Si hubiera que bautizar a la paz o al silencio, el nombre ideal sería
Sulkava (Finlandia). A unos 100 kilómetros de la frontera rusa y en la región de Savonia del Sur, este pequeño
pueblo rural, de unos 3.000 habitantes, es el paradigma perfecto del antiestrés. Bosques, lagos, amabilidad, cercanía.
Un modelo de vida que se traslada a la filosofía laboral perfecta para ejercer una profesión sanitaria. Sonia Díaz (29 años) lo sabe bien.
Natural de
Almansa (Albacete), esta
enfermera especializada en salud mental hizo las maletas el pasado julio rumbo a tierras nórdicas, donde trabaja en una residencia de ancianos. En el proceso para tomar la decisión y prepararse para el reto tuvo como guía a la
empresa BBi Nordics, y la experiencia, según confiesa Sonia, no ha podido ser mejor:
“Les estoy totalmente agradecida”, confiesa a
Redacción Médica.
De Almansa a Sulkava: la transición a un nuevo destino
Antes de partir hacia Finlandia, y tras graduarse en 2016, la trayectoria profesional de Sonia comenzó en el
Hospital de Almansa, en el área de Urgencias. “Aquella fue la única experiencia que tuve en el ámbito público antes de hacer la residencia en Granada”, señala. Su inmersión en la salud mental llegó precisamente tras el
EIR, cuando en junio de 2019 comenzó a trabajar como enfermera especialista en una unidad de hospitalización breve en Salud Mental de Xátiva, Valencia. Allí permaneció durante 15 meses. Ya entonces tenía planes de futuro en el extranjero, Holanda, en concreto, donde había hecho un mes de rotación externa durante la residencia,
pero estalló la pandemia y lo truncó todo.
“Me gusta la aventura, me gusta viajar y me gustan los idiomas”, afirma, y aunque reconoce que en España, por su especialidad, no le iba a faltar el trabajo, “siempre iba a depender de los puestos que sacara cada comunidad autónoma y de las bolsas”. De hecho, también trabajó en Vitoria-Gasteiz, donde pasó por varios servicios de salud mental.
“Era eventual y fui solapando un contrato tras otro. No paré de trabajar, pero todo era temporal”, lamenta.
Fue tras otra etapa en su Albacete natal, donde teletrabajó como enfermera de triaje de salud mental, cuando ella y su pareja decidieron retomar su idea de cruzar las fronteras españolas. Para ello recurrió a
BBi Nordics, una empresa de reclutamiento de personal que le ofrecía oportunidades laborales tanto en Suecia como en Finlandia.
“Opté por Finlandia porque una amiga era nativa de aquí. Ella me convenció diciéndome que el país era maravilloso, pero yo no sabía que iba a encajar tan bien aquí”, relata.
BBi Nordics: un puente hacia lo desconocido
El proceso de adaptación a
su nueva vida en Finlandia estuvo dirigido en todo momento por los responsables de BBi Nordics e incluyó, entre otras cuestiones, un
curso intensivo del idioma. “El profesor fue una maravilla. Jamás pensé que un idioma de pudiera aprender tan rápido y de forma tan divertida”, asegura Sonia, que, aun así, destaca las variaciones regionales y las complejidades de la lengua alejada de formalismos académicos.
"En España, una enfermera normal en una residencia puede llevar a cien pacientes; en Finlandia lo normal es llevar cuatro o seis"
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La enfermera también valora que desde la empresa se le proporcionara información tanto sobre la cultura de su país de destino como del proceso burocrático de inmigración para poder residir y trabajar allí: “Las dos chicas que nos han estado ayudando en todo momento y que están ahí cuando tenemos cualquier problema, Anna y Marika, son geniales.
No todo el mundo creo que atienda tan bien como ellas, y es un plus para BBi Nordics el tener a profesionales tan buenas”.
El sistema de salud finlandés: menos carga de trabajo y estabilidad
En un sistema de salud con copago, en lo concerniente al aspecto profesional, Sonia afirma que Finlandia le ha impactado “para bien”. “Esto es otro mundo. Mi residencia de ancianos es pequeña, tiene sólo 24 pacientes, y la carga de trabajo es mucho menor respecto a España”, detalla. Según afirma, habitualmente en un turno son entre cuatro y seis las enfermeras que atienden a todos los residentes.
“En España, una enfermera normal en una residencia puede llevar a cien pacientes”, lamenta.
“Hay algo que digo con orgullo: en esta residencia no hay úlceras por presión. Además, si hay que sacar sangre a los pacientes, vienen enfermeras del centro de salud para hacerlo. Yo puedo, soy enfermera y sé cómo hacerlo, pero, aquí, yo tengo mis competencias fijas: informar si hay cambios en los estados del paciente al médico y a las familias,
preparar la medicación o ver cambios en los tratamientos, algo mínimo”, añade.
Por otro lado,
Sonia se deshace en elogios hacia el sistema de contratación finlandés, que le ha permitido ser indefinida, cosa que nunca consiguió en España: “Más allá de que aquí haya mucha oferta y poca demanda, eso te da mucha tranquilidad a nivel profesional. Cuando yo les cuento a mis compañeros cómo es de mala la contratación pública española, se quedan sorprendidos”.
Día a día en Finlandia: “El tiempo libre es sagrado”
La flexibilidad laboral y el respeto por el tiempo libre son otros de los aspectos que
Sonia destaca sistema sanitario finlandés. “Esa cultura está muy asentada en este país. Es muy común que los jefes adapten los horarios a las necesidades de los trabajadores, por circunstancias familiares, por ejemplo. Además,
tienes la opción de poder entrar un día más tarde o salir más temprano notificándolo con tiempo. Si quieres, puedes recuperarlo otro día; si no, simplemente no lo cobras”, detalla.
“El descanso, la vida familiar y el tiempo libre son sagrados. Eso aquí no se toca”, agrega. En este sentido, apunta que, en los casos en los que se avise a un sanitario para trabajar con menos de 24 horas de antelación a un día de descanso, se paga un plus, además de la jornada trabajada. “
En España, cuando eso pasa, te dan una palmadita y las gracias por participar”.
Ello le permite aprovechar al máximo todo cuanto Sulkava tiene que ofrecer: actividades acuáticas, deporte de exterior en plena naturaleza como esquí de fondo y alpino, y patinaje y hockey sobre hielo, y aire puro sin la contaminación acústica ni atmosférica de una urbe.
Sonia, en una día de descanso en pleno entorno natural de Sulkava.
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Un paso adelante en su carrera sanitaria
Aunque echa de menos algunas cosas de España, como a su familia, la comida, las tapas y las cervezas con amigos, Sonia disfruta de su vida en Finlandia, donde
la calidad de vida y la estabilidad económica son factores determinantes para su bienestar. “Nos habían prevenido de que los finlandeses son muy secos, que no hablan mucho, pero eso es parcialmente mentira. Quizás ocurre en ciudades grandes como Helsinki, pero, en este pueblo, la gente es muy simpática y muy generosa”, asegura.
“Yo buscaba un sitio en contacto permanente con la naturaleza, y
BBi Nordics acertó con el destino. Además,
el puesto de trabajo es bueno. La residencia es maravillosa. No creo, para nada, que venirme aquí haya sido dar un paso atrás. Al contrario”, sentencia.
Aunque pueda contener afirmaciones, datos o apuntes procedentes de instituciones o profesionales sanitarios, la información contenida en Redacción Médica está editada y elaborada por periodistas. Recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.