Es un día nublado y frío. Son las 10 de la mañana y la biblioteca de la
Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid (
UAM) está prácticamente llena. Entre sus largas mesas llenas de vasos con café los estudiantes no levantan la mirada de sus apuntes enfocados en un objetivo claro:
convertirse en médicos. Tras unos minutos algunos se levantan para dirigirse a la que será su primera clase del día. Es el caso
Javier Martín, estudiante de quinto, quien antes de acceder al aula que le corresponde dedica unos minutos a
Redacción Médica para analizar el
sistema educativo actual del Grado.
Para Martín, existen aspectos de la carrera que los siente “un poco anticuados” ya que se prioriza “demasiado” la teoría antes que la práctica. “Es cierto que con el temario nos dan mucha caña y tenemos una gran formación, pero cuando
llegamos a la parte clínica, vemos a los pacientes y no sabemos aplicarlos. Y no es por falta de conocimientos, sino porque creo que necesitamos aprender cómo aplicar toda esa teoría a la vida”, ha resaltado.
Los contenidos, la metodología y la
evaluación son los tres pilares que sostienen la
carrera de Medicina. Desde agrupaciones como
CEEM resaltan que el
sistema actual de enseñanza está anticuado y que es necesario una reformulación para mejorar la formación de las nuevas generaciones de médicos.
Aplicaciones innovadoras en la carrera de Medicina
Para conseguirlo,
Jaime Huerta, estudiante de primero, aboga por implantar más simuladores durante las clases para incentivar la curiosidad del alumnado, así como invertir más dinero en hacer
prácticas punteras con profesores que las estén investigando. “Esto nos ayudaría notablemente en nuestra formación”, ha subrayado.
Algunos de los estudiantes de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM).
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En este contexto, el papel que tiene el
profesorado de la universidad es fundamental para hacer realidad los deseos de estos alumnos. De esta forma,
Inés Leiceaga, estudiante de segundo, ha reconocido que en la UAM existen aplicaciones “muy innovadoras” pero que se usan dependiendo “mucho” del profesor que esté dando la asignatura.
“Algunos están chapados a la antigua y lo que hacen es leer continuamente el temario, lo que conlleva a que acabes perdido. En cambio, otros priorizan más la
interactividad, utilizando aplicaciones, por ejemplo, donde se muestran en 3D el cuerpo humano con todos sus cortes. Esto hace que estemos más atentos durante las clases”, ha deslizado.
Priorizar la práctica clínica en el Grado de Medicina
Respecto a cómo se deberían abordar las clases para mejorar la formación de los futuros médicos,
Álvaro González tiene claro la línea que hay que seguir para conseguirlo. Él se graduó este año y esta preparando
el MIR, y ha explicado a este periódico que las
evaluaciones intermedias durante la carrera que están implantadas para justificar el
Plan Bolonia no cuentan “casi nada para la nota final” y, realmente, “no son muy útiles”.
De esta forma, cree que los profesores se tendrían que fijar en cómo están gestionando las asignaturas otras carreras, donde existe una separación del temario, con
exámenes liberatorios e, incluso, donde en algunas no hay necesidad ni de hacerlos. "Por el contrario, creo que se tendría que fomentar mucho más las rotaciones clínicas y que, teniendo un buen diario clínico, fuese suficiente. Esto motivaría más a los estudiantes a que siguieran en la carrera”, ha concluido.
Los estudiantes de Medicina se reunen en la puerta de la biblioteca antes de acceder a las clases.
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