Este lunes 6 de abril fallecía en Jaén Pedro Carrillo León, enfermero de 59 años que llevaba varios días ingresado en la UCI del Hospital Neurotraumatológico de la ciudad andaluza aquejado del coronavirus.
El profesional sanitario, que también daba clases en la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Jaén, es el primer enfermero fallecido en Andalucía. Una triste noticia que ha valido una entrañable carta de despedida que le dedica José Francisco Lendínez Cobo, presidente del Ilustre Colegio Oficial de Enfermería de Jaén.
Un texto que reproducimos íntegro a continuación:
Querido Pedro aún no me lo puedo creer. No lo quiero creer. Que el mundo pierda una persona como tú, que la Enfermería pierda un profesional de tu excelencia es tan injusto.
Y que lo haga cuando aún no le tocaba. El coronavirus nos está arrebatando a tantos grandes profesionales, luchadores casi sin medios, nuestros héroes sin capa… como se está diciendo estos días, pero como estáis demostrando siempre.
¡Cómo lo siento! Pienso en ti en estas últimas horas desde que me comunicaron tan triste noticia y pienso también en tu mujer, Dulce, también compañera nuestra, en tu familia, en toda tu familia, qué duro es perder a un ser querido y más duro hacerlo en estos días aciagos en los que el dichoso Covid-19 ni nos permite estar a vuestro lado, daros un abrazo, ánimo, fuerza y llorar, sí, llorar con vosotros.
Querido amigo y compañero Pedro quiero decirte que en tu persona se ha encarnado siempre la esencia de la Enfermería, la excelencia en los cuidados, siempre dispuesto a ayudar, a colaborar, la amabilidad, la empatía, la generosidad, la humanización de la que tanto se habla en los últimos años.
Pedro tú eras todo eso y mucho más. Te vamos a echar mucho de menos. Mucho. Todos tus compañeros en el Hospital Neurotraumatológico de Jaén, los pacientes que tenían la suerte de que tú fueras su enfermero, también tus amigos y compañeros en la Universidad de Jaén, cualquier persona que se cruzara en tu camino, porque tú eras luz, vida, chispa.
Echaré de menos nuestros encuentros de los sábados haciendo la compra en el mercado de San Francisco… tu sonrisa franca y sincera, tu buen gesto, nuestras conversaciones. La profesión te quiere, te respeta y con tu pérdida te puedo asegurar nuestro hondo pesar.
La pesadumbre se ha apoderado de nosotros desde que nos hemos enterado, la tristeza pesa, tardaremos en asimilar esta pesadumbre que hoy sentimos con profundidad.
Amigo, compañero, siempre en nuestro corazón. Siempre con tu ejemplo por bandera. Siempre con tu bondad como estela. Gracias por tanto. D.E.P.
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