermedad. Tanto es así que han tenido un papel capital en los ensayos clínicos. Además, han asumido ciertos retos derivados de la crisis sanitaria, como el hecho de desarrollar la telefarmacia, todo un desafío por las plantillas deficientes.
"Si yo normalmente me reunía dos o tres veces al año con los Servicios de Infecciosas o Interna para evaluar un ensayo clínico de un fármaco; en los últimos 6 meses he podido tener 12 o 15 reuniones para valorar y discutir nuevos fármacos", ejemplifica
Jesús Sierra, jefe de Sección de Uso Racional del Medicamento del Hospital Universitario Jerez de la Frontera (Cádiz).
"Eso supone un
aumento de actividad analítica de evidencias que nos lleva mucho tiempo y nos obliga a ir a marchas fozadas", ilustra el farmacéutico hospitalario, que se ha empapado de cada nuevo ensayo publicado, perdiendo incluso horas de sueño.
"Me he visto en casa, de madrugada, leyendo documentos para poder explicar al día siguiente si un fármaco funcionaba o no", rememora Sierra.
El papel de la Farmacia Hospitalaria en los ensayos clínicos
La Farmacia Hospitalaria, reivindica Sierra, "es el
eje central del desarrollo de ensayos clínicos". Debido al Covid-19, estos se han "incrementado mucho", lo que ha derivado en una "sobrecarga de trabajo" para los profesionales. "En la segunda y la tercera ola se han hecho muchas propuestas de ensayos clínicos porque solo teníamos los corticoides como tratamiento", explica el especialista, que advierte de la implicación que supone plantear un ensayo clínico "en pleno pico pandémico".
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Los servicios de FH hemos participado hasta en la selección de pacientes, captándolos para incluirlos en ensayos Covid", ilustra Sierra, señalando que esta labor, normalmente, la llevan a cabo los propios investigadores. "Hemos estado implicados también en los estudios observacionales", recuerda el farmacéutico. Tanto es así que
la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria impulsó en la primera ola un registro español de resultados farmacológicos que ha reclutado a 15.600 pacientes.
Pero la labor del farmacéutico hospitalario ha ido más allá durante la crisis sanitaria, hasta las áreas de pacientes externos. La pademia "ha supuesto tener que montar dispositivos para llevar los medicamentos a la casa de los pacientes o a su centro de salud; así como habilitar la telefarmacia para resolver sus dudas", señala Sierra, consciente de que se han tenido que readaptar muchos circuitos "a la nueva realidad".
Retos de la Farmacia Hospitalaria por y tras el Covid-19
La crisis del Covid "está siendo un reto continuo de adaptación" para los farmacéuticos hospitalarios. Su papel estaba ya integrado en los servicios clínicos, pero la pandemia ha propiciado que "cada uno tome la posición que sabe hacer mejor", reflexiona el especialista. "Desde la Farmacia Hospitalaria estamos aportando mucho, resaltando que el análisis de evidencia es importante. Se ha puesto de manifiesto en los servicios, nos hemos convertido en una herramienta básica", reivindica Sierra.
Aunque la situación epidemiológica se está estabilizando y se está entrando en un "aparente periodo de posvacunacion en el que la morbimortalidad se va a ir reduciendo, la situación no se va a solucionar por completo", advierte el farmacéutico hospitalario, que pone el foco en las variantes del virus y en la prevalencia. "Quedan tratamientos por llegar, antivirales, fármacos... nos vamos a quedar con un problema de salud más que enfocar y tratar", considera.
Otro de los retos que ha supuesto la pandemia, subraya, es el avance de la telefarmacia, "el que los farmacéuticos hayamos tenido que salir del hospital para llevar los medicamentos fuera". Ahora, toca ahondar sobre "cómo sostenerlo para aportar a los pacientes todo lo que pueda", considera.
"Son tratamientos que requieren del asesoramiento y seguimiento del farmaceutco de hospital, que está especializado en este aspecto. Esto supone un reto para las plantillas, que son deficientes. Es muy importante porque quizá el paciente no perciba de manera muy clara que necesita al farmacéutico de hospital. Nos necesita como profesionales por nuestro conocimiento", sentencia Sierra.
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