Fue la voz de los sanitarios en el homenaje de Estado a las
víctimas del Covid-19. Un año después de que el Gobierno decretase el Estado de Alarma,
Aroa López, enfermera y supervisora del
Vall d'Hebron, analiza con
Redacción Médica cómo ha cambiado la crisis sanitaria a la profesión.
"Las cosas han ido, a la vez, muy rápidas y muy lentas. Parece mentira que haya pasado un año", reflexiona la enfermera, a quien ya le pesa el sobresfuerzo realizado durante este tiempo.
"Estamos cansados pero hemos estado siempre al pie del cañón y seguiremos estándolo", promete la sanitaria.
López recuerda que, cuando se empezaron a establecer los circuitos diferenciados en el hospital, solo se dedicó un box a las urgencias derivadas del nuevo coronavirus.
"No se esperaban muchas personas, quizá alguien de Wuhan o algún contacto de un positivo", rememora la enfermera. "Pasar de eso a que todo el hospital entero del Vall de Hebrón se convirtiera en Covid, visto con perspectiva, fue una locura", ilustra.
Cuando Pedro Sánchez anunció el decreto de Estado de Alarma, en el hospital sintieron cierto "alivio". "Piensas que, si toman una medida tan drástica, es porque es necesario.
También tomas más consciencia de la situación y sientes miedo porque ves que es muy serio".
Y es que nadie imaginaba un escenario parecido. "Se estaban tomando unas medidas muy restrictivas, que nunca habíamos visto.
Estábamos solo en el inicio, piensas que esto se va a desbordar y va a ser una pandemia con todas las de la ley", relata la enfermera.
Aciertos y errores durante la pandemia
"La pandemia ha significado ser consciente de la fragilidad de la vida, de la importancia del equipo, de cuidar al que tienes al lado"
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Con la perspectiva que da un año de experiencia frente al virus, López señala como uno de los aciertos principales la "gran rapidez con la que se adaptó el hospital, esa visión que se tuvo para desalojarlo y convertirlo en Covid". En una reunión, recuerda, les informaron de que
el hospital se dedicaría exclusivamente a tratar a los pacientes contagiados por el nuevo coronavirus, "y eso impresiona". "
La gestión del hospital fue brutal. También la adaptación de los trabajadores, que pusieron todo su esfuerzo para que esto fuera así", destaca la enfermera.
Como errores,
López señala "las olas que hemos ido creando al salvar el verano o salvar la Navidad, por parte de toda la sociedad y de los gobiernos". En su opinión, "teníamos que haber sido más tajantes y precavidos".
La pandemia, asegura, "ha marcado un antes y un después" para la profesión sanitaria.
"Ha dado visibilidad en la sociedad al papel de la enfermera dentro del equipo asistencial, a su bandera de cuidar", reivindica López, quien defiende que "su función ha sido clave dentro de la pandemia".
La crisis sanitaria también ha servido para "
evidenciar la humanización de los cuidados". Tanto, que cuando se limitaron las visitas a los pacientes ingresados, los profesionales se convirtieron en su único contacto.
"Tú eras su cuidador directo, tú eras todo para ellos", recuerda la enfermera emocionada.
El Covid, reflejo de la fragilidad de la vida
Para ella, "
la pandemia ha significado ser consciente de la fragilidad de la vida, de la importancia del equipo, de cuidar al que tienes al lado", subraya López, que reflexiona sobre el impacto psicológico que ha dejado la crisis sanitaria: "A veces piensas que estás acomodado en la vida y, de repente, algo que no te esperas para nada, como una pandemia mundial, te trastoca y te tienes que adaptar a los cambios continuamente.
Este año ha sido una revolución para mí y para muchos".
"La vacuna es la luz al final del túnel, ya se están viendo los resultados"
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Por suerte, la campaña de vacunación arroja esperanza a los profesionales. "Cuando comenzó, había gente que estaba convencida y otra que, en un primer momento, tenía miedo y quería ver qué pasaba, porque es verdad que el desarrollo de la vacuna ha sido muy corto", admite la enfermera, orgullosa de las
altas tasas de vacunación entre el personal sanitario.
"La vacuna es la luz al final del túnel, ya se están viendo los resultados", se felicita la enfermera, que destaca que la vacunación de los residentes y los profesionales sanitarios han dejado casi a cero los positivos en estos colectivos".
López confía en que, dentro de un año, "el Covid-19 sea algo residual, como un resfriado con pocos casos". "Espero que podamos dejar pasar el 2020 y parte del 2021, que sigamos trabajando lo mejor posible y que la gente disfrutar de la vida", explica la enfermera, que sentencia:
"La llegada de la vacuna es una luz de esperanza de que la situación mejore".
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