Juan Manuel López González, comandante enfermero de la Base Aérea de Getafe, ha seguido de primera mano el desarrollo de la prescripción enfermera en el ámbito militar. "El hecho de que ahora mismo tengamos la opción de aplicar los conocimientos y la formación que ya tenemos, de una forma legal, supone un paso cualitativo fundamental", se felicita López, quien considera que, sin esta normativa, "las posibilidades que tienen los pacientes para salir adelante se ven mermadas".
El comandante enfermero comenzó su trayectoria profesional en la Sanidad Civil. Sin embargo, probó con la Sanidad Militar y se "enganchó", tal y como el propio comandante reconoce a Redacción Médica antes de marchar a su octava y última misión. Además, ha hecho el doctorado y es docente en la Escuela Militar de Sanidad.
¿Cuáles son las funciones de un enfermero militar en España y en el extranjero?
Aquí realizamos funciones que tienen que ver con los ejércitos en los cuales nos encontramos. Somos un cuerpo especial fundamental dentro del cuerpo militar de Sanidad, estamos dentro de los cuerpos comunes de las Fuerzas Armadas, con lo cual, podemos estar destinados en el Ejército de Tierra, en el Ejército del Aire o en la Armada.
La función de un enfermero, tanto en el ámbito civil como en el militar, tiene que ver con el área asistencial, con el área de gestión, con el área administrativa y con el área de investigación. La única diferencia es la función logística cooperativa, es decir, el Ejército en sí mismo tiene una serie de misiones, tanto a nivel nacional como en el extranjero, que supone tener determinados tipos de patología o funciones, relacionadas explícitamente con el despliegue de la unidad.
Juan Manuel López González, comandante enfermero de la Base Aérea de Getafe.
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¿Cuáles son las principales diferencias entre un enfermero civil y uno militar?
El área logístico-operativa. Nuestra misión en el extranjero supone no solamente un tipo de paciente determinado, sino una organización sanitaria completamente distinta. Por ejemplo, mientras un hospital civil está completamente conformado, nosotros desplegamos unidades hospitalarias que se llaman roles, y se adaptan a necesidades quirúrgicas o no quirúrgicas; o a la urgencia prehospitalaria o urgencia hospitalaria que suponen, lógicamente, un tratamiento diferente del paciente.
Los cuidados que nosotros prestamos a un paciente en esta operación tienen que ver mucho con la cirugía y el control de daños. En la vida civil, el tratamiento que se hace al paciente, desde el momento en el que se produce la lesión o la patología, es definitivo y está orientado hacia la curación o el restablecimiento parcial. En nuestro caso, se prepara al paciente para ese tratamiento definitivo ya que en la zona donde nos encontramos no es conveniente aplicarlo. Las capacidades que nosotros tenemos allí no son suficientes para mantener a un paciente o curarlo definitivamente, sino que sirven para estabilizarlo y garantizar su posterior restablecimiento en el territorio nacional.
¿Qué función realiza un enfermero militar cuando está en España?
En España, un enfermero militar tiene la función asistencial desde un punto de vista prehospitalario, es decir, desde un ámbito preventivo parecido a una atención sanitaria de empresa. También desde una perspectiva de educación y promoción de la salud que se basa en la asistencia de una patología que no suponga asistencia hospitalaria, esto se realiza en en unidades en bases o en buques.
También existe una actividad asistencial hospitalaria que se realiza dentro del territorio nacional en los dos hospitales militares de referencia, el de Zaragoza y el Hospital Central de la Defensa de Madrid. Dentro de la función docente, tenemos una Escuela Militar de Sanidad donde existen enfermeros destinados a la formación, tanto para el periodo de formación de los cadetes de nuevo ingreso como para el perfeccionamiento de los enfermeros. Los enfermeros damos clase tanto a médicos como a farmacéuticos, esto es, a todos los integrantes del grupo militar de sanidad; por ejemplo, en instrucción de soporte vital avanzado en combate.
Además, existen funciones de gestión porque tenemos una responsabilidad clara en lo que se refiere a la Dirección de Enfermería en hospitales e incluso a la Jefatura de Enfermería dentro de las mismas bases y acuartelamientos. De todo esto, como última función, se delega un aspecto de investigación. Los resultados obtenidos en cada una de estas esferas, lógicamente, se publican como casuística para mejorar la calidad asistencial.
