Tener una meta clara sobre lo que uno quiere dedicarse laboralmente es envidiable y no todo el mundo puede ‘fardar’ de ello.
Pablo Osorio no tenía claro que sería de él con 17 años, pero siempre le había fascinado todo lo relacionado
con el cuerpo humano y veía un verdadero privilegio poder estudiarlo. Así que,
tras acabar su primera carrera universitaria, tomó la decisión de quitarse la ‘espina clavada’ que tenía y
se adentró a formarse como médico; una profesión que
creía que era su sueño. Pero nada más lejos de la realidad. Y es que el futuro no siempre es como uno lo visualiza y rápidamente se dio cuenta de que
su lugar en el mundo no estaba en una silla del aula aprendiendo Medicina, sino al otro lado de la clase,
junto a una pizarra y ayudando a los estudiantes a conseguir sus objetivos educativos como profesor.
A pesar de que Pablo Osorio
terminó abandonando la Medicina tras cursar el primer año, ha reconocido a este periódico que es un Grado “que le encanta”. “Me parece
una de las carreras más bonitas que existen y, a la vez, una de las que más sacrificio implican, tanto en su formación como en la responsabilidad que asumes al ejercerla. Por eso creo que es importante tener una fuerte vocación, al igual que en el resto de disciplinas sanitarias”, ha explicado a
Redacción Médica.
Para entrar a Medicina, Osorio tuvo que prepararse de nuevo las
asignaturas específicas -Química y Biología- porque las tenía caducadas. A pesar de que él tenía la confianza suficiente de poder sacar una buena nota,
quería dominarla, y
empezó a impartir clases a 50 alumnos con el objetivo de ayudar a los aspirantes y, a su vez, sacar un diez en la asignatura. “Siempre he pensado que la mejor forma de dominar una materia es
estudiarla como si fueras a impartirla a alguien”, ha detallado.
Con esa filosofía, ese año Osorio se dedicó a preparar a fondo las específicas y a formar a sus alumnos para la EBAU. “Me presenté junto a ellos y la mayoría consiguió la nota”, ha añadido.
Impartir clases para entrar a Medicina
Ese primer contacto con la docencia despertó algo en Osorio que, hasta entonces, no había considerado. “Esa sensación de impartir una materia y ver la ilusión que sentían mis alumnos al entender, por ejemplo, Química,
no la llegué a experimentar en Medicina. Bueno, miento, la sentía al recibir las clases, pero
visualizándome a mí mismo dándolas”, ha reconocido.
A pesar de ese fuerte sentimiento, comenzó a cursar primero de Medicina, pero la sensación no desaparecía. “Todo el rato mi cerebro le daba vueltas a cómo hacer más comprensibles las explicaciones de mis profesores médicos”, ha subrayado. Tras un tiempo con ello y reconocer su propio talento, Osorio
tuvo que ser sincero consigo mismo y se dio cuenta de que
trabajar en un hospital no era lo que más feliz le haría. “
Mi camino estaba en la enseñanza”, ha enfatizado.
"Tuve que ser sincero conmigo mismo. Me di cuenta de que trabajar en un hospital no era lo que más feliz me haría. Mi camino estaba en la enseñanza"
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Abandonar Medicina el primer año
Cuando este docente dejó la carrera, reconoce que
no sintió ningún tipo de presión social de compañeros, familiares o amigos. Tal y cómo explica, simplemente
tomó la decisión libremente y todo el mundo la respetó. “
Es inevitable tomárselo como una derrota, aunque sepas que es para mejor. Ahora soy capaz de verlo. Me considero una persona muy racional pero, en este caso, me dejé llevar por el impulso que sentía por la docencia y no me equivoqué”, ha desarrollado.
Hace doce años que Osorio tomó la decisión de
abandonar la Medicina y, cada vez que echa la vista atrás, da las gracias por haberlo hecho.
No se arrepiente, añade firmemente, ni de haberlo iniciado ni de dejarlo porque, gracias a ello, descubrió cuál era su verdadera pasión. “Por esa razón
siempre animo a mis alumnos a probar, a no tener miedo a equivocarse. Porque haciéndolo es donde descubres tu lugar”, ha reconocido.
El futuro alejado de la Medicina
Tras salir de la universidad, Osorio se centró en la docencia, hizo el máster de educación y
publicó su primer libro sobre su forma de entender y explicar la Química de Bachillerato. “Esa primera edición quise que fuera un regalo para gente con pocos recursos, y el dinero que conseguí
financió la construcción de algunas escuelas en Costa de Marfil y Madagascar”, ha indicado.
Pablo Osorio junto a sus libros publicados.
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Varios años más tarde
empezó su proyecto de ‘Academia Osorio’, tanto presencial como online, por toda España. De hecho, según añade, sus libros sobre Química, Biología, Matemáticas y Física
son los “más populares” a nivel nacional en cuanto a preparación de la EBAU. “
Me parece un sueño cumplido. Todo ello gracias a la ayuda de un gran equipo de profesores que nos acompañan a mí, y a mi hermano Carlos Osorio, con el que dirijo las academias”, ha concluido.
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