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El grupo Faquir de la SEFH impulsa la seguridad del paciente quirúrgico

Las sesiones incluyeron además casos clínicos sobre conciliación preoperatoria y manejo del dolor agudo postoperatorio

Ponentes del grupo Faquir de la SEFH.

29 nov 2024. 12.40H
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El grupo de Faquir (Farmacéuticos Especialistas en el paciente quirúrgico) de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) celebró el martes el curso ‘El Farmacéutico en los equipos quirúrgicos: Juntos Sumamos’, con la asistencia de 50 alumnos especialistas en Farmacia Hospitalaria. La jornada, que contó con la colaboración de Altan, Norgine y CSL Vifor, incluyó ponentes anestesistas y farmacéuticos hospitalarios y sirvió para compartir de manera cercana experiencias de éxito de trabajo en equipo y medidas para la mejora de la seguridad consiguiendo un alto grado de aprendizaje del papel del farmacéutico en el paciente quirúrgico.

Almudena Ribed, coordinadora de FAQUIR explicó que el área quirúrgica ha sido el ‘gran desconocido’ por los Servicios de Farmacia y uno de los procesos hospitalarios con mayor prevalencia de errores de medicación. “Por ello, se ha decidido apostar por la formación del farmacéutico en el paciente quirúrgico y su integración en los equipos multidisciplinares con el fin de asegurar la mejor atención asistencial de los pacientes y garantizar la máxima calidad y seguridad en el uso del medicamento a lo largo de todo el proceso quirúrgico”.

La visibilidad del farmacéutico en el entorno perioperatorio


Ribed explicó, además, su experiencia en el HGU Gregorio Marañón y la implantación de un nuevo circuito del medicamento basado en tecnología y el trabajo en equipo desde el preoperatorio hasta el alta. El nuevo circuito incluye sistemas automatizados de dispensación, carros de anestesia estándar, recomendaciones de uso de medicamentos de alto riesgo, bandejas de anestesia general elaboradas en farmacia con medicación lista para su uso, prescripción electrónica en el quirófano y consultas de atención farmacéutica prequirúrgicas y postquirúrgicas. “Es un proyecto pionero y beneficioso para el desarrollo de la Farmacia Hospitalaria con la incorporación del farmacéutico en todo el circuito del paciente quirúrgico”, valoró.

Pilar Olier, Farmacéutica del HU Miguel Servet de Zaragoza, destacó que el ámbito quirúrgico tiene características especiales, por ello es importante tener en cuenta el proceso completo del medicamento de una forma colaborativa y multidisciplinar. “Empezando desde la adquisición, donde es interesante tener en cuenta la isoapariencia de los fármacos, continuando por el almacenamiento, tanto en bloque quirúrgico como en carro de anestesia, a este nivel, medidas, a priori sencillas, como la estandarización de contenido y ubicaciones o la preparación de kits para situaciones de urgencia como hipertermia maligna o toxicidad por anestésicos locales pueden suponer una notable diferencia en seguridad del paciente. Dentro del propio quirófano la elaboración de medicamentos de alto riesgo en farmacia y el adecuado etiquetado de jeringas es crucial para evitar eventos adversos. Debemos trabajar la seguridad del paciente de forma transversal y, por supuesto, el quirófano no es una excepción, tenemos mucho que aportar”.

Conciliación preoperatoria


Irene Ruiz-Jarabo y Pablo Ciudad, de los Servicios de Farmacia Hospitalaria de los HU de Getafe y Ramón y Cajal respectivamente, analizaron dos casos clínicos sobre conciliación preoperatoria. El primero abordó la terapia puente con heparina en pacientes anticoagulados, destacando la necesidad de individualizar las decisiones debido a la limitada fuerza de las recomendaciones en guías actuales, como la ACCP 2022, que solo emite dos recomendaciones fuertes: evitar la terapia puente en fibrilación auricular y mantener los antagonistas de vitamina K en procedimientos como la implantación de marcapasos. La evidencia reciente limita su uso, aunque sigue siendo necesaria en algunos pacientes de alto riesgo trombótico.

El segundo caso trató sobre el manejo preoperatorio de pacientes con diabetes mellitus tipo 2. Se recomendó mantener la insulina basal con posible reducción del 10-25% en caso de administración la noche previa para evitar hipoglucemias perioperatorias. Respecto a la metformina, las recomendaciones varían: algunos sugieren suspenderla 48 horas antes de la cirugía, especialmente en pacientes con insuficiencia renal o en combinación con inhibidores SGLT2, los cuales deben retirarse tres días antes para prevenir hipovolemia.

Además, se realizó la presentación de ’ConciliaMed’, herramienta móvil y web dirigida a profesionales sanitarios para la conciliación de la medicación crónica en pacientes quirúrgicos programados. Actualmente, se encuentra disponible como app para dispositivos Android y como plataforma web, con versión en español y en inglés y es gratuita.

Manejo del dolor agudo postoperatorio


Abraham Sánchez, secretario de Faquir, afirmó que, “es un derecho fundamental para los pacientes no sufrir dolor tras una intervención quirúrgica y el farmacéutico hospitalario tiene que sentir el deber de garantizarlo, siendo una pieza clave dentro del equipo multidisciplinar que forma la Unidad del Dolor Agudo Postquirúrgico (UDA). Las funciones del farmacéutico hospitalario de la UDA van desde evaluar la estabilidad y compatibilidad de las mezclas analgésicas, hasta llevar a cabo el seguimiento de las necesidades analgésicas de los pacientes quirúrgicos, valorando la posibilidad de aparición de interacciones medicamentosas, evaluando la medicación analgésica domiciliaria en el proceso de conciliación de la misma, incluso considerando aspectos más específicos como la carga anticolinérgica que pueda aportar la medicación analgésica y los polimorfismos genéticos que pudiesen comprometer su efectividad o aumentar la probabilidad de aparición de efectos adversos asociados a este grupo de fármacos”.

“A estos aspectos -continuó Sánchez- podríamos añadir algunos otros para los que la figura del farmacéutico podría ser esencial: estandarizar las mezclas analgésicas en el hospital con el objetivo de aumentar la seguridad y el uso racional de las mismas, elaborar protocolos de prescripción para facilitar el trabajo a los prescriptores, realizar terapia secuencial a la vía oral de la medicación analgésica tras evaluación de la tolerancia oral de los pacientes y realizar conciliación de la medicación al alta de hospitalización entre otros”.
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