Un estudio que analiza la intensidad del
síndrome de burnout entre estudiantes de Enfermería concluye que se encontraron
altos niveles de agotamiento emocional en el 40,9 por ciento de alumnos. En análisis se centró en analizar el año de estudio, el
impacto del estrés, la ansiedad, el insomnio y variables sociodemográficas seleccionadas en el nivel de burnout y estableciendo un perfil de estudiante prevalente a verse afectado por este.
Los autores parten de la premisa de que los estudiantes de Enfermería en todo el mundo están expuestos al síndrome de burnout como resultado de
constantes factores de estrés académico y clínico. "Las consecuencias del burnout estudiantil pueden estar relacionadas con la salud mental y física del estudiante.
El burnout puede afectar el proceso de aprendizaje, la adquisición de habilidades profesionales y la efectividad futura al trabajar con un paciente y, eventualmente,
puede llevar a la decisión de abandonar el trabajo", han expuesto.
Para llevar a cabo el análisis, la metodología se basó en un estudio transversal entre
841 estudiantes de Enfermería en un periodo comprendido entre marzo y junio de 2022. Los
principales resultados del estudio publicado en BMC Medical Education han sido que se encontraron altos niveles de
agotamiento emocional en el 40,9 por ciento y despersonalización, que es una alteración de la percepción o la experiencia de uno mismo en la que uno se siente separado de los procesos mentales o cuerpo, como si uno fuese un observador externo a los mismos,
en el 20,33 por ciento.
Estudiantes más prevalentes y soluciones
Además, los
estudiantes de Enfermería de segundo año presentaron los niveles más altos de agotamiento emocional y despersonalización y obtuvieron puntuaciones significativamente más altas en insomnio. Los determinantes del síndrome de burnout identificados por el análisis se relacionan en mayor medida con los
factores sociodemográficos, como edad, género y recursos financieros, los
factores relacionados con el entorno de estudio, como año de estudios y factores estresantes clínicos y académicos, y los factores emocionales, como ansiedad, depresión, insomnio o intensidad del estrés.
Para abordar esta situación y mejorarla, los autores constatan que se debe
alentar a la comunidad académica a crear un entorno más favorable para los estudiantes, lo que en última instancia evitará el abandono escolar y
aumentará el número de profesionales de Enfermería en un futuro cercano.
Para hacer seguimiento de la situación, el estudio recomienda
realizar pruebas de detección periódicas de agotamiento, insomnio, ansiedad, estrés y depresión, por ejemplo, una vez al año entre los estudiantes. Además, dependiendo de los resultados de las mismas, los autores sugieren considerar la implementación de intervenciones destinadas a reducir los resultados negativos del síndrome de agotamiento y
promover el bienestar y los mecanismos de gestión adaptativos.
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