No son pocos los motivos que han llevado a
los estudiantes de Medicina de la Universidad de Santiago de Compostela (USC) a una huelga indefinida. Jornadas de más de 12 horas en la facultad, incompatibilidad de horarios entre asignaturas, la necesidad de un siete para probar e incluso el recibir insultos por parte de sus propios profesores.
Camila Hermelo, portavoz de la Asemblea Aberta Medicina, atiende a
Redacción Médica entre un gran estruendo. “Nos pillas justo en mitad de una manifestación en el hall de la universidad”, explica esta joven estudiante de Medicina, que la noche de este martes la ha pasado en los pasillos de la facultad, junto a sus compañeros.
Tal y como confiesa, la movilización ha sido "masiva" por parte de todos los estudiantes de la facultad con el objetivo de denunciar
horarios "excesivos" y otro tipo de problemas de carácter administrativo, como la publicación tardía de convalidaciones y cambios de grupo, errores y retrasos en horarios, falta de claridad en las tutoría, exámenes que se solapan y modificaciones en el criterio de evaluación a lo largo del curso, que “afectan posteriormente a nuestro baremo para el
examen MIR”.
Problemas "serios"
Y es que los problemas son “muy serios”. “No es normal tener clase desde las 9:30 de la mañana hasta las 9:30 de la noche.
Esto genera una incompatibilidad horaria total entre el estudio y el estudiante”, evidencia.
Pero además,
Camila Hermelo denuncia las condiciones
“vejatorias” con las que tratan los profesores a sus alumnos, tanto en práctica clínica como en la propia teoría. “Estamos hablando de insultos directos contra otras profesiones sanitarias, como decir que los odontólogos no sirven para nada.
Actitudes con tintes machistas. O incluso, llegar al punto de llamarnos tontos por no saber la materia”, acusa la representante de los estudiantes gallegos.
De momento, la huelga que comenzó este martes sigue en marcha y sin vistas a llegar a un acuerdo, aunque el propio decano de la facultad de Santiago de Compostela, Julián Álvarez, reconocía que parte de los problemas denunciados por los estudiantes “existen” y que
"hay cosas en las que tienen razón", mostrándose dispuesto a "buscar soluciones".
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