¿Cómo se pasa de ser un enfermero civil a un enfermero militar?
A diferencia de los médicos, nosotros tenemos que terminar la carrera en la vía civil. Después, opositamos al Cuerpo Militar de Sanidad, a la especialidad fundamental de Enfermería. A partir de esa oposición, se entra de manera efectiva en la Academia Militar de Sanidad. Al no existir un Ejército de adscripción por ser un cuerpo común de las Fuerzas Armadas, hay un periodo de estancia en cada una de las academias, esto es, en la Academia General Militar, en la Academia General del Aire y en la Academia de la Armada en Marín.
El último periodo, que dura aproximadamente tres meses, es la formación sanitaria específica en el ámbito militar, que se realiza dentro de la Escuela Militar de Sanidad.
¿Qué especialidades complementarias puede desarrollar el enfermero militar?
En este momento hay dos especialidades. La primera que salió es la de Enfermería Médico-Quirúrgica en operaciones. La segunda, la de Urgencias y Emergencias, también en operaciones, que ya se ha publicado el ingreso por vía excepcional.
En las dos especialidades ha existido, inicialmente, una vía de ingreso excepcional. Es decir, una opicón con la que aportando la experiencia en servicios y en actividades propias de la especialidad y realizando un examen posterior, se ha podido adquirir la especialidad sin tener que cursar los tres años de formación. En la especialidad de Médico-Quirúrgica ya tenemos varias promociones en marcha, en el 2021 saldrá la primera.
Los enfermeros militares deben aprobar la carrera civul antes de opositar a la sanidad militar.
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En su momento, cuando se aprobó la prescripción de Enfermería, se originó un debate en el ámbito civil. ¿Sucedió lo mismo en el ámbito militar?
Todo lo que supone intentar definir funciones que pertenecen históricamente a otra profesión, siempre genera debate. Entre otras cosas, porque lógicamente hay que justificar mucho el por qué una disciplina determinada considera que debe adquirir ciertas competencias que pueden ser, no digo iguales, sino parecidas a las de otra.
A nivel sanitario, desde hace ya bastante tiempo la calidad asistencial va muy unida al equipo de salud. Evidentemente, los límites de las funciones dentro de un equipo de salud nunca han estado perfectamente delimitados. En un momento concreto, la urgencia de un paciente supone tener que realizar funciones que quizá legalmente puedan estar poco definidas pero sí son necesarias porque la vida del paciente hace que uno tenga que trabajar.
Yo he trabajado en Anestesia prácticamente toda mi vida profesional y, por tanto, tengo una formación determinada en lo que se refiere a la reanimación de paciente crítico. Esa formación supone que yo sé cómo actuar ante la situación determinada de un paciente y la ausencia de un médico. También si está presente, porque las manos son las que son y si hay que correr, no me voy a pararme a pensar si puedo poner un fármaco o no.
La calidad asistencial tiene que estar basada en una formación integral de todos los profesionales y en la situación en la que nos encontremos. A nivel militar, tenemos una diferencia muy clara en lo que se refiere a la necesidad de dispensar fármacos sujetos a prescripción médica. Tenemos un problema importantísimo y es que la ausencia de médicos en determinados lugares supone que hay oficiales enfermeros en aislamiento. En una urgencia no nos podemos plantear el hecho de no poder administrar un determinado fármaco, sabiendo además qué fármaco podemos administrar porque tenemos una formación integral para poder hacerlo.
A mí, que tengo esa formación, se me planteaba la dicotomía de que si no ponía ese fármaco, mi paciente se moría. Y, si lo ponía, iba al juez. Y ese fue el debate que en principio se generó en el ámbito militar.
¿Qué repercusión tiene para un enfermero militar tener amparo jurídico para poder realizar su trabajo diario?
