Desde que comenzara la estrategia de vacunación elaborada por el Ministerio de Sanidad contra el Covid-19, la profesión de Enfermería al completo se ha unido para exigir un refuerzo en las plantillas de enfermeras y enfermeros, con las que poder acometer con todas las garantías de eficacia, seguridad y agilidad la campaña, pero también ha puesto sobre la mesa la necesidad de recibir una
formación específica para el correcto manejo de estos novedosos fármacos, que tienen determinadas particularidades.
Sanidad quiere que estén vacunadas entre 10 y 20 millones de personas antes del próximo verano, una ambiciosa cifra teniendo en cuenta que, en los siete primeros días de campaña, las comunidades apenas han administrado 100.000 dosis disponibles. En este caso, el tiempo es oro y
Rosa Sancho, responsable de la Comisión de Vacunación del Colegio Oficial de Enfermería de Gipuzkoa (Coegi) y vicepresidenta de la Asociación Nacional de Enfermería y Vacunas (Anenvac), ha señalado a Redacción Médica que el tiempo de formación que necesita una enfermera antes de estar capacitada para suministrar la vacuna
dependerá de su experiencia.
“El tiempo de formación depende de si se forma a enfermeras que ya tienen experiencia en vacunación o no”, asegura la responsable de la Coegi. Según Rosa Sancho, la instrucción a enfermeras y enfermeros experimentados es relativamente corto. “En enfermeras con experiencia previa puede ser suficiente con dos horas de formación específica, pero, si no tienen experiencia, sería necesaria una formación básica en vacunas de unas 3 horas, además de las
2 horas específicas en las vacunas Covid-19”, matiza la enfermera.
Unas horas que, dada la sobrecarga de trabajo que arrastra la profesión desde el comienzo de la crisis sanitaria, que no puede dejar de lado el resto de actividades asistenciales, puede ser realmente valioso para enfermeras y enfermeros, que son los verdaderos protagonistas en esta nueva etapa de la pandemia.
Proceso más complejo
La vacuna de
Pfizer requiere
mezclarse previamente a su administración. El primer paso que debe ejecutar el personal sanitario es descongelar el vial, que se encuentra a una temperatura de
-70 grados, para proceder posteriormente a la disolución. Una vez descongelado,
se debe inyectar en el vial original 9 mg de cloruro de sodio, usando una aguja de calibre 21 o una aguja estrecha usada para técnicas asépticas cuyo tope debe situarse en los 1,8 ml, para completar la disolución.
Un vez completados estos pasos, se pueden extraer extraer del vial 5 dosis de 0,3 ml y el personal sanitario deberá suministrar la dosis por
via intramuscular en el deltoides.
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