El
desarrollo de las especialidades enfermeras no es el suficiente. Esta afirmación es un clamor que las organizaciones del ámbito de la Enfermería repiten al unísono, al comprobar año tras año que su implementación en los servicios de salud de las comunidades autónomas no cumple con la celeridad exigida, además de no avanzar al mismo ritmo en todos los territorios. Una situación que
afecta a la contratación de sanitarias que cuentan con dicha titulación, abocadas en ocasiones a trabajar bajo el amparo de una categoría laboral distinta la suya, dado que su región no ha implantado la que requiere su rama. Y no solo damnifica a estas profesionales, sino también a la propia formación.
Y es que el hecho de que algunas comunidades autónomas no reconozcan las categorías profesionales o la especificidad del puesto de trabajo de las especialistas puede fomentar que
enfermeras que no cuentan con esta titulación tutoricen en las áreas que requieren de unos conocimientos determinados, que se adquieren vía EIR o tras años de labor en estos servicios -obtención de la titulación por vía excepcional-. "Si quien te forma no tiene la especialidad o la experiencia suficiente en ese ámbito, difícilmente se puede dar una formación completa y amplia", ha destacado el secretario general del Consejo General de Enfermería (CGE), Diego Ayuso, a
Redacción Médica.
Un problema que no afecta tanto al
personal de las unidades docentes EIR, ya que la normativa exige la presencia de especialistas, aunque en algunos casos estén contratadas como enfermeras generales, debido a la ausencia de categoría profesional. Sin embargo, cuando
las residentes realizan
la parte más práctica de su formación es fácil que reciban instrucciones y consejos por parte de profesionales que no tienen la disciplina a la que han accedido sus 'alumnas'. Un escenario que también se da a posteriori, en el momento que las 'recién graduadas' superan la residencia y entran a un área en la que buena parte de las sanitarias no pertenecen a esa rama, pero en la que se han incorporado gracias al no reconocimiento de la especificidad de los puestos. "Es fácil que haya enfermas no especialistas que están formados a especialistas", ha lamentado Ayuso.
"Si quien te forma no tiene la especialidad difícilmente se dará una formación completa y amplia"
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La necesidad de más especialistas
La formación EIR es el puente de Enfermería hacia la especialización. Miles de egresados eligen la instrucción bajo la tutela del Sistema Nacional de Salud (SNS) para obtener una de las seis disciplinas disponibles en la actualidad: Obstétrica-Ginecológica, Familiar y Comunitaria, Geriátrica, Pediátrica, Salud Mental o Trabajo -Médico-Quirúrgica todavía está en proceso de creación-. Para el organismo colegial enfermero,
la instrucción de estas tituladas debe de pasar únicamente por las especialistas.
En este sentido, Ayuso
aboga por potenciar la contratación de este tipo de enfermeras en los servicios que las requieren. Por ejemplo, que las tenientes de Familiar y Comunitaria -vía excepcional o EIR- copen Atención Primaria, mientras que las de Trabajo sean las únicas presentes en las consultas propias del tejido empresarial. "No es normal que formemos a profesionales vía EIR y cuando terminen la residencia se vayan a trabajar al hospital a Medicina Interna o Urgencias", ha señalado el secretario general del CGE. "Esto es literalmente un fraude, frustra a la profesional que se ha formado para dicha especialidad y, además, las personas formadas especialistas no pueden aportar sus conocimientos especializados a la población que atienden", ha agregado.
Un escenario que la entidad ha remarcado que sucede en todas las disciplinas aprobadas para Enfermería. Por ello, los representantes de la profesión reclaman
"un pacto y el compromiso para cambiar esta situación de forma urgente". Y es que, de momento, las comunidades autónomas no alcanzan las cuotas de nombramiento de especialistas adecuadas para mantener una buena proporción entre las sanitarias con dicha formación y aquellas que no la ostentan. Un caso que se nota especialmente en
Familiar y Comunitaria, la disciplina con mayor volumen de empleadas.
"No es normal que las especialistas se vayan a trabajar a un hospital en Medicina Interna o Urgencias"
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Así, se considera clave
incrementar el número de vacantes para especialistas, a ojos del CGE,
insuficientes para la cobertura de los apuros actuales. "Solo de esta manera se dará una formación integral y se seguirán formando especialistas de manera óptima en todas las comunidades", ha afirmado Ayuso.
Precisamente, disponer de estos perfiles sanitarios también podría
elevar el número de plazas EIR en las próximas convocatorias. El
número de vacantes formativas se queda en las 2.171 este año: 919 para Familiar y Comunitaria, 451 para Obstétrico-Ginecológica, 351 para Salud Mental, 265 para Pediátrica, 93 para Trabajo y 92 para Geriátrica.
Fracaso en el desarrollo de las especialidades
El atasco de las comunidades autónomas con las siete ramas de la Enfermería es una realidad que se prolonga desde
el Real Decreto 450/2005, que marcaba el inicio de su andadura. Han pasado 19 años y todavía hay regiones que no han creado una bolsa de trabajo para estas profesionales o han decretado puestos funcionales. Algunas tan siquiera han ideada la categoría profesional en la que deben ir incluidas. "Es un ninguneo a nuestra profesión, una falta de interés claro y sin duda no tiene explicación", ha criticado el secretario general del CGE.
Un estancamiento que
perjudica directamente al paciente, al no poder recibir la atención sanitaria que garantizan las enfermeras que han pasado por el EIR. Un panorama que el organismo colegial espera que se revierta en los próximos años. “Con más especialistas en puestos de especialidades y con un mayor número de plazas anuales iremos consiguiendo aportar mejores cuidados por áreas específicas ajustados a las necesidades de la población y permitirá un desarrollo más amplio de la profesión”, ha sentenciado Ayuso.
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