Erasmus en Medicina: "El nivel es más bajo pero no un cachondeo"

A mediados del mes de octubre, los estudiantes de Medicina y Enfermería, generalmente de cuarto curso y segundo respectivamente, empiezan a elegir cuál será el destino Erasmus que les acogerá el próximo año. Son muchos los factores que pueden influir en dicha decisión: la localización, el nivel de "fiesta", la convalidación de asignaturas, etc.

A través de este tipo de intercambio, los futuros profesionales de la salud tienen la posibilidad de conocer diferentes sistemas sanitarios, acceder a prácticas en hospitales extranjeros y mejorar su habilidad en un entorno multicultural. Por ello, cuando se acerca el momento de seleccionar destino las dudas pueden llegar a ser un problema.

Pablo, estudiante de sexto de Medicina, y Juan Carlos, enfermero, han explicado a Redacción Médica cómo fueron sus respectivas experiencias Erasmus y qué es lo que consideran más importante a la hora de irte a un país o a otro. Ambos aseguran que se trata de una experiencia que todo estudiante debe vivir, aunque eso sí, "abriendo la mente lo máximo posible".

Realizar prácticas en un hospital en Francia

Pablo es estudiante de sexto de Medicina en la Universidad Complutense de Madrid. Sin pensarlo dos veces, el año pasado decidió embarcarse en un viaje de estudios a Lyon durante todo el año. "Estuve desde septiembre hasta junio, aprovecé hasta el último minuto", asegura a Redacción Médica.

En cuanto al ámbito académico, ha notado una gran diferencia en la forma de organizar las clases que tienen los profesores en ambos países: "En España se esfuerzan más, en Lyon solo te preparan para lo que sería el MIR de allí a partir de cuarto", explica. Esto ocurre porque el examen francés para acceder a las especialidades se realiza después de quinto. Según afirma Pablo, el Ministerio diseña una serie de libros que los "MIR" tienen que preparar.

"Los profesores en Francia no explican como tal, tú te estudias todo en casa, llegas a clase y te hacen preguntas de examen", puntualiza. Aun así, dos asignaturas que le han aportado bastantes conocimientos son Neurología y Nefrología, "pero el nivel era más bajo que aquí, aunque no llegaba a ser un cachondeo". 

"Los estudiantes que hacían prácticas en los hospitales en Francia eran como un trabajador más"

Independientemente del cambio, Pablo no piensa que haya sido un año perdido de cara al MIR. De hecho, valora positivamente las prácticas en el país galo: "Los estudiantes allí están muy involucrados en el hospital, ya que les pagan y son como un trabajador más". 

De todas formas, aunque haya leves diferencias, para él, todo lo relacionado con la carrera de Medicina es similar en ambos países. La única barrera, según afirma, es el idioma, "pero si lo controlas no hay ningún problema". 

Sin ninguna duda volvería a repetir la experiencia, aunque si algo le ha quedado claro durante su estancia es que "la situación de la sanidad en España no está tan mal como parece", por lo que cree que en un futuro intentará encontrar trabajo en su país de origen. La clave en un Erasmus de un alumno de Medicina, tal y como indica, es conseguir el equilibrio entre estudiar dicha carrera, "algo que no es fácil", y disfrutar la experiencia. "Lo mejor es ni perder el tiempo, ni dar por perdido el año", señala.

"Viendo a otros países, la situación de la sanidad en España no está tan mal como parece"

Aun así, afirma que ha tenido suerte, ya que otros compañeros suyos que se fueron a Bratislava, por ejemplo, no aprendieron nada porque no entendían bien el idioma. "Yo he conseguido el equilibrio perfecto en Francia", puntualiza.

Por todo ello, aunque la vuelta a clase esté siendo algo dura para él, recomienda a los estudiantes que se plantean realizar el Erasmus que escojan un sitio en el que "se haga algo, pero no tengas que estar estudiando todo el día", que manejen el idioma oficial del país seleccionado y, sobre todo, que tengan la mente abierta.

Enfemería en los países escandinavos

Por su parte, Juan Carlos eligió Finlandia como destino en su Erasmus de 2021. En aquel momento, estudiaba Enfermería en la Universidad de Murcia y actualmente ejerce como tal en las Islas Baleares. 

Según cuenta, la educación finesa era algo distinta a la española: "Encontré una mejor calidad a nivel de enseñanza, ya que allí todas las materias las llevaban a un nivel más práctico, con trabajos de búsqueda de información y exposiciones para afianzar conocimientos". Sin embargo, durante ese año, no realizó ningún tipo de prácticas en hospitales. De hecho, muchos compañeros suyos le comentaron que en Finlandia no les dejaban realizar muchas de las funciones que en España permitían.

Su adaptación fue sencilla, ya que le dieron todas las facilidades posibles: cursos impartidos por la universidad para mejorar el idioma y un tutor particular. Sin duda, volvería a repetir su experiencia una y otra vez: "He aprendido y he conocido en primera persona otro punto de vista de la Enfermería". Aun así, afirma que "aunque cambiemos de país o de sistema de salud, la esencia de la profesión sigue siendo la misma".

"Comprobé que con la investigación a nivel internacional se pueden llegar a adquirir más conocimientos en la práctica enfermera"

Cuando inició su andadura por tierras finesas, ya era conocedor de que la función del enfermero "es esencial para un cuidado íntegro del paciente y de sus familias", pero el Erasmus le hizo descubrir algo en lo que no había profundizado hasta el momento: "Comprobé que con la investigación a nivel internacional se pueden llegar a adquirir más conocimientos en la práctica enfermera".

Tal y como aseguraba Pablo, Juan Carlos también tiene claro que una de las claves al embarcarte en una experiencia así es tener la mente abierta. Además, recomienda a los futuros Erasmus de Enfermería que se dejen llevar por la cultura y que intenten adquirir conocimientos "que en España no se utilizan".