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Fatiga por compasión, una lacra silenciosa contra la vocación enfermera

Las mujeres y las especialistas en Obstetricia-Ginecología y Cuidados Paliativos son las que más padecen este fénomeno

Este fenómeno afecta de manera grave a uno de cada diez estudiantes de Enfermería.

22 dic 2024. 13.50H
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La dificultad de la labor enfermera no radica únicamente en la prevención, el diagnóstico o la cura. Las profesionales de este gremio deben acompañar al paciente, lo que implica lidiar con el dolor de la persona que atiende, entender en todo momento el proceso que atraviesa y hacer frente a situaciones cargadas de sufrimiento y angustia. La constante exposición ante un escenario de padecimiento puede derivar en agotamiento emocional, fenómeno que se conoce como fatiga por compasión. Una afección por la que pasa un importante número de empleadas y estudiantes de Enfermería.

Según un estudio realizado por investigadores de instituciones académicas chinas y españolas, la mayoría de alumnas de Enfermería han manifestado este mal. Una conclusión a la que llegan tras realizar una encuesta a matriculadas en distintos centros de la provincia de Hunan (China), que habían llevado a cabo un programa de prácticas o lo estaban completando.

Las respuestas servían de base para evaluar la fatiga por compasión, la identidad profesional, la autoeficacia, el apoyo social, la resiliencia psicológica, los estilos de afrontamiento y las características demográficas. En total, se recopilaron las contestaciones de 2.256 estudiantes, la mayoría mujeres y residentes en zonas rurales.


Más efecto en mujeres que hombres


Del total, el 55 por ciento obtuvo un bajo nivel de fatiga por compasión y por ende un menor índice de burnout. No obstante, buena parte de estos se mostraron agotados con su trabajo. Por otro lado, el 32 por ciento reveló un nivel moderado de este fenómeno, lo que señala frustración laboral, malas relaciones con sus supervisores y un significativo porcentaje de estrés.

El 12 por ciento se ubicó en el estamento de más gravedad, el que padece una fatiga por compasión severa. En su caso, reviven constantemente las experiencias traumáticas que han vivido. Este porcentaje podría ser superior, dada la minimización de la vulnerabilidad emocional existente en China, lo que puede influir en la notificación de esta clase de agotamiento.

"Las mujeres padecen un mayor índice de fátiga por compansión, dada su mayor implicación emocional con el paciente"


Por sexo, las mujeres delataron una mayor incidencia de este mal que los hombres. Los investigadores atribuyen esta diferencia a la superior inteligencia emocional y empatía de las alumnas frente a sus compañeros, lo que hace que se involucren más con los pacientes desde un espectro sentimental. Esto las hace más vulnerables a padecer este tipo de agotamiento.

A su vez, el estudio reveló que las profesionales en servicios de Obstetricia-Ginecología o Cuidados Paliativos padecían más de fatiga por compasión. También aquellas que abusan de la realización de turnos nocturnos, ya que dicho horario favorece el cansancio emocional, la explotación y el acoso laboral.


Elementos para luchar contra este fenómeno


Los investigadores han puntualizado que desarrollar una mayor resiliencia psicológica ayuda a mitigar el citado mal, además de mejorar el manejo de las demandas emocionales. A su vez, la satisfacción con el entorno laboral y el apoyo social son fundamentales para esquivar la fatiga por compasión. También resultan de ayuda contar con una actitud positiva y estrategias para afrontar escenas de dolor.

Asimismo, los autores del estudio han señalado la importancia de contar con recursos que ayuden a los estudiantes -y también a los profesionales- a aprender a combatir este problema. Por ello, abogan por la creación de talleres de gestión emocional que ayuden a afrontar el trauma, además de dotar a los asistentes de herramientas para controlar los niveles de estrés y adoptar una mayor resiliencia psicológica ante situaciones complicadas en la rutina. Asimismo, la promoción de la cultura del apoyo se entrevé imprescindible para ayudar a las enfermeras a recuperarse de sus experiencias y prevenir el cansancio futuro.

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