La nueva modalidad de la
prueba de acceso a la universidad (EBAU) tendrá que esperar un año más. El Gobierno ha decidido aplazar la entrada en vigor de su reforma sobre la
Selectividad ante la falta de consenso para aplicar la nueva fórmula, que dará un peso de hasta el
75 por ciento a un ejercicio de madurez sobre algunas de las materias troncales del Bachillerato. La decisión tendrá un impacto directo en los futuros aspirantes a grados como el de Medicina o Enfermería de cara a preparar su ingreso en la facultad.
El Ministerio de Educación ha acordado este paso tras la comisión técnica celebrada este viernes, en la que
15 comunidades autónomas han pedido que se retrase la implantación del
nuevo modelo de Selectividad. El objetivo inicial era que en 2024 comenzaran a aplicarse los primeros cambios y que entrara en vigor de forma definitiva en 2027. Pero finalmente no llegará hasta el siguiente año, según ha publicado
Europa Press.
El aplazamiento ha llegado en un momento marcado por la división política. El
Partido Popular ha anunciado en un comunicado que ya no participará en ninguna reunión más convocada por el equipo de la ministra
Pilar Alegría, después de que no hayan sido incluidas ningunas de sus propuestas para poner en marcha un único modelo de evaluación en toda España. Mientras que ha recogido las
críticas de algunas instituciones como la Real Academia Española (RAE), que ya han manifestado sus dudas sobre el proyecto del Gobierno.
Así es la nueva Selectividad de Medicina
La principal novedad de la nueva Selectividad es la aplicación de un
ejercicio general de madurez con una puntuación del 75 por ciento que sustituirá a las pruebas que actualmente se aplican para las
materias comunes. Los alumnos partirán de materiales como textos, imágenes, infografías o tablas para hacer un “
análisis desde diferentes perspectivas” con el que tienen que dar respuesta a varias respuestas abiertas. En esa misma prueba se introducirán aspectos en castellano y otra lengua extranjera.
El otro 25 por ciento de la puntuación del examen estará condicionado por una prueba de una
asignatura obligatoria correspondiente al currículo de 2º de Bachillerato. En este caso, el aspirante podrá
elegir la modalidad que quiera, de una forma similar a la actual EBAU.
Lo que el Ministerio de Educación sí que ha mantenido es el reparto de porcentajes para el cálculo general de la nota. El conjunto de los exámenes ponderará un
40 por ciento el resultado final, mientras que el otro 60 por ciento saldrá de la media de las notas del expediente de Bachillerato.
La meta del Gobierno pasaba por incorporar este
cambio de paradigma de forma paulatina con un calendario de tres fases, en los que se iba a ir adaptando el actual modelo de la Selectividad hacia esta evaluación de competencias por madurez. Sin embargo,
la falta de consenso autonómico y las dudas de varias instituciones académicas han terminado por demorar su hoja de ruta.
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