Cuando el hospital se convierte en tu segunda casa desde que eres una niña y las camillas, la
sala de quirófano y las batas blancas se encuentran entre tus primeros recuerdos, algo dentro de ti se despierta y empieza a germinar la idea de la importancia que tiene la sanidad en el
cuidado de las personas. Esta historia de
superación y de fuerza de voluntad la protagoniza
Júlia Benedicto, una
estudiante de Medicina de tercer año que, desde que nació, ha tenido que estar conviviendo con una
cardiopatía congénita que le obliga a estar asistiendo eventualmente a los hospitales.
A pesar de las dificultades que acarrea esta patología en su día a día, como no poder hacer deporte intenso, no hizo que su
ánimo por la vida se mermara. De hecho, su situación como paciente crónica le inspiró a querer estudiar algo que pudiese
ayudar a las personas. “A mí me están cuidando y yo quería hacer lo mismo por los demás”, ha explicado a
Redacción Médica.
Los estudios nunca han sido algo que llamara la atención de Benedicto. Cuando acabó la ESO tomó la decisión de prescindir de Bachillerato y adentrarse en una FP de Técnico Auxiliar de Enfermería (
TCAE). “Yo quería dedicarme al cuidado de las personas y esta profesión te permite tener trato, de primera mano, con el paciente. Son los profesionales que más hablan con ellos y quienes tienen un
contacto más directo, siendo primordial la función que realizan”, ha afirmado.
A pesar de que el grado le gustó y aprendió aspectos relacionados con el cuidado de las personas, notaba que le faltaba conocimiento de áreas que le llamaban mucho la atención. Esta sensación junto a su
curiosidad innata le llevaron a adentrase en el grado superior de
Imagen para el Diagnóstico. “Soy curiosa y no me gusta parar. Si puedo investigar e ir a por ello lo hago. Con los estudios de TCAE siento que se me quedaron cosas sin saber y decidí ampliar mis conocimientos y la Radiología me gustaba mucho”, ha subrayado.
Entrar a Enfermería tras dos FP
De esta forma, durante los dos años que duró esta nueva formación consiguió compaginar sus estudios con el trabajo de TCAE que realizaba los fines de semana. Pero, de nuevo, sentía que le faltaba algo y se propuso un nuevo objetivo: entrar en la carrera de
Enfermería.
Mientras estaba cursando su tercer año, el
Tribunal Médico le dio la
discapacidad del 55 por ciento debido a su cardiopatía. “Tengo además otro tipo de patologías, como una
migraña crónica”, ha reconocido. Ese mismo año llegó la pandemia del
coronavirus. Una época que la ayudó a ser consciente de la importancia que tiene la
investigación para ayudar a las personas y que le impulsó para tomar una decisión que cambiaría de nuevo toda su vida:
ingresar en la carrera de Medicina.
Júlia Benedicto estudiando Medicina mientras estaba ingresada en el hospital.
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Hacer Medicina después de Enfermería
Aunque tenía esta nueva meta en mente, Benedicto quería terminar
Enfermería, ya que solo le quedaba un año. Así que, a través del cupo para
estudiantes con discapacidad que tienen las universidades, esta futura médica consiguió entrar en Medicina, compaginando su primer año con el último antes de convertirse en enfermera.
Actualmente Benedicto
(@saludlover) está en tercero de Medicina en la Universidad Autónoma de Barcelona (
UAB) y los fines de semana trabaja como enfermera en el
Hospital San Rafael, en Cataluña. Este año ha empezado las prácticas en el
Hospital de Vall d’ Hebrón porque tiene un
significado muy especial junto a ella: nació allí, la operaron en ese lugar de pequeña y los médicos y enfermeras que la trataron ahora trabajan junto a ella.
“Es muy guay porque los profesores que tengo son los que me trataron cuando era pequeña y también estoy con algunas enfermeras de la UCI que me han cuidado cuando lo he necesitado. Unos días estoy con la
bata blanca y otros con la azul. Después de 26 años es increíble poder
trabajar con niños con cardiopatía que les ocurre lo mismo que a mí. Y no solo hablo de aspectos anatómicos, sino también porque sé lo que supone y puedo
empatizar tanto con ellos como con los padres”, ha afirmado esta profesional.
"Es muy guay trabajar en el hospital donde me trataron cuando era pequeña; unos días estoy con la bata blanca y otros con la azul"
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Problemas al hacer el MIR por su discapacidad
Aunque su futuro es incierto debido a sus dificultades asociadas a la cardiopatía, que la obligan en ocasiones a tener que estar en
casa descansando, reconoce que quizás pueda tener
problemas a la hora de hacer la residencia, “pero que por ella no va a ser”.
“Si deseas mucho una cosa luchas por ella, te adaptas y haces lo imposible para seguir adelante. La cardiopatía me ha dado muchas cosas: estudiar y tratar a la gente sabiendo cómo se van a sentir. Es un punto que la carrera no te da y agradezco tener ese
punto de empatía a la hora de atender pacientes”, ha argumentado.
Júlia Benedicto tras una intervención.
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"Quiero disfrutar del Grado de Medicina"
Tras estudiar y trabajar en tantas áreas sanitarias, Benedicto reconoce que todos los profesionales “van a un mismo objetivo” para ayudar al paciente. “Aunque estudiemos cosas diferentes estamos todos en un mismo lugar. La separación no existe y todos somos uno para el paciente, que es lo importante. Si estudiamos y trabajamos
es para ellos, por su salud, y no hay barreas”, ha indicado.
Por el momento Benedicto no se ha parado a pensar fríamente a qué especialidad quiere dedicarse en el futuro porque “todas le hacen feliz”. “Ahora mismo no lo he decidido, todo me gusta y de momento quiero
disfrutar de la carrera, de la Medicina y del camino”, ha concluido.
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