El Sindicato de Enfermería (Satse) ha denunciado que este verano se cerrarán más de 9.600 camas, 2.700 más que el pasado año, y se paralizarán miles de consultas, pruebas diagnósticas e intervenciones quirúrgicas en los hospitales de nuestro país porque, denuncian, los distintos servicios de salud buscan ahorrar dinero en lugar de priorizar la atención sanitaria y cuidados de los pacientes y el conjunto de la ciudadanía.
Tras realizar un análisis de la actual situación en las distintas CCAA, Satse ha constatado que desde el pasado mes de junio se han vuelto a establecer cierres programados y progresivos de camas, consultas externas, pruebas diagnósticas e intervenciones quirúrgicas en los centros hospitalarios del conjunto del Estado que se mantendrán los meses de julio, agosto y septiembre.
El Sindicato de Enfermería subraya que el cierre de camas y la suspensión de miles de consultas externas, pruebas diagnósticas e intervenciones quirúrgicas es algo especialmente grave, en estos momentos, ya que las listas de espera en todos los servicios de salud se han “disparado” a consecuencia de la pandemia del Covid-19.
“En lugar de aprovechar el periodo estival para reducir las grandes listas de espera que existen para poder operarse o realizarse una prueba diagnóstica, las distintas administraciones sanitarias han optado, un año más, por echar el cierre en plantas y servicios”, apunta Satse. Por ejemplo, en el caso de intervenciones quirúrgicas, hay cerca de 700.000 personas en espera, según los últimos datos del Ministerio de Sanidad.
Unos recortes de verano que desde los distintos servicios de salud se intenta justificar con el argumento de que se realizan para adecuar la oferta asistencial a la demanda, cuando, lamentablemente, la realidad es que las enfermedades o problemas de salud no se toman vacaciones en verano. Además de en los hospitales, Satse recuerda que también se produce el cierre de muchos centros de salud.
En concreto, y según los datos recabados en las diferentes autonomías, se van a cerrar en verano, al menos, 9.632 camas en el conjunto del Estado, 2.775 más que el pasado año. Al respecto, Satse apunta que se trata de una cifra global “a la baja”, ya que en distintos centros no se han querido dar los datos, argumentando que se cerrarán camas en función de la evolución futura de la situación.
Por CCAA, en Andalucía se cerrarán 2.161 camas; 1.900 en Cataluña; 1.650 en Madrid; 675 en Euskadi; 582 en Galicia, 500 en Aragón y 454 camas en Asturias. En lo que respecta a Comunidad Valenciana son unas 200 camas; en Murcia, 308 camas cerradas; en Extremadura, 300; 279 en Castilla y Leon; en Castilla-La Mancha, 185 camas, y en Cantabria, 160 camas cerradas. Por último, en Navarra son 93; en la Islas Baleares, 86; 54 en Canarias y 42 en La Rioja.
De otro lado, la organización sindical recalca que otra consecuencia negativa de los cierres estivales es que conllevan, en muchas ocasiones, el aumento de pacientes desplazados dentro del mismo hospital a otras unidades que no se corresponden con su patología, con el consiguiente riesgo añadido para su salud y seguridad.
En lo que respecta al personal sanitario, el Sindicato incide en que, en lugar de reforzarse las plantillas de enfermeras, enfermeros y fisioterapeutas, se ha vuelto a cometer el grave error de todos los años de dejarlas “bajo mínimos”, al no sustituir a todos los profesionales que tienen vacaciones o están de baja por una enfermedad, embarazo o cualquier otra incidencia.
De esta forma, se sobrecarga aún más a estos profesionales sanitarios que llevan más de 18 meses acumulando un grave agotamiento físico y psíquico a consecuencia de su lucha en primera línea contra la pandemia del Covid-19, añaden desde la organización sindical.
Al respecto, Satse apunta que el porcentaje de contratación de suplencias de enfermeras y enfermeros oscila entre el 30 y 40 por ciento en las distintas CCAA, lo que supone que de cada 100 enfermeras que se van de vacaciones solo se contrata a un máximo de 40, con lo que el trabajo de 60 profesionales deben hacerlo las que se quedan.
“Estando aún inmersos en plena pandemia del Covid-19, nos encontramos que se priman los intereses económicos a la salud y seguridad de los ciudadanos por mucho que el conjunto de responsables públicos y políticos aseguren ante las cámaras que una de las lecciones aprendidas es reforzar y mejorar nuestro sistema sanitario”, concluyen desde la organización sindical.
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