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Veterinaria y FP antes de Medicina: "No valoran bien las convalidaciones"

Esta profesional explica cómo una mala EBAU no echó por tierra su objetivo que consiguió tras siete años

Ana Acebo el día que presentó su TFG y finalizó el Grado de Medicina en la Universidad de Zaragoza.

30 nov 2024. 15.50H
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Ana Acebo siempre ha sabido que quería ser médica. No tiene ningún familiar con el que comparta profesión, pero entre sus recuerdos se encuentra un "pequeño consultorio médico de juguete" que la marcó. Pero cuando llegó el momento clave, no le salió tan bien como necesitaba. Con una EBAU que no fue suficiente para entrar a Medicina, esta maña no se sintió con fuerzas de repetirla por lo que optó por formarse como veterinaria y aunque comenzó la carrera con "ilusión", la idea no se le iba de la cabeza. 

"Fue muy duro para mí no entrar a Medicina y eso me perseguía", detalla a Redacción Médica. Ya en tercero de carrera y con "la espinita aún clavada", gracias a su pareja, conoció la posibilidad de realizar una FP para entrar a Medicina. "Comencé a buscar todas las opciones que me permitiesen compaginar finalizar mi Grado y hacer un ciclo superior simultáneamente. Dejar Veterinaria sin finalizar nunca fue una opción porque nunca sabes lo que te puede deparar el futuro", explica. 

Una vez que tomó la decisión, explica que explicárselo a sus padres fue importante y a pesar de soltarles esa "bomba" la entendieron y apoyaron. Ana encontró una opción para hacer la FP de Laboratorio Clínico de una forma más pausada, un curso en dos años, y lo compaginó con cuarto y quinto de Veterinaria. "Mi objetivo era terminarla y al año siguiente dedicarme a finalizar el segundo año del ciclo superior, las prácticas y prepararme Biología y Quimica para repetir la EBAU y entrar a Medicina". Una prueba que solo ha tenido que hacer dos veces. "La primera al finalizar bachiller y la segunda una vez que terminé el grado. En la última solo hice Biología y Química para subir nota y poder añadir esos 4 puntos a mi media del ciclo superior", apunta.

"Cuando entré en Medicina no me lo podía creer, empecé a llorar; guardo ese mail en favoritos para no perderlo nunca"


Y la recompensa llegó. El momento en el que consiguió entrar lo recuerda de forma muy especial: "Estaba trabajando cuando me llegó un email de la universidad, me empezaron a temblar las manos, lo abrí y vi "has sido admitida en Medicina"; empecé a llorar, no me lo podía creer, subí corriendo al despacho de mi padre gritando y empezamos a abrazarnos y a llorar los dos. Guardo ese email en favoritos para no perderlo nunca".

Además, en ese momento también pensó en su abuelo. "Sé que para él era muy importante que su nieta fuese médica, diría que es de las personas a las que más ilusión le hacía, falleció poco antes de que yo entrase, pero sé que desde donde esté se sentirá muy orgulloso de mí. Todo este esfuerzo también va por él". 

Trabajar y estudiar Medicina a la vez 


Una vez ya con su plaza, Ana no dejó de trabajar. "Gracias al ciclo superior comencé a trabajar en un laboratorio extrayendo muestras biológicas. Después me surgió la oportunidad de trabajar como profesora de Grado Medio para la titulación de Técnico de Emergencias Sanitarias. Siempre me ha gustado mucho la docencia, era un trabajo muy cómodo y que me apasionaba", explica. 

No obstante, confiesa que compaginarlo no ha sido nada fácil. "Entre semana no tienes tiempo para nada y el fin de semana tienes que dedicarlo al 100% en los estudios. Había veces en las que tenía que avisar al médico con el que estaba de prácticas para decirle que me tenía que ir un poco antes por trabajo y bueno... hay gente que lo entiende y gente que no. En ese sentido he tenido todo tipo de experiencias", confiesa. 

Estudiar Medicina después de otra carrera


Sin embargo, el hecho de tener una carrera previa sí que le ha ayudado a superar el Grado, sobre todo su conocimiento previo en enfermedades infecciosas. "Veterinaria no está lo suficientemente reconocida y es una carrera dura, muy intensa y con asignaturas realmente complejas". Además, a pesar de las similtudes no le ha ayudado tanto en la convalidación y el reconocimiento de los créditos. 

"Recuerdo en unas prácticas de Microbiología en la parte de Parasitología, en la que en Medicina a penas se dedicaban un par de semanas cuando en Veterinaria tenemos una asignatura exclusiva para parásitos, la profesora hacía preguntas en las prácticas y solo respondía yo; cuando terminaron me preguntó que por qué me lo sabía y se extrañó al ver que no me la hubiesen convalidado". 

"En las convalidaciones te das cuenta de que no valoran lo que sabes realmente de la asignatura"




"Es otro mundo a parte que me ha traído de cabeza... con las convalidaciones te das cuenta de que no valoran lo que sabes realmente de la asignatura. Si tengo alguna queja respecto a la carrera es el proceso de convalidación. Es muy engorroso y todo el mundo acaba decepcionado", explica, aunque insiste que, al menos, una segunda carrera se disfruta y se aprovecha más. 

"Desconozco cómo será en el resto de Facultades. En la de Zaragoza, tú solicitas la convalidación al comienzo del semestre (septiembre o enero/febrero) y hasta diciembre (en el primer semestre) o marzo/abril (en el segundo semestre) no te dan la resolución. Recuerdo que en quinto año de carrera de Medicina me llamaron en noviembre de que me reconocían los créditos de asignaturas optativas, los tuve que rechazar porque ya había presentado trabajos e incluso hecho los exámenes parciales", detalla. 

Ana explica además, que desde un primer momento sabía que podría convalidar cinco asignaturas (Biología, Bioquímica humana, Anatomía, Histología I y Farmacología I) aunque tiempo después le comunicaron que podía solicitar algunas más y ya le dirían si se reconocían o no. "Compañeros de la misma carrera de origen a los que se les convalidan asignaturas diferentes, plazos excesivamente largos que no te permiten matricularte en otras asignaturas una vez te confirman que te convalidan asignaturas, trabajos/exámenes que podrías ahorrarte si las convalidaciones llegasen antes...", continúa detallando. "No entiendo como puede haber tantos problemas, sobre todo a veces incluso conn el mismo profesor en Veterinaria y Medicina". 

Preparación al MIR 


Con todo esto ya superado, Ana ahora se enfrenta un nuevo reto: el examen MIR 2025. "Estoy intentando disfrutar de la preparación, ya que es por fin el final de este camino que tanto me ha costado, pero es duro", explica. "En mi caso, lo más difícil no es estudiar 10 horas diarias, si no controlar mi cabeza e intentar mantener la "mente fría" y evitar que los pensamientos intrusivos de; me va a salir mal, voy a decepcionar a todos los que confían en mí... me invadan". 

Aunque todavía no tenga clara la especialidad, se inclina más por las especialidades médicas aunque también le llama la atención alguna médico-quirúrgica. "Después de todo este esfuerzo también premio la calidad de vida, pero bueno lo que tenga que ser para mí, será", asegura. 
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