"Hay mucha más competitividad en el Grado de Medicina que en Enfermería"

El perfil de un estudiante de Medicina y el de uno de Enfermería pueden ser muy diferentes pese a tratarse de titulaciones de Ciencias de la Salud. Aunque la vocación sanitaria sea el hilo conductor en ambos casos, el ambiente en las aulas de estas titulaciones no siempre se ciñe a un mismo patrón. La viva prueba de ello son aquellos alumnos que han 'virado' entre los dos Grados universitarios y han vivido experiencias completamente distintas con sus respectivos compañeros de clase. 

Este es precisamente el caso de Jorge, que terminó la carrera de Enfermería y actualmente está cursando el sexto y último año de Medicina y, por tanto tiene una perspectiva completa de las dos titulaciones. Cuestiones como la competitividad confluyen, a su parecer, en ambas disciplinas, aunque reconoce que "difiere mucho en cuanto a qué carrera estudies, y en Medicina está 'a la orden del día'". Como posible 'detonante' de esta rivalidad entre futuros médicos, este enfermero sostiene que "el grado de exigencia es significativamente mayor en Medicina en relación con Enfermería". Otra posible causa en su opinión es la 'naturaleza' de ambas disciplinas, ya que en sus propias palabras "Enfermería es una carrera más humana y empática que Medicina". 

"La competitividad difiere mucho en cuanto a qué carrera estudies, y en Medicina está a la orden del día"

El resultado que él mismo ha experimentado es "un círculo vicioso" de competitividad que "hace que constantemente quieras más y más o quieras superar a alguien", explica. De hecho, reconoce que a veces incluso ha 'dudado' de sus propias motivaciones y aspiraciones personales, ya que lo que le ha guiado no ha sido el progreso personal, sino "intentar quedar por encima" del resto de su clase. En esas ocasiones en las que se le 'nubla' la vista olvida, incluso, lo que él mismo sabe 'de sobra': "El hecho de tener una mejor calificación que otros compañeros no te va a hacer mejor profesional".

Causas de la competitividad en Medicina

Pero hay un problema estructural ,y es que desde su punto de vista el sistema está planteado de tal manera que 'empuja' a estos alumnos de este Grado a sentir una necesidad 'imperiosa' de destacar por encima del resto incluso antes y después de los seis años de titulación: desde la nota de corte de la Ebau para acceder a Medicina hasta la asignación de plaza tras el MIR, en la que el expediente académico contabiliza un 10 por ciento de la nota.

Durante su formación como enfermero, Jorge también recuerda vivir episodios desagradables con sus compañeros por este mismo motivo. Fue ahí cuando su cabeza hizo 'clic', y aprendió la 'lección': "No necesitaba competir con nadie o que nadie compitiese conmigo para sentirme mejor, al final cada uno hace su camino y tiene que ser y estar feliz con su progreso". Fue entonces cuando decidió que en ambas titulaciones tenía que "marcar límites" por su propio bien.

Mar se encuentra en una situación parecida a la de Jorge, y su análisis posterior no difiere demasiado. Aclara que ha vivido experiencias académicas muy diferentes entre sí, ya que al cursar un Doble Grado en Enfermería y Fisioterapia acudía con asiduidad a las clases y tenía una buena relación con el resto de alumnos. Sin embargo, en su segunda andadura universitaria compagina la carrera de Medicina con el trabajo, y por tanto no tenido la ocasión de estrechar los mismos lazos con el resto del aula. 

Pero incluso con un vínculo más 'ausente' con la facultad, ha podido percibir algunas diferencias que propician la rivalidad entre alumnos. Al igual que Jorge, destaca cuestiones como la exigencia. Concretamente, "la diferencia en cuanto a contenido, que en Medicina es mucho más amplio y complejo", expone, aunque también 'delega' estos cambios en función de cada universidad más que de la propia carrera en sí.

Por otra parte, el 'historial previo' de los estudiantes que aspiran a ser médicos tmabién puede condicionar el 'aura' que se respira durante la formación, ya que tal y como explica Mar "siempre han sido los mejores de la clase, y de repente se juntan con personas igual de buenas". Su perspectiva es diferente, entre otros motivos, por al experiencia: "Son gente con 18 años, que no son maduras, yo tengo 31. No me importa tanto la nota, quiero aprobar", concluye.