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"La IA no va a resolver todos los problemas que tiene el sanitario"

La presencia del profesional es clave para lograr los mejores resultados de esta tecnología en el ámbito de la salud

El subdirector médico del Hospital Clínico Lozano Blesa (Zaragoza), José Martínez Sesmero, durante el 69º Congreso de Farmacia Hospitalaria.

18 oct 2024. 07.00H
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La Inteligencia Artificial (IA) es la última gran revolución tecnológica que acontece en el planeta. Una transformación que no es indiferente al ámbito de la sanidad. Su utilización modifica la percepción existente de la asistencia sanitaria y por ende la forma en la que los profesionales del Sistema Nacional de Salud (SNS) se enfrentan a los pacientes y las pautas farmacológicas. Sus beneficios son amplios, pero no hay que perder el horizonte: esta es una herramienta al servicio de los sanitarios. "No tenemos que perder la oportunidad de que sea el ser humano el que la controle y ponga a su servicio y por lo tanto que decida dónde aplicarla, en qué grado y qué tipo de IA emplear", ha destacado el farmacéutico y subdirector médico del Hospital Clínico Lozano Blesa (Zaragoza), José Manuel Martínez Sesmero, a Redacción Médica. "Esto es clave, porque no va a resolver todos los problemas que tiene un centro hospitalario", ha agregado

Pese a no ser "la panacea", Martínez Sesmero ha destacado que cuanto más se adapten y aprendan los sanitarios sobre su aplicación mejores resultados se obtendrán de su uso. Y es que, bajo su punto de vista, esta libera al profesional de tareas más automáticas, con el objetivo de que se focalice en aquellas actividades que solo el ser humano puede ofrecer, como es el acompañamiento del paciente o la discusión de diagnósticos con homólogos. Asimismo, recorta los tiempos de trabajo. "Gracias a ella podemos hacer en un hora y medio lo que antes resolvíamos en semanas", ha apuntado el jefe del servicio de Farmacia del Hospital Policlínico Universitario La Fe (Valencia), Emilio Monte.

Para mejorar el uso de la IA, Martínez Sesmero ha apuntado que se debe incrementar la formación destinada al uso de este tipo de herramientas. Una hoja de ruta que tiene que comenzar en los planes de estudios de las universidades y continuar en las unidades PIR y a posteriori en hospitales y centros de salud durante el desarrollo de la carrera profesional. Una serie de pasos que permitirán que el sanitario esté más capacitado para la identificación de errores y problemas que puedan afectar al benefactor final de esta tecnología: el paciente.

"Los farmacéuticos hospitalarios tenemos que coger las riendas de la IA en nuestros servicios", ha afirmado Martínez Sesmero


Un proceso formativo que se traducirá en la ganancia de competencias por parte del profesional. En concreto, en el caso del farmacéutico hospitalario, además de asumir más roles en farmacoterapia y gestión del medicamento, el especialista contará con nuevas funciones relacionadas con el mundo digital y el aprendizaje automático. "Este tipo de capacidades son las que nos permitirán aplicar adecuadamente la IA", ha afirmado el subdirector médico del Hospital Clínico Lozano Blesa. "Al final, los farmacéuticos tenemos que coger las riendas de esta tecnología y aprender cómo utilizarla y dónde es prioritaria, con el objetivo de ofrecer soluciones a nuestros pacientes, siempre garantizando su seguridad", ha añadido.


Aplicaciones de la IA en los servicios de Farmacia


La llegada de la IA al ámbito sanitario ha generado sistemas de telefarmacia, telemedicina o teleasistencia, con lo que se diversifica la forma de atender al paciente. Además, ha perfeccionado campos farmacéuticos como la prescripción o la elaboración segura de medicamentos, a la vez que satisface determinadas necesidades relacionadas con la formación, la administración o la logística de los propios fármacos. Por ejemplo, Monte ha aprovechado para presentar una de las herramientas que se sirven de la IA para su funcionamiento y que emplea en su hospital. Se trata de un chatbot para informar sobre el consumo de antineoplásticos orales -sustancias que potencian la posibilidad de padecer un cáncer-.

Este es uno de los instrumentos que se han presentado durante el 69º Congreso de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH). Un proyecto construido con la ayuda de la IA, pero que cuenta con la supervisión de los sanitarios para evitar errores. Y, sobre todo, que no trabaja directamente con los datos personales de los pacientes. "No hay que subir información de las personas que se tratan a herramientas como ChatGPT. Hay que poner en valor su privacidad", ha aseverado Monte.

"Antes de la implantación de cualquier avance tiene que haber un cambio cultural", ha resaltado Martínez Sesmero


No obstante, poco a poco -y con consciencia- la IA se abre paso en los hospitales. Un proceso que, como habitualmente sucede con las nuevas tecnologías, avanza poco a poco. A veces, atenazado por el miedo que supone la innovación. "Antes de cualquier de la implantación de cualquier avance tiene que haber un cambio cultural de las personas, algo que pasa por la capacitación y formación", ha explicado Martínez Sesmero. En otras, por la limitación de la inversión, encorsetada en las partidas presupuestarias que reciben los propios centros en los que se elaboran este tipo de iniciativas.


Dilemas éticos de la IA


A pesar de los múltiples beneficios que aporta a la profesión el uso de esta clase de tecnología, la IA también puede resultar peligrosa -al igual que cualquier instrumento- si no se emplea de la manera adecuada. "Contar con el método no puede llevarnos a la deshumanización de la atención al paciente", ha subrayado el subdirector técnico del Hospital Clínico Lozano Blesa.

Una valoración con la que concuerdan el resto de ponentes de la mesa "Inteligencia Artificial: una oportunidad para la Farmacia Hospitalaria no exenta de desafíos éticos, ¿cómo afrontarlos?". En este sentido, el miembro del equipo del grupo de trabajo Ethos de SEFH, Enrique Soler, ha opinado que la IA "no es una tecnología más" y hay que estar pendiente de los problemas que pueda generar. Por ello, ha repetido que el ser humano no tiene que ignorar su funcionamiento, pese a la favorable reducción de tareas que le pueda ocasionar.

"Contar con la IA no puede llevarnos a la deshumanización del paciente", ha subrayado Martínez Sesmero


Desde su punto de vista, esta modelo incurre en sesgos algorítmicos, lo que conlleva a la exclusión de determinados pacientes, por lo que la vigilancia debe ser constante. "Hay que atender a la forma en la que genera estas distinciones, el motivo por el que llega a determinadas conclusiones", ha expresado. Más allá de esto, la IA puede derivar en acrecentar las diferencias entre los países con acceso a esta y los que no, el mayor gasto energético o el fin de la cultura del esfuerzo, al igualar las capacidades de las personas independientemente de su talento.

No se puede ignorar la irrupción de la IA en el día a día del sanitario. Sin embargo, este tiene que estar preparado para su incluirla en su rutina de la manera en la que aporte más que reste al conjunto de la sociedad. "Médicos, farmacéuticos, enfermeras y psicólogos tenemos que estar a la altura de las expectativas de la población", ha sentenciado Martínez Sesmero.
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Aunque pueda contener afirmaciones, datos o apuntes procedentes de instituciones o profesionales sanitarios, la información contenida en Redacción Médica está editada y elaborada por periodistas. Recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.