Las
comunidades autónomas y Ministerio de Sanidad se han marcado dos plazos clave para impulsar a la
Enfermería en el Sistema Nacional de Salud (
SNS), dando forma y seguridad jurídica a muchas de las
competencias que ya vienen realizando las enfermeras; así como estudiando
nuevos roles. Según ha podido saber
Redacción Médica, autonomías y ministerio esperan tener listo el
documento marco de la Estrategia de Cuidados a finales del primer trimestre del año. Del mismo modo, estos actores tratarán de presentar un texto de consenso que defina de forma homogénea en todas las comunidades a la
enfermera de práctica avanzada (EPA) a finales del
primer semestre de este 2023.
Como ya avanzó este periódico el pasado mes de noviembre, con la constitución del Comité Institucional de la Iniciativa Marco en Cuidados (
Imacu) se dio un paso decisivo para el
impulso formal de los nuevos roles de la Enfermería en la sanidad española. Entre ellos, la figura de la enfermera de práctica avanzada, una profesional que cada comunidad autónoma define de una forma y, por tanto, atribuye unos determinados
roles y características heterogéneos si se la analiza en todo el SNS.
Acabar con esas diferencias para impulsarla es una de las claves de estos
trabajos que ya acumulan tres meses entre el Ministerio de Sanidad y las Consejerías sanitarias de las distintas comunidades autónomas. Asimismo, cuestiones de relevancia para la profesión enfermera como las guías de prescripción,
el desarrollo de la enfermera especialista, o el desarrollo de la investigación en el campo de la Enfermería son algunos de los objetivos a desarrollar que se marca el citado Comité.
¿Qué es una enfermera de práctica avanzada?
La
enfermera de práctica avanzada estableció su perfil más o menos definido en los años 90 en nuestro país. Se trata de profesionales
con estudios de posgrado (máster) o doctorado que desarrollan funciones científicas y profesionales como expertas en una determinada área de conocimiento. Asimismo, para ser enfermera de práctica avanzada
es necesario adquirir conocimiento experto en el área de cuidados para el que se define, formación específica (acreditada y adquirida mediante formación continuada o posgrado específica) y experiencia clínica (mínimo de tiempo en el área clínica considerada), de tal forma, que puedan asegurarse las competencias mínimas que debería tener la EPA correspondiente.
La citada Estrategia de Cuidados tendrá una
doble vía para el impulso y análisis de sus iniciativas: por un lado, contará con un Comité Científico-Técnico formado por las principales sociedades científicas,
asociaciones de pacientes, personas expertas y diferentes organismos de interés, con implicación en materia de cuidados. Por otro, se creará un grupo que, junto a otros profesionales, se encargará de aportar a la iniciativa sus
conocimientos y experiencia en cuidados.
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