Alfredo Montero es farmacéutico en el Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria y apasionado de las nuevas tecnologías, lo que le ha llevado a plantear una encuesta a los profesionales sanitarios sobre una realidad muy presente en nuestras vidas personales y cada vez más en la laboral: la mensajería instantánea y, concretamente, Whatsapp, la app más descargada en España.
“Desde mi punto de vista, resulta bastante preocupante que los profesionales sanitarios estemos enviando información a través de estas aplicaciones, aun sabiendo que no son las apropiadas, y sin tener la absoluta certeza de que ningún agente externo al hospital disponga de esa información y la use con fines comerciales o publicitarios”, comenta. Los problemas legales derivados de este uso pueden acarrear multas de hasta 600.000 euros.
El problema de Whatsapp es que se trata de “una empresa estadounidense, con servidores situados fuera de la Unión Europea y con unas políticas de privacidad propias sujetas a la normativa de su país de origen, no a la legislación española”.
Los datos de los pacientes en España son especialmente protegidos, “al igual que los de ideología o religión”, y están amparados por la Ley de Protección de Datos y la de Autonomía del Paciente. “Por tanto, en ningún caso se debe compartir este tipo de información a través de aplicaciones de mensajería externa que no sean seguras”.
Grupos de Whatsapp
Pero Whatsapp se está imponiendo gracias a la rapidez en la comunicación y en la resolución de dudas o consultas, así como la facilidad de poder añadir archivos (imágenes, audio y hasta documentos). “Podría afirmar sin mucho miedo a equivocarme que la mayoría de Servicios de Farmacia Hospitalaria de España tienen un grupo de Whatsapp que les permite resolver algunas consultas clínicas o incidencias logísticas de su día a día”. En los servicios médicos, añade Montero, “es más frecuente”.
Para no incumplir la ley, explica el farmacéutico, se suele anonimizar los datos compartidos, “ya sea recortando los datos personales o en caso de una foto difuminándolos”. Son muy pocos los centros hospitalarios que disponen de una aplicación de mensajería instantánea segura y eficiente, más allá del correo electrónico.
Montero considera que es importante establecer una app de mensajería intrahospitalaria ubicua, con servidores en el propio centro y con funcionalidades tanto generales (envío de texto, imágenes, etc.) como específicas para los profesionales sanitarios, que dé un valor añadido y favorezca su uso frente a aplicaciones externas y poco seguras.
La encuesta que ha puesto en marcha busca saber cómo utiliza Whatsapp el personal sanitario en su desempeño profesional, así como sus necesidades comunicativas en la práctica clínica diaria. “Los datos provisionales son bastante sorprendentes y me llevan a querer investigar un poco más en este aspecto”, señala.
Tarde o temprano, aventura, se estandarizará el uso de la mensajería instantánea en los hospitales, una tecnología que ve más útil que otras como el ‘busca’ o el correo electrónico. De no ser así, “seguramente se sigan utilizando plataformas no recomendadas para compartir información de salud, ya que de esta manera ofrecemos una atención sanitaria mejor y más eficiente”.
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