Bajo la premisa de que en la sanidad española necesita no los “estudiantes más listos”, sino “los mejores médicos”,
Juan Abarca, presidente de
HM Hospitales y de la
Fundación IDIS, ha esbozado un
nuevo modelo formativo que estimule la vocación de los futuros profesionales y ponga más énfasis sobre las asignaturas de Humanidades, especialmente en aquellos grados relacionados con la asistencia sanitaria.
Abarca realizaba esta reflexión en redes sociales a propósito del
nuevo curso que ahora empieza para miles de estudiantes de Medicina en España. Unos estudios a los que no han podido acceder otros muchos jóvenes a los que no les llegó la nota suficiente en los procesos de selectividad.
Gente “con vocación”, desliza el presidente de la Fundación IDIS, que se quedará apeada del camino posiblemente
en sustitución de otros “más listos” pero carentes de esa devoción por la profesión.
Relata Abarca que él mismo, allá por 1989, estuvo cerca de quedarse a las puertas de la Facultad de Medicina.
“
Aprobé la selectividad de milagro, a pesar de que era un empollón, y me tuve que ir a un colegio universitario de los que había entonces”, apunta. Una vez entró en la carrera la situación dio un vuelco: “Apenas suspendí, pasé todos los cursos por año y
hasta tengo alguna matrícula”, recuerda.
Experiencias que llevan al principal responsable de HM Hospitales a emplazar a los agentes sanitarios y educativos españoles a
“cambiar el modelo de selección” de los profesionales de la salud, de forma que se prioricen los
métodos no solo basados en las notas sino también “en la empatía por los pacientes y la vocación por atenderlos”.
Dos años de asignaturas troncales y más Humanidades
En primer lugar, propone para ello retocar los grados para que durante los dos primeros años se impartan
asignaturas troncales “y a partir de ahí se elija, en función de las notas, unas opciones u otras
relacionadas con el interés y la dedicación”. Según Abarca, habría que “acortar las carreras para que no se eternicen”. “Y además, creo que hay que llenar los grados que tengan que ver con la asistencia sanitaria de
asignaturas de Humanidades”, apunta.
“Obviamente las notas son el
método más objetivo para hacer una selección, pero, ¿cuántos estudiantes con vocación por los pacientes no pueden llegar a ser médicos porque no tienen las notas que se exigen?”, expone. En este sentido, subraya que no es lo mismo hacer un proyecto de Ingeniería o el desarrollo de un software informático, “donde hay que tener por encima de todo determinadas capacidades intelectuales”, que “atender a un paciente y a un familiar
desesperados por su enfermedad y en donde la empatía es lo más necesario y oportuno”.
“Las notas son importantes, pero para determinadas profesiones
no son el método más adecuado o no debe de ser el único requisito. Podíamos tratar de pensar un poquito más y no ir al método más fácil para la selección de los futuros profesionales, porque para solucionar la supuesta falta de médicos necesitamos a los mejores, no a los más listos”.
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