La
humanización es una palabra tan presente últimamente en la
sanidad que corre el riesgo de quedarse vacía de contenido. Precisamente por eso, al 62 Congreso de la
SEFH le ha dedicado un itinerario formativo entero: para dotarla de contenido real.
Y humanizacion simplemente significa adaptar la
estructura sanitaria al paciente. Eso es lo que han hecho en el
Ramón y Cajal, explica Ana Álvarez, farmacéutica del centro. Álvarez ha expuesto las lineas que han seguido para reorganizar el
Servicio de Farmacia hacia el paciente, teniendo en cuenta tres de sus principales quejas: “No quiero que todo me recuerde que estoy enfermo”, “paso mucho tiempo esperando”, “es todo muy técnico y me da vergüenza preguntar”.
Estos problemas fueron los principales ejes de un taller entre los paciente y los diseñadores, del que surgieron las inicitivas para mejorar la experiencia del primero. Sobre el primer punto, las
esperas, se ha desarrollado un sistema de comunicación con
avisos al móvil cuando le quede poco tiempo para que le llegue el turno.
Se ha adecuado el espacio inmobiliario para crear un
entorno colaborativo que permita el relax, las charlas y otros actos como microteatros, experiencias sensoriales con gafas en 3D, etc. Para combatir tanto las esperas como la desinformación, se ha realizado un video explicativo de todo el proceso asistencial al paciente que se emite en las salas de espera.
Una profesión poco conocida
El abordaje de la información también se ha realizado a través de protocolos de información coordinados con otros profesionales. “La información ha de ser multicanal”, afirma Álvarez, “y cada uno hade saber qué tiene que comunicar”.
Aspecto de la mesa sobre humanización del Servicio de Farmacia Hospitalaria.
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La farmacéutica añade que su profesión es poco conocida para el paciente y que existe la necesidad de integrar al farmacéutico y la sala de preparación en el
hospital de día, así como cambiar el cartel de consulta de atención farmacéutica “porque no saben lo que es”.
Más allá del Servicio de Farmacia, también se ha apostado por facilitar la
identificación visual a través de los colores de las tarjetas identificativas de los diferentes profesionales del hospital, uniformando el resto del vestuario.
Álvarez destaca, no obstante, que las necesidades de los pacientes son distintas: “Hay perfiles más activos y perfiles más pasivos”, apunta. La farmacéutica ha concluido destacando el logro de que los diseñadores del Servicio, los profesionales y los pacientes se han unido “para intentar mejorar la experiencia del paciente en el hospital”.
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