Las
enfermeras y
enfermeros son los profesionales sanitarios con un mayor número de horas trabajadas por las noches dentro del Sistema Nacional de Salud (SNS), según el Sindicato de Enfermería (Satse). Tanto es así que, según la estimación facilitada por la organización sindical a
Redacción Médica, la media total de horas nocturnas trabajadas por una enfermera o enfermero en toda su vida laboral es de
cerca de 40.000 en el conjunto del Estado, teniendo en cuenta que muchos de estos profesionales solo trabajan de noche y que los ciclos nocturnos varían según la CCAA. Sin embargo, el elevado número de horas nocturnas
no es el único motivo que les impulsa a pelear por una jubilación anticipada.
En este sentido, la organización sindical viene reclamando desde hace mucho tiempo la aprobación de una norma que permita
acceder a las enfermeras y enfermeros a la jubilación anticipada de manera voluntaria, ya que consideran que sufren a lo largo de su trayectoria profesional unas condiciones laborales que cataligan de
“especialmente duras y penosas”, más allá de la nocturnidad. Se ven expuestos a un enorme desgaste durante su carrera y obligados a trabajar hasta los 65 años.
A este respecto, la 'lucha' de las enfermeras no parece ir por la misma senda que la de los médicos, colectivo que acaba de dar el primer paso de un largo procedimiento para solicitar el reconocimiento de la jubilación anticipada para todos los facultativos que realizan
trabajo nocturno. Así lo manifestó
Julián Ezquerra, secretario general de la Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid (Amyts), en
Redacción Médica, donde estimó que los médicos realizan
alrededor de 11.000 horas nocturnas. Una "elevada" cifra que equivaldría a unos seis años y medio de horas nocturnas en jornada ordinaria y que les impulsa a defender que, al llegar a los 60 años, estos profesionales sanitarios puedan solicitar una
jubilación anticipada sin merma económica importante.
Pérdida de 5 años de vida por cada 15 años de trabajo nocturno
No obstante, ambos colectivos, tanto el de médicos como el de enfermeras, coinciden en el 'desgaste' que genera el trabajo nocturno y las consecuencias negativas que conlleva. “Tener que realizar su trabajo en horario variable de manera continuada impide al organismo adquirir rutinas de sueño, alimentación y descanso que, según multitud de estudios científicos,
afectan a la salud de estos profesionales y su bienestar psicosocial”, explican desde el Sindicato de Enfermería.
De hecho, numerosos organismos se han pronunciado acerca de la ‘tóxica’ relación entre trabajo y nocturnidad. La
Organización Mundial de la Salud (OMS) considera desde hace años el trabajo por turnos que
altera el ritmo circadiano como un probable carcinógeno, mientras que la
Organización internacional del Trabajo (OIT) sostiene que la personas que tienen turno nocturno pierden
cinco años de vida por cada 15 años de trabajo en turno de noche.
Otro estudio publicado por la prestigiosa revista
American Journal of Preventive Medicine concluye también que existe una
mayor mortalidad asociada al turno de noche, de hecho, las mujeres que trabajan en turno de noche presentan un riesgo de muerte de un 11 por ciento más.
Turnos cambiantes, rotaciones, guardias, trabajo nocturno, esfuerzo físico y mental... Por todo ello, Enfermería considera
“absolutamente imprescindible” que el Gobierno tenga en cuenta la “especial penosidad y peligrosidad” del trabajo de las enfermeras y enfermeros y, al igual que ya ha hecho con otros colectivos profesionales, aplique un
coeficiente reductor de la edad de jubilación para estos profesionales sanitarios, en virtud de la Ley General de la Seguridad Social.
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