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Las enfermeras sin especialidad van más allá de Familia y abren vía legal

Las sanitarias reclaman la vía excepcional para acreditar la especialidad en la que suele trabajar desde hace una década

Rubén Mera, vicepresidente de Eesto, enfermero de Salud Mental y profesor asociado a la Universidad de Alcalá de Henares.

03 jul 2024. 07.00H
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El Ministerio de Sanidad anunció hace apenas un mes que intentará reconocer la especialidad de Medicina de Familia a los médicos sin títulos (Mesto). Se trata de una iniciativa con la que desbloquear la situación que afecta a los facultativos con años de experiencia, pero sin plaza en la especialidad en la que laboran. Una situación similar ocurre en el ámbito de la Enfermería, aunque, de momento, no hay solución que satisfaga a todas las ramas enfermeras. Precisamente, la última prueba para obtener la especialidad la realizaron las de Familiar y Comunitaria hace dos años, mientras que el resto se va una década atrás o tan siquiera tienen convocatoria. "Nos gustaría recibir el mismo trato que los médicos", ha señalado el vicepresidente de la Asociación Nacional de Enfermeras Especialistas sin Título Oficial (Eesto), Rubén Mera. 

En España, cerca de 1.000 enfermeras trabajan en hospitales y centros sanitarios sin contar con ningún título oficial que acredite su especialidad, pese a trabajar en esta, en muchos casos con una plaza. Es más, este grupo de profesionales acostumbra a contar con 10-12 años de experiencia en sus respectivos servicios. "Somos especialistas, pero sin papel", ha ejemplificado Mera.

"Nos gustaría recibir el mismo trato que los Mesto", ha señalado Mera


Por norma general, estos profesionales accedieron a su especialidad al conseguir un contrato de trabajo, el cual se ha prorrogado a lo largo de los años, en muchos casos hasta convertirse en un puesto fijo en el Sistema Nacional de Salud (SNS). Las enfermeras adquieren los conocimientos específicos de su rama profesional a través de la práctica laboral y la realización de trabajos de investigación. Bastantes, incluso, se convierten en profesores de las alumnas residentes, que han conseguido su plaza mediante el examen EIR (Enfermero Interno Residente). "Es una situación particular, ya que enfermeras sin titulación oficial respecto a la especialidad damos clase a enfermeras especialistas", ha revelado Mera, quien pertenece a este grupo y tutoriza desde hace una década a alumnas de la disciplina de Salud Mental, una de las siete de las ofertadas en el país, en el Hospital de Alcalá de Henares (Madrid)

Desde la asociación que representan a las Eesto han denunciado que la ausencia de un título oficial sobre la especialidad hace que las sanitarias cobren algo menos que las que sí lo tienen. Pero, el principal inconveniente radica en la posibilidad de movilidad laboral. "Si yo quisiera irme a otra unidad, no tendría la posibilidad de regresas a mi anterior puesto de trabajo, ya que a ojos de la Administración no estoy especializado en este, pese a la experiencia acumulada. Esto afecta a mis opciones de promoción interna", ha lamentado Mera. 


Vuelta de la vía excepcional


La organización pretende abrir conversaciones por la vía legal -precisamente han contratado al mismo bufete de abogados que ha llevado el caso de los Mesto- para alcanzar una solución. "El Ministerio de Sanidad, los colegios profesionales y sindicatos han reconocido nuestro problema, pero ninguno nos facilita una salida. Ellos reconocen nuestra valía en la especialidad, pero no acaban de tomar decisiones respecto a nuestra regulación", ha puntualizado el vicepresidente de Eesto.

Para ello, la asociación reclama que se restablezca la vía excepcional para conseguir la especialidad -válida para todas, menos Obstétrica-Ginecológica-, dedicada a los profesionales con experiencia y a los que se les exige solo una prueba de evaluación. Este es uno de los caminos que reconoce el Real Decreto 450/2005, de 22 de abril, sobre especialidades de Enfermería, junto a la vía reconocimiento -convalidación de las ramas antiguas para la obtención de una nueva- y la vía residencia -realización del EIR-. 

"No acaban de tomar decisiones respecto a nuestra regulación", ha puntualizado Mera


Y no solo piden que se vuelva a instaurar la vía excepcional para las enfermeras que cumplan los requisitos laborales solicitados, sino también que su convocatoria sea regular y equitativa para todas las especialidades. Y es que este proceso ha contado con una única convocatoria, el espacio entre acreditación de méritos y examen se ha prolongado en el tiempo y en algunos casos tan siquiera se ha resuelto.

Por ejemplo, las ramas de Trabajo y Geriatría resolvieron la acreditación de méritos en 2009 y 2010, respectivamente, pero la prueba no se convocó hasta dos y tres años después. La evaluación más reciente fue a la que se enfrentaron las profesionales de Familiar y Comunitaria, celebrada en 2022. Más distancia hubo en Salud Mental, en la que la entrega de documentación fue en 2005 y el examen en 2010, y Pediatría, disciplina en la que pasaron cinco años entre ambas partes del proceso, realizadas en 2010 y 2015. No obstante, la peor parte se la llevan las enfermeras de Médico-Quirúrgica, en la que tan siquiera se ha iniciado el desarrollo del procedimiento. Obstétrica-Ginecológica no admite la vía excepcional al contar con un programa formativo propio desde 1993.

Mera ha recalcado que dotar de especialidad de manera oficial a las enfermeras que no la tienen ayudaría a reducir la falta de este grupo de sanitarias. Según datos de la Organización para el Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), España cuenta con 6,57 por cada 100.000 habitantes, por debajo de las 8,3 de media del resto de Europa. 
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