"Con ley o sin ley, todos los enfermeros militares hemos trabajado siempre en esa línea fina de la ilegalidad para intentar sacar a nuestros pacientes adelante"
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Se define en una sola palabra: tranquilidad. El enfermero militar, por la especial función que tiene que acometer diariamente, se encuentra en un tanto por ciento muy elevado en situaciones de soledad y aislamiento, tanto en territorio nacional como en zona de operaciones. Gracias a la gran formación que ya tenemos dentro de nuestra profesión, la mayor parte de nosotros, por no decir todos, sabemos perfectamente qué tenemos que realizar en los casos urgentes que se nos plantean. Estamos hablando de la administración de calidad asistencial a pacientes críticos en un momento determinado, pacientes que si en un minuto no has actuado correctamente, se puede morir. Por tanto, con ley o sin ley, todos los enfermeros militares hemos trabajado siempre en esa línea fina de la ilegalidad para intentar sacar a nuestros pacientes adelante.
El hecho de que ahora mismo tengamos la opción de aplicar los conocimientos y la formación que ya tenemos, de una forma legal, supone un paso cualitativo fundamental. Sin esto, las posibilidades que tienen nuestros pacientes para salir adelante se ven mermadas.
Ya somos mayores y estamos a punto de marcharnos. Es un orgullo ver que, por fin, se reconoce el hecho de que nuestra formación es lo suficientemente importante como para poder ocupar un espacio que antes ocupábamos, quizás de una forma extraoficial. Redunda tanto en beneficio del paciente como en prestigio profesional. Al fin y al cabo es conseguir lo que te pertenece por derecho, porque tu formación es lo suficientemente seria como para que ese prestigio sea la máxima en tu trabajo.
En la sanidad civil, las CCAA están acabando de definir los protocolos de prescripción enfermera, ¿funciona igual en el caso de la sanidad militar?
Los protocolos de prescripción enfermera se han adaptado a diferentes patologías propias de situaciones de emergencia.
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Nosotros, afortunadamente, no tenemos ese problema. Hasta hace poco, he sido el vocal de Defensa en el grupo de trabajo del Ministerio para la creación de la guía de práctica clínica en la sanidad civil. En esa Comisión se ha creado una estructura común para la creación de guías y protocolos. Posteriormente, cada comunidad autónoma se ha encargado de ajustarlo a su propia idiosincracia sanitaria. En nuestro caso, no tenemos esa problemática, imagínese lo que suponen las Especialidades de Enfermería Militar aplicadas encima a 17 comunidades autónomas.
Nuestro problema más importante ha sido definir las patologías a las cuales nos podemos enfrentar, es decir, la situaciones clínicas. Nosotros tenemos tres grupos de trabajo funcionando. Un grupo relacionado con la creación de guías y protocolos que competen a todos los ejércitos: Tierra, Mar o Aire; y las situaciones clínicas que se derivan de cada ambiente. También hemos tenido un problema importante para hacer llegar el resultado final de esas guías y protocolos, para lo que se ha creado un grupo de difusión encargado de establecer cuál es el sistema más adecuado para difundir esa guía y que llegue a todos los oficiales enfermeros a nivel nacional.
La creación de protocolos supone una responsabilidad añadida. Aunque nos facilita legalmente poder administrar fármacos sujetos a prescripción médica, también crea la necesidad de tener que ceñirnos exclusivamente a lo que esos protocolos dicen. Todos esos protocolos y esas guías han derivado en algoritmos, es decir, el enfermero militar no lleva en su bolsillo ni el protocolo ni la guía, sino el algoritmo determinado sobre la situación clínica concreta para saber qué es lo que tiene que hacer en esa situación.
Me comentaba también que se encargan de la vacunación.
Hay un calendario vacunal básico y existen una serie de calendarios vacunales específicos dependiendo del área donde ese militar se vaya a desplegar. Ahí no hemos tenido que desarrollar ningún protocolo específico, pero sí hemos creado un protocolo de anafilaxia ante efectos adversos tras la administración de una vacuna.
¿Qué protocolos de prescripción y guías de práctica clínica están ya aprobados o en fase de desarrollo?
Ahora mismo tenemos aprobada una guía de práctica clínica para la administración de fármacos sujetos a prescripción médica en la atención al paciente con trauma grave. Como guía, está formada por varios protocolos en su interior. Los protocolos que se han admitido son el de Anafilaxia y el de Reanimación cardiopulmonar. Ahora mismo tenemos en marcha la guía de práctica clínica para el paciente quemado y el protocolo para el manejo inicial del traumatismo craneocefálico, pero tenemos en cartera algunos más. Uno es la administración de fármacos sujetos a prescripción médica dentro del parte urgente.
Además de las operaciones en el extranjero, nosotros también actuamos dentro del territorio nacional, por ejemplo, con la inmigración, sobre todo en lo referente a la llegada de pateras. Vienen muchísimas mujeres con embarazos a término, con lo cual, en buques de la Guardia Civil y de la Armada se producen partos urgentes. En estos buques va una enfermera, por tanto, hay un protocolo en marcha en este sentido. Hay otro relacionado con el síndrome coronario agudo, es decir, con los infartos de miocardio. También hay otro que tiene que ver con insuficiencia respiratoria, sobre todo orientado al status asmático. Por último, hay un procedimiento que tiene que ver con las crisis hiperglucémicas.
Parte de su carrera la desarolló en la Enfermería civil ¿cuánto tiempo lleva en la militar?, ¿cómo dio el salto?
Llevo 34 años en el ámbito militar, acabé la carrera en el 83 y trabajé en Seguridad Social hasta el año 85. Posteriormente, he tenido algún contacto con el ámbito civil, también en algún hospital, sobre todo en temas de
formación. El salto lo di sin estar muy convencido y tuvo que ver con que yo formo parte de aquella generación que hacíamos el servicio militar. Yo acabé la carrera, hice la especialidad de empresa y un curso de Experto en Urgencias y Cuidados Intensivos; y me di cuenta de que todavía me quedaba la mili y me mandaban a Infantería Marina 18 meses. Dije, ¡madre mía! esto no...
"El siguiente paso es conseguir la equiparación con el resto de especialidades fundamentales dentro del cuerpo militar de sanidad"
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Así que un buen amigo de la familia me comentó la opción de prepararme la oposición para entrar en la sanidad militar. Y lo que en principio eran 18 meses han terminado siendo en 34 años. Me enganchó, yo estoy absolutamente enamorado de lo que hago. Desde que en el año 90, aproximadamente, comenzaron las misiones en el extranjero a nivel internacional,con la sanidad militar tengo la experiencia para siete vidas.
Para mí es una cosa extraordinaria el poder salir de misión a ejercer tu profesión desde un punto de vista completamente diferente a lo que es la vía civil. Ahora me marcho a la última porque, por edad, no me van a dejar hacer más. Es la octava misión a la que voy y he hecho las cosas más variopintas que se puede imaginar, todas muy satisfactorias. Yo también hago docencia en la Escuela Militar de Sanidad y soy instructor de soporte vital avanzado, he dado clase en formación continuada respecto a temas de pacientes críticos, Anestesia y Reanimación.
Con la experiencia de tantos años, ¿qué supone formar parte del desarrollo de protocolos de prescripción?
"Me siento enormemente agradecido por haber tenido la oportunidad de ver cómo ha evolucionado la especialidad fundamental de Enfermería desde que yo entré hasta ahora"
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El día en el que yo pase a la reserva, una de las cosas que diré es que me siento enormemente agradecido por haber tenido la oportunidad de ver cómo ha evolucionado la especialidad fundamental de Enfermería desde que yo entré hasta ahora.
El cambio ha sido brutal, yo fui diplomado, después he sido grado, después he sido máster y ahora soy doctor. He sido durante 10 años profesor de universidad en el CEU. Ahora ves entrar a tus propios compañeros, que salen directamente como tenientes de la academia, como uno más, no tiene nada que ver. Cuando les cuentas la película de tu vida, les suena rarísimo. Yo me siento muy orgulloso de eso porque he formado parte de ese cambio.
Todavía nos faltan muchas cosas que conseguir y la más importante de todas es la grandísima diferencia que existe todavía con nuestra escala, que va desde Teniente a Teniente Coronel, pero no podemos llegar a Coronel o General. El resto de especialidades fundamentales dentro del cuerpo de sanidad, siendo grado como nosotros y teniendo la posibilidad de hacer un máster y de doctorarse; puede llegar a un empleo de Coronel. Por lo tanto, el siguiente paso es conseguir la equiparación con el resto de especialidades fundamentales dentro del cuerpo militar de sanidad.
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