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Límites en humanización: ¿cuándo hay que 'apagar la fiesta' en el hospital?

El CGE explica 'qué vale y qué no' a la hora de hacer celebraciones con pacientes ingresados en un hospital

Diego Ayuso.

02 feb 2024. 17.20H
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Los ingresos hospitalarios no entienden de calendarios, agendas ni compromisos. Cumpleaños, aniversarios, navidades, reuniones familiares, fiestas... Cada día miles de pacientes del Sistema Nacional de Salud (SNS) tienen que 'renunciar' a estas celebraciones por su estado de salud y pasar momentos importantes en sus vidas dentro de un hospital. Es por ello que a veces sus familiares intentan acercarles esas fechas señaladas a sus respectivas habitaciones y hacer que olviden, en la medida de lo posible, dónde se encuentran.

En otros casos son los propios centros sanitarios los que proponen iniciativas para hacer más amena la rutina de sus pacientes. Algunos ejemplos son las actividades propias de servicios de Pediatría, como las visitas de payasos de ONGs. También hay hospitales que celebran actividades relacionadas con la música, como conciertos o recitales. Diego Ayuso, secretario general del Consejo General de Enfermería (CGE), destaca que profesionales del SNS como las enfermeras ponen su 'granito de arena' y "colaboran con las personas que hacen estas actividades", y para ello hacen una 'criba' de pacientes que quieran y puedan participar o a los que "se puede acompañar en la habitación para que pasen un rato agradable y se olviden al menos por un momento de la enfermedad que tienen", sostiene el portavoz enfermero.

Límites en las celebraciones en hospitales


Pero, ¿dónde está el límite? ¿Hasta qué punto estas celebraciones pueden resultar molestas o incluso irrespetuosas para el resto de ingresados o sus familias? Ayuso tiene claro que esa frontera "siempre es el respeto a la intimidad y al descanso del resto de pacientes". En este sentido, considera necesario aclarar que no todas las situaciones son iguales, ya que existen habitaciones individuales y compartidas, así como espacios ajenos a la hospitalización habilitados para eventos a mayor escala como salones de actos o salas polivalentes. "Siempre hay que garantizar el descanso y la recuperación del paciente", remarca.

"Siempre hay que garantizar el descanso y la recuperación del paciente"


Para hacer hincapié en este matiz, el representante del CGE ha puesto como ejemplo la medida implementada en algunos centros del Sistema Andaluz de Salud (SAS) de prohibir flores en las habitaciones hospitalarias. Sostiene que la Enfermería ve esta medida como "adecuada", puesto que en caso de que estos u otros obsequios se entreguen a pacientes que permanecen en una habitación doble, "pueden molestar a la otra persona ingresada o incluso afectar de alguna manera a su recuperación", detalla. 

En este sentido, Ayuso ha puesto en valor que "los equipos de Enfermería cuidan mucho estos aspectos y coordinan que estos actos se realicen con las características adecuadas". Para aquellos casos -que califica como excepcionales- en los que se sobrepasan las 'líneas rojas', explica que esta profesión sanitaria dispone de "autoridad absoluta", puesto que "la enfermera es la responsable del cuidado del paciente", y por ende debe intervenir para frenar cualquier situación que dificulte su recuperación o su descanso. En caso de que las directrices del equipo asistencial no sean asumidas por los pacientes o familiares, el secretario general del CGE señala que han de intervenir los escalones superiores de la jerarquía, como son "la supervisora de unidad, el jefe de Servicio y el personal de seguridad del centro". 

No obstante, a la hora de implementar sanciones a enfermos o familiares Ayuso señala que "no existe reglamente al respecto". Para evitar infracciones, "los pacientes tienen una carta de derecho y deberes donde aparecen normas básicas que deben cumplir", expone. El objetivo único y final es velar por la salud y el bienestar tanto del propio paciente como del resto de ingresados, algo que para este profesional resulta "esencial" en cualquier centro hospitalario. Quienes sí disponen de protocolos estipulados de sanciones son los propios sanitarios, que pueden exponerse a represalias laborales siempre que realicen actividades ajenas a sus competencias profesionales que a su vez perjudicaran a los pacientes. Dichas conductas pueden suponer "motivo de expediente o sanción por parte del centro", concluye Ayuso.
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