El
Sindicato de Enfermería (Satse) ha denunciado que los cambios que pretende realizar el
Ministerio de Educación en los estudios de Formación Profesional relativos a la asistencia en situaciones de urgencias y emergencias extrahospitalarias
ponen en riesgo la seguridad y salud de las personas que necesiten atención sanitaria en estas graves circunstancias.
En sendas cartas a la ministra de Educación y Formación Profesional,
Pilar Alegría, y de Sanidad,
Carolina Darias, el presidente de Satse,
Manuel Cascos, les informa de las
alegaciones presentadas por el Sindicato de Enfermería a la modificación que se quiere realizar a
dos certificados de profesionalidad inscritos en el ámbito de la Formación Profesional referidos a técnicos de transporte sanitario y de emergencias sanitarias.
Según Satse, con esta modificación
se “trivializa” el cometido del transporte sanitario y la atención en una situación de emergencia y/o catástrofe, ya que, sin una hora más de formación teórica y solo 40 horas más de formación práctica, se pretende dar a las personas que obtengan el certificado unas funciones y capacidad de intervención sanitaria que exceden ampliamente la capacitación y formación necesaria de cara a su realización con seguridad para el paciente
Además, con ello realizarían una labor que
compete a distintas profesiones sanitarias y otras titulaciones (Medicina, Enfermería, Psicología, Trabajo Social, Logística…), asevera la organización sindical.
Mismas garantías y seguridad
En este sentido, el Sindicato apunta que la atención de urgencias y emergencias, así como en situaciones de catástrofe, debe contemplar las
mismas garantías y seguridad para el paciente que la asistencia no urgente. Por ello, no es admisible que, con solo una formación resumida basada en una batería de técnicas y patologías más frecuentes en emergencias y sin tener los conocimientos básicos que sustentan el razonamiento clínico (anatomía, fisiología, farmacología…), se pretenda dar una
atención equiparable a la asistencia no urgente.
“No debemos escudarnos en que bajo el paraguas de la emergencia cabe todo y que podemos dejar en manos de
personas sin la formación y cualificación necesaria aspectos fundamentales, como el despliegue de medios materiales y humanos, la atención sanitaria “one to one”, el manejo de datos comprometidos, la toma de decisiones sobre la derivación de afectados, la ejecución de intervenciones psicológicas para afectados y familiares o la realización de valoraciones sociales, entre otros”, señala. Cuestiones que son responsabilidad de diferentes profesiones sanitarias y de otras profesiones que intervienen en este ámbito.
En definitiva, Satse recalca que la modificación por parte del Gobierno de estos certificados de profesionalidad supone un
intento de “legalizar” el intrusismo en el ámbito de las actuaciones sanitarias en situaciones de urgencia, emergencia y transporte sanitario, a través de unos programas formativos que resultan inconsistentes para las competencias que se les pretenden otorgar, ya que no les capacita ni les da la base para realizar el razonamiento clínico necesario que sustente una actuación sanitaria segura para las personas atendidas.
De este modo, se pretende avanzan en la sustitución de las enfermeras y enfermeros en esos ámbitos, además de
sustraer competencias a otros profesionales, como médicos, psicólogos o trabajadores sociales, entre otros, al otorgar a los técnicos una connotación de personal sanitario con capacidad asistencial de alto nivel, añade.
“Consideramos que en este asunto subyace un
evidente interés de ahorro económico al que no es ajeno que buena parte del transporte sanitario, y en algunos casos la atención de urgencias y emergencias, se encuentre actualmente en manos de empresas privadas con las que los servicios de salud han concertado dicha asistencia”, concluyen desde la organización sindical.
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