La
fibrilación auricular (FA) es la arritmia cardiaca más frecuente en la población geriátrica, afectando a un 6 por ciento de la población española, y pudiendo alcanzar un 17 por ciento en unidades de larga estancia. Sin embargo, según apunta un reciente estudio,
la mitad de los pacientes geriátricos institucionalizados con FA no valvular
están anticoagulados, un tercio antiagregados y algunos sin tratamiento antitrombótico.
Uno de los medicamentos más usados son los de tipo antivitamina K. Por ello, con el fin de conocer su efectividad y las complicaciones que genera en pacientes institucionalizados con FA, los investigadores han realizado un seguimiento prospectivo multicéntrico en
siete centros gerontológicos de Guipúzcoa que aglutinan
699 residentes. De estos, el 20,6 por ciento tenían un diagnóstico de fibrilación auricular no valvular, con una edad media de 85,83 años.
En la investigación,
publicada en la Revista Farmacia Hospitalaria, se evaluó la terapia antitrombótica establecida y las incidencias embólicas, hemorrágicas y la mortalidad. En los
residentes anticoagulados con antivitamina K se midió el control de la anticoagulación, estimándose un mal control si el método de Rosendaal fuese menor 65 por ciento o el tiempo en rango terapéutico directo menor 60 por ciento.
¿Cuál es el riesgo de hospitalización de los residentes con FA?
Tras el análisis, los resultados mostraron que el
riesgo cardioembólico fue alto (CHA2DS2-VASc medio 4,79), así como el
riesgo hemorrágico (HAS-BLED medio 3,04).
“El 50 por ciento estaban anticoagulados, principalmente con antivitamina K, de los cuales al menos el
56 por ciento no se encontraban dentro del rango terapéutico”, aseguran los investigadores en el estudio.
De manera que el grado de control anticoagulante con antivitamina K es inadecuado en más de la mitad de los casos analizados. Un hecho que para los investigadores significa convertir en
imprescindible monitorizar el tiempo en rango terapéutico para optimizar el tratamiento cuando sea necesario.
Además,
un 16 por ciento de los residentes no tenían prescrita terapia antitrombótica, destacando en éstos una mayor dependencia funcional, cognitiva y edad más avanzada. “Se encontró una mayor frecuencia de ingresos hospitalarios de causa cardiovascular y de sangrados en aquellos residentes anticoagulados, aunque no hubo diferencias significativas”, concluyen los autores del estudio.
Aunque pueda contener afirmaciones, datos o apuntes procedentes de instituciones o profesionales sanitarios, la información contenida en Redacción Médica está editada y elaborada por periodistas. Recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.