La sanidad se enfrenta en la actualidad a retos como el
envejecimiento, la prevalencia creciente de
enfermedades crónicas y la
multimorbilidad, una situación que ha llevado a muchos países a poner un mayor énfasis en promover estilos de vida saludables, en la prevención y en desarrollar
nuevos modelos de Atención Primaria (AP).
Existen muchas tareas que no requieren necesariamente del
conocimiento y las habilidades de un médico, por lo que está aumentando el interés en utilizar enfermeras para
ampliar la capacidad de la fuerza laboral de Atención Primaria. Ante esta idiosincrasia, un grupo de investigadores de
Cochrane ha llevado a cabo un estudio para
analizar si la sustitución de médicos de AP por enfermeras realmente mejora el acceso, la
eficiencia y la
calidad de la atención.
¿Con quién está más satisfecho el paciente?
Basándose en
18 ensayos aleatorios que evaluaron el impacto de las enfermeras que trabajan como sustitutos de los
médicos de Familia, los autores del estudio analizaron a las enfermeras involucradas en la
atención de primer contacto (incluida la atención de urgencia), la atención continua por
dolor físico y el seguimiento a pacientes con
enfermedades crónicas específicas, como la diabetes.
Los hallazgos del estudio sugieren que la atención brindada por las enfermeras, en comparación con la atención brindada por los médicos podría generar
resultados de salud similares o mejores en algunos casos.
El número de pacientes fallecidos es similar en ambos casos. Sin embargo, los resultados de la
presión arterial mejoran ligeramente en la atención dirigida por enfermeras. Además, la
satisfacción del
paciente es
un poco más alta cuando la atención es dirigida por Enfermería. De la misma forma, la
calidad de vida de estos pacientes es un poco más alta.
Conclusiones del estudio
La investigación muestra que para atender el dolor físico en afecciones crónicas, las enfermeras ofrecen una atención de
calidad igual o incluso mejor en comparación con los médicos de AP. Por otra parte, la
duración de la consulta es más larga cuando las enfermeras brindan atención y la frecuencia de las
visitas recurrentes es también ligeramente mayor en este caso.
El estudio deja en el aire la incógnita de si este modelo de AP es mejor desde un
punto de
vista económico o no. Los autores reconocen que la evidencia científica de estas conclusiones es moderada pero puede ayudar a plantear nuevos modelos de atención que afronten la cronicidad y el envejecimiento poblacional.
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