El
incremento en el número de plazas del grado de Medicina en el curso 2024-2025 que ha formalizado el Ministerio de Sanidad esta semana, en el que se acordó la
financiación de 1.548 puestos con una inversión que alcanza los 23 millones de euros, cuenta con un horizonte claro para el Ministerio, pero no tanto para las propias facultades del grado. Garantizar el acceso adecuado a la Formación Sanitaria Especializada y abordar el
déficit de profesionales en ciertas especialidades médicas es la idea que plasma la cartera liderada por Mónica García, pero
los decanos aseguran que esta "no es la solución" e incluso plantean un horizonte de "deterioro" en la calidad de la formación a los estudiantes.
Esta es la visión que refleja la
Conferencia Nacional de Decanas y Decanos de Medicina.
Javier Arias, miembro de la misma y decano de la facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, señala a
Redacción Médica que, pese al aumento en el número de plazas,
seguirá habiendo déficit en los próximos años y un superávit dentro de diez. Como alternativa, asegura que la clave pasa por
incentivar las especialidades deficitarias "para evitar una huida hacia el extranjero o hacia otras alternativas con mayor atractivo económico o profesional".
"Desde el punto de vista pragmático, el dinero es bien recibido, pero teniendo en cuenta que
es posible que la formación se deteriore con el aumento de estudiantes. La financiación no va a poder suplir el principal factor limitante de la calidad formativa: el número de camas hospitalarias o centros de salud imprescindibles para la adecuada formación práctica", reconoce.
"Las plazas de Medicina siguen aumentando, pero eso no reduce el déficit de especialistas, especialmente en Atención Primaria"
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Pablo Lara, presidente de la Conferencia Nacional de Decanos y Decanas de Medicina, apunta a este diario que, según datos del propio Ministerio, es cierto que
hay déficit de especialistas, pero también es cierto que el número de médicos en España "está por encima de la media europea": "
Es necesario incentivar, dotar mejor y reconocer el trabajo que realiza la profesión médica, que está haciendo un esfuerzo más que notable. Particularmente, los déficits se aprecian en Atención Primaria donde, desde hace muchos años, se viene hablando y ya se están aplicando políticas de incentivación, pero la realidad es que hay un déficit notabilísimo de especialistas, sobre todo en este campo".
Lara insiste en que los decanos vienen avisando que el
aumento de las plazas de acceso no es la solución porque "no ha dejado de hacerlo, y ello no ha supuesto una disminución en ese déficit de especialistas". Reconoce que sólo el curso pasado se homologaron 9.000 títulos de médicos en España, más que todos los que salen del conjunto de las facultades. "Es cierto que ahora mismo las plazas que se van a ofertar en el MIR son más del número de estudiantes que hace seis años ingresaron en las facultades de Medicina, pero
sigue habiendo mucha más demanda de plazas de MIR que plazas totales que se ofrecen, precisamente porque para muchos médicos sigue siendo una mejor opción
volver a presentarse al MIR. La mejor opción laboral es volver a presentarse, porque
no encuentran suficientemente atractivas otras plazas que se les puedan ofertar", explica.
Sin solución al problema de asignaciones de Medicina
Antoni Trilla, decano de la facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona explica que con este real decreto, se comprometen a pagar los 15.000 por alumno y año para los de segundo que entraron de forma "extra" el año pasado, y la misma cantidad para los que entrarán este año. "Teniendo en cuenta que la oferta ya se cerró antes del verano y que las plazas ya estan adjudicadas o en proceso de reasignación,
no creo que tenga mucho impacto real. Habrá que ver cuántos alumnos acaban entrando este año por encima de los del curso pasado", comenta.
En su caso,
la Universidad de Barcelona ha hecho una oferta de 300 alumnos en Medicina, aunque por el sistema de asignación, pueden llegar a ser un total de 312, con esos alumnos extra no ofertados, pero asignados, y que no se pueden rechazar. "El resumen es que
seguimos con los mismos problemas en las asignaciones del primer curso y que nos pagarán un extra por alumno "de más" de primero y segundo, lo que ya se había aprobado el año anterior, con un pequeño margen de aumento de plazas voluntario o, como en nuestro caso,
sobrevenido por un exceso de asignaciones de la DGU", concluye.
Y es que es el proceso de admisiones, que se retrasa en el tiempo por la
publicación desigual de las notas entre comunidades, con las listas "a ciegas" que llevan a renuncias y cambios que, en ocasiones, se extienden hasta noviembre, lo que más preocupa a los decanos. Para buscar una solución a ello, el decano de la UB ya propuso alternativas como que los responsables de las listas universitarias de todas las CCAA
publicasen los resultados de la EvAU en un periodo de tiempo limitado de dos o tres días o incluso
fijar un modelo como el MIR para la elección de plaza universitaria, algo "factible" al ser un sistema que está "relativamente testado" y que podría evitar la descentralización actual que lleva a las facultades a "competir entre sí mismas".
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