La
contaminación generalizada de los
ecosistemas debido a los medicamentos supone una grave
amenaza para la biodiversidad, los servicios ecosistémicos y la
salud pública. Ante esta realidad, un grupo de especialistas farmacéuticos ha publicado en la revista
Nature una investigación con el objetivo de impulsar el
diseño de medicamentos más ecológicos que mantengan la eficacia pero que también minimicen el impacto ambiental. Uno de los primeros pasos que se deben dar para solucionar esta realidad es dar a conocer el problema, debido a que “las
nuevas generaciones de sanitarios siguen formándose sin esta enseñanza, debido a que es necesario cambiar los planes de estudios”.
Dos de los principales autores del estudio son
Gorka Orive, catedrático de Farmacia de la Universidad del
País Vasco; y
Unax Lertxundi, jefe de Sección de Farmacia en la
Red de Salud Mental de Araba. Pese a que su objetivo es poder eliminar el impacto que generan los fármacos en el medio ambiente, Lertxundi deja claro en
Redacción Médica que “los medicamentos tienen que seguir teniendo un papel importante, pero no se puede negar el impacto que generan. La única alternativa que hay a largo plazo es que
se fomente desde la parte regulatoria fármacos más biodegradables siempre que sea posible, y Europa ya está iniciando este camino”.
Por lo que respecta a las
principales iniciativas que se están llevando a cabo en Europa para poner solución a esta situación, Orive remarca que la Unión Europea ya está poniéndose manos a la obra con este asunto, aunque “es de vital importancia avanzar en
aspectos informativos y de sensibilización entre la sociedad y los profesionales, debido a que sigue siendo un tema bastante desconocido”.
Lertxundi: "La ínica alternativa a largo plazo es que se fomente desde la parte regulatoria fármacos más biodegradables siempre que sea posible"
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La legislación que se está preparando desde Europa aspira a “
una contaminación menor procedente de fármacos y a su vez optimizar los
procesos de limpieza”. En este sentido, Lertxundi recuerda que la propuesta de la Comisión Europea y que está en vías de aprobarse es que “se va a exigir que
se elimine un 80 por ciento de una lista de fármacos muy contaminantes”. Pese a todos estos esfuerzos para iniciar un
cambio de paradigma dentro de la confección de medicamentos, el jefe de Sección destaca que “para muchos sanitarios el medicamento
desaparece una vez lo excretamos. Es imposible decirle a un profesional cómo tiene que recetar si no ha oído hablar sobre nada de esto”.
La fragmentación académica desdibuja la futura Farmacia verde
Otro de los problemas que el experto pone sobre la mesa es la
gran fragmentación académica que existe en España: “Las personas que se dedican al
medio ambiente son los que han estudiado este problema a través de los años, como los
biólogos o los
químicos, mientras que los
sanitarios estudian el uso de los medicamentos en los seres humanos”. Estos dos mundos están completamente desconectados según Lertxundi y “muchos profesionales opinan que todo esto no debería enseñarse en
las facultades de Farmacia o Medicina. Es necesario que en sus respectivas asignaturas se de un barniz sobre la contaminación de los fármacos, cambiando la perspectiva de los alumnos”.
¿Priorizo la eficacia o la sostenibilidad de un fármaco?
La incorporación de aspectos medioambientales a la hora de llevar a cabo un
ensayo clínico es otro de los aspectos analizados por los dos especialistas. Orive sostiene que varios autores ya están defendiendo “incorporar estos factores dentro del ensayo, siempre y cuando se pueda
mantener su eficacia y seguridad. Todo aquello que suponga ir introduciendo el
impacto medioambiental en la elaboración de fármacos favorecerá un movimiento que debe ser dirigido por los clínicos, médicos y la industria farmacéutica”.
En este sentido, Lertxundi explica que recientemente se ha realizado un estudio en que se pregunta a los pacientes si están
dispuestos a
sacrificar algo de eficacia por un medicamento más verde: “En caso de enfermedades leves como un catarro, la mayoría estaba dispuesto a priorizar e
l fármaco menos contaminante pese a ser menos eficaz, pero si se sufre un ictus la parte ambiental pierde totalmente su protagonismo”. Lertxundi recuerda que en
Escocia y
Gales se ha retirado un anestésico porque "genera mucho impacto en la huella de carbono y se cuenta con otras alternativas eficaces. Se trata de una medida de eco farmacovigilancia que busca vigilar el impacto ambiental de los fármacos en seguridad”.
Orive: "Se debe empezar a incorporar factores medioambientales en los ensayos clínicos, siempre y cuando se mantenga su eficacia y seguridad"
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Orive tiene claro que los pioneros en este campo no son ellos, sino todas aquellas personas que “empezaron a ver los
primeros datos de contaminación ambiental generada por fármacos y se atrevieron a hablar de sostenibilidad, salud y medicamentos”. Ahora, y desde una
perspectiva académica clínica, el especialista aspira a “sumar un grano de arena en este aspecto, dando mucha importancia a la parte docente, comunicadora e informativa”. Para ello, Orive iniciará en noviembre la tercera edición de “un posgrado en la Universidad del País Vasco para aportar soluciones en base al conocimiento adquirido”.
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