Las lecciones en las que un profesor se planta delante del alumnado a explicar conceptos deben de acabar en las facultades de Medicina. Así lo demuestra
un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Ciencias Médicas de Hamadán (Irán). Los estudiantes
aprenden más en clases basadas en la participación y el debate que en los clásicos soliloquios del catedrático, todavía el formato educativo más habitual en la mayoría de las aulas universitarias.
Para llegar a esta conclusión, los científicos
organizaron un curso de Fisiología Digestiva en la mencionada institución académica iraní, impartido durante ocho semanas del curso 2023/2024, con seis sesiones teóricas y dos prácticas, cada una de 120 minutos. Un total de
60 alumnos se apuntó a la formación, los cuales fueron divididos aleatoriamente en
dos grupos. Uno atendió a clases impartidas mediante un método tradicional y otro lo hizo bajo el formato de
'aula invertida' -basada en el debate y la participación de los asistentes, donde el profesor simplemente actúa de guía-. Ambos realizaron un test antes de comenzar con las clases para conocer su nivel sobre la materia de la que versaba el módulo de
aprendizaje.
Así, los primeros 30 estudiantes recibieron
lecciones magistrales centradas en el dominio del contenido, junto con sesiones de preguntas y respuestas. Las sesiones teóricas se realizaron dentro de las aulas y las prácticas contaron con 90 minutos de práctica sobre maniquíes en el centro de habilidades clínicas de la universidad. Por su parte, el segundo grupo recibió la formación de una manera completamente distinta. Para la teoría, los alumnos leyeron y vieron previamente una serie de folletos y videos informativos. En clase, realizaron cuestionarios para evaluar su comprensión de los contenidos y a continuación
debatieron sobre un caso clínico expuesto en la sala. La parte práctica siguió la misma estructura, aunque la discusión se cambió por 100 minutos de aplicación de las técnicas aprendidas.
Al final del curso, los asistentes
respondieron 20 preguntas de respuesta múltiple para evaluar los conocimientos adquiridos. Asimismo, también llevaron a cabo un cuestionario para medir la satisfacción de los participantes con el curso.
Mejor absorción de contenidos cuando se dialoga
Los resultados revelaron que los estudiantes que formaron parte del grupo en el que se aplicó el método de 'aula invertida' obtuvieron mejores puntuaciones en las pruebas posteriores que sus compañeros que atendieron a lecciones impartidas bajo el modo de conferencia. Y es que
los alumnos que basaron su aprendizaje en el debate y la discusión sacaron mejores notas tanto en la evaluación de los contenidos teóricos como en la de los prácticos. "La mejora en las calificaciones de los estudiantes demuestra la eficacia de las técnicas de enseñanza de aula invertida, en consonancia con estudios anteriores", han resaltado los autores del estudio.
Los investigadores han destacado que la asimilación de conocimientos es mayor cuando se prepara la materia y se aplica en el aula. "Los estudiantes indicaron que después de estudiar los materiales del curso presentados previamente, discutirlos en grupos junto con escenarios clínicos y resolverlos con la ayuda del
profesor, pudieron recordar el material durante mucho tiempo y lograr una comprensión más profunda de los conceptos de ciencias básicas y clínicas", ha puntualizado el artículo científico, publicado en la revista BMC Medical Education. A su vez, los expertos han apuntado que
la capacidad de atención del alumno desciende rápidamente cuando se sobrepasan los 15 minutos de escucha pasiva, lo que indica la menor efectividad del método tradicional.
"La mejora en las calificaciones demuestra la eficacia de las técnicas de enseñanza de aula invertida"
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Asimismo, los estudiantes afirmaron que
el formato de 'aula invertida' les ayudó a ganar confianza en la práctica, ya que contaban con más tiempo para aplicar los procedimientos clínicos y tenían la información más asimilada que sus compañeros del otro grupo. "La mejora de los conocimientos generales de los estudiantes señala que los profesores deberían implementar más este método en sus lecciones", han argumentado en la conclusión del estudio.
No obstante, pese a obtener mejores resultados,
los participantes del grupo tradicional mostraron mayores niveles de satisfacción que los del de 'aula invertida'. Y es que estos segundos se sintieron presionados y estresados en distintos puntos del curso, ya que requerían de un mayor tiempo para poder preparar la clase. A su vez, el formato conferencia es más familiar para el alumnado, lo que les genera una mayor comodidad en el aula. "Pese a que mejore sus capacidades, muchas veces el alumno prefiere que el profesor les explique todos los detalles", han lamentado los autores del estudio.
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