Carmen Ferrer Ardeno (14 agosto de 1960) es doctora enfermera y profesional de la gestión. En su cargo como directora de la
Estrategia de la Cronicidad, Ferrer lleva años potenciando a las escuelas de pacientes como un añadido al actual sistema sanitario que puede “hacerlo mejor”. Con el objetivo de crear un punto de encuentro entre estos organismos, el
II Simposio de la Escuela de Pacientes se ha celebrado al abrigo de las
29 Jornadas de Gestión Enfermera de ANDE donde todas las comunidades autónomas han estado representadas y han pautadolas diferentes estrategias de éxito para la mejora “en el reclutamiento y la visibilidad” de las Escuelas de Pacientes. La que ahora mismo es
Jefa de Servicio de Atención al Paciente del Hospital de la Cruz Roja de Madrid asegura que esta presencia social se consigue con partidas presupuestarias por parte del Estado y “diferenciando qué es una escuela de pacientes de lo que no lo es”.
Ferrer en un momento de la entrevista.
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¿En qué ha consistido este II simposio de la Escuela de Pacientes englobado dentro de las 29 Jornadas de Gestión Enfermera celebradas por ANDE en San Sebastián?
Cada CCAA tiene una escuela y hemos creado para que ella gente se reúna y comparta conocimientos en igualdad con el fin de aprender unos de otros. Este año hemos querido centrar esta cita en marcar las pautas de qué es y que no es una escuela de pacientes y estrategias de reclutamiento de pacientes mediante una forma activa. Y por último, saber si el empoderamiento del paciente crónico está funcionando o no.
¿Qué diferencia una escuela de pacientes de una que no lo es?
Las Escuelas de Pacientes son las que se centran en los pacientes con proyectos o programas de paciente empedrado y activo. Es imprescindible que se trabaje con los ciudadanos y no para ellos. Hay que ceder poder.
¿Cómo se trabaja el empoderamiento de un Sistema Sanitario en el que el paciente no puede ni decidir el día para su consulta?
Estamos en un proceso de cambio. Sabemos que lo importante es que el médico diagnostique y trate pero no hacemos incidencia en el papel de la enfermera como gestora de cuidados. Ahora estamos haciendo una transición hacia ese modelo con equipos de trabajo donde las enfermeras, que son las que saben de estrategias del cuidado y del autocuidado, están alado de los pacientes empoderándoles para que sea el usuario el que hable con el paciente en igualdad para que sean agentes de salud. El ciudadano no quiere ser medico ni enfermera, quiere tomar decisiones con la ayuda de los profesionales del SNS.
Médicos, enfermeras… Todos ellos forman parte de estas Escuelas de Pacientes y de este movimiento de empoderamiento pero… ¿y las instituciones?
Pues es una de las concusiones de nuestro simposio. Si no hay normativa, ni presupuesto y las Escuelas de Pacientes solo se basan en el voluntariado y el voluntariado… fracasarán. Por otro lado, si se protegen desde las instituciones tendrán éxito. Estas escuelas no sustituyen lo que hacen los centros de salud ni los profesionales.
Entonces, ¿hace falta implicación por parte de los organismos del Estado?
Sí, claro. Hay una red oficial de Escuelas de Pacientes que pertenecen a la estrategia de la cronicidad pero, que sucede, que vamos muy despacio. Hay que concienciarnos de que todos podemos aprender de los demás y no hay que inventar la pólvora, basta con escuchar y darle valor. El objetivo ahora es que la red sea ágil y el Estado nos utilice porque esto es para los ciudadanos españoles.
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