Las enfermeras podrán indicar medicamentos sujetos a prescripción médica para
infección de tracto urinario inferior no complicada en mujeres adultas. El
Boletín Oficial del Estado (BOE) de este lunes recoge la resolución de la Dirección General de Salud Pública y Equidad en Salud por la que se valida la guía para la
indicación, uso y autorización de estos fármacos por parte de estos profesionales sanitarios.
Hay que tener en cuenta que las
infecciones del tracto urinario (ITU) son muy comunes e incluyen la
cistitis, que se define como la infección de la vejiga/tracto urinario inferior, y
la pielonefritis, como la infección del riñón o tracto urinario superior. De hecho, la infección del tracto urinario es una de las
causas más frecuentes de consulta en Atención Primaria. Cada año aproximadamente un 5 por ciento de mujeres consultan a su médico por polaquiuria y disuria, afecta al
50 por ciento de las mujeres al menos una vez en su vida y su incidencia aumenta con la edad, la comorbilidad y la institucionalización. En cuanto a su etiología, también especifican que más del 95 por ciento son monomicrobianas, siendo Escherichia coli el microorganismo implicado en el 70-80 por ciento de los casos.
Concretamente, este documento está firmado por el director general de Salud Pública y Equidad en Salud,
Pedro Gullón, pero
no pone fin a la vía administrativa, podrá ser recurrida en alzada ante la Secretaría de Estado de Sanidad, en
el plazo de un mes a contar desde este martes, de conformidad con lo dispuesto en los artículos 121 y 122 de la Ley 39/2015, de 1 de octubre, del Procedimiento Administrativo Común de las Administraciones Públicas.
Respecto a la guía, ha sido elaborada y aprobada por la
Comisión Permanente de Farmacia del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (SNS), en su reunión del 26 de junio de 2024. Tal y como se detalla, los coordinadores de la misma han sido
Mikel Sánchez, director de Planificación, Ordenación y Evaluación Sanitaria del Departamento de Salud del Gobierno Vasco; e
Inmaculada Moro, subdirectora de Enfermería de la Dirección de Asistencia Sanitaria de la Dirección General
Osakidetza.
"Los contenidos descritos en esta guía pretenden ser una ayuda a los profesionales para
mejorar los resultados en salud de las personas que atienden, a través de una atención sanitaria integral, segura, colaborativa, de calidad, basada en la evidencia y centrada en la persona. A tal efecto, los criterios para la selección de la guía a desarrollar han sido la incidencia o prevalencia de las situaciones clínicas que abordan, la
garantía de seguridad clínica en la aplicación de las guías y el valor añadido que pueda aportar un abordaje, precoz, equitativo y colaborativo de los síntomas y situaciones de salud a los que estas guías se refieren", concretan en el BOE.
Objetivos de la guía enfermera
En este mismo sentido, a la hora de elaborar esta hoja de ruta también se han tenido en cuenta la existencia de guías y/o protocolos elaborados y desarrollados
previamente por las comunidades autónomas. Los principales objetivos de aplicar esta guía en la práctica asistencial deben estar enfocados a
optimizar las competencias profesionales de las enfermeras y al desarrollo de
actuaciones de valor consistentes en: educar a la persona y/o al cuidador/a en el manejo del tratamiento farmacológico y de los cuidados asociados; establecer estrategias para
mejorar la adherencia terapéutica a la medicación a través del seguimiento y control del tratamiento y monitorización de los resultados en salud; detectar e informar de
efectos adversos relacionados con el tratamiento farmacológico; y realizar un seguimiento con el objetivo de prevenir la aparición de complicaciones asociadas al tratamiento y a la propia patología.
Además, se centrarán en facilitar la accesibilidad para las actuaciones relacionadas con la
medicación evitando o reduciendo citas innecesarias o demoras para el inicio, modificación o interrupción de tratamientos; reducir la variabilidad en la práctica clínica, adecuando y actualizando esta guía y los protocolos que se deriven de la misma en base a las
últimas evidencias disponibles; y maximizar la eficiencia y efectividad de la atención sanitaria y los tratamientos que se derivan de la misma.